Ariel Guarco, titular de la confederación cooperar, habló de los cambios normativos que requiere el sector de cooperativas y mutuales y de los desafíos que enfrentan las eléctricas, muchas de las cuales se hallan hoy “al borde de la quiebra”.
A horas de conmemorar el 52º aniversario de la institución que conduce y que nuclea a más de 63 entidades que representan a unas tres mil de base, el titular de la confederación cooperativa nacional Cooperar destacó la necesidad de modificar parte del marco normativo que regula al sector, examinó las implicancias del Plan de Convergencia Nacional tarifaria en materia de energía eléctrica y -con él- el congelamiento de ingresos que afecta hoy a más de 600 cooperativas de servicios. Lo que sigue son los pasajes más jugosos de la entrevista que brindó Ariel Guarco a la agencia de noticias Ansol, de la economía solidaria.
Nuevo aniversario de Cooperar, ¿qué balance hace de este último año?
Ha sido un año de gran trabajo institucional en lo que se refiere a lograr representatividad y visibilidad en el sector. Y con la incorporación de varias federaciones que le están dando una dinámica diferente a esta gran confederación que tiene dentro de sus objetivos principales ser la gran representación del movimiento cooperativo argentino.
Este año incluyeron a las federaciones del sector agrario…
Sí, ya es algo que se vino dando desde finales de 2012. Se acercaron federaciones de cooperativas agrarias, pero sobre todo las que representan a las economías regionales. La gran explosión se produjo en 2013, cuando entraron nueve de esas asociadas. Este año se completó con las que faltaban, en un proceso que ha impuesto nuevos debates. Empezamos a hablar del tema de las economías regionales, cómo se insertan en la vida de las personas, cómo las cooperativas ayudan al desarrollo de las regiones y cómo logramos captar mercados en conjunto.
Está en tratamiento la Ley de Telecomunicaciones Argentina Digital, ¿cómo ven el proyecto y su instancia parlamentaria?
Creímos desde un principio que era necesario que haya más legislación sobre el tema de telecomunicaciones. Cuando vimos el proyecto observamos que algunos artículos ponían en una situación delicada a las cooperativas. Pero con ayuda del Inaes y la Red Nacional de Parlamentarios Cooperativistas pudimos, en una jornada de trabajo intensa en el Senado, manifestar nuestros puntos de vista. Esperamos que los cambios que reclamamos se introduzcan.
¿Faltan más cosas en materia parlamentaria para el sector?
Faltan muchísimas. No hay que olvidarse nunca que, si bien ha habido nuevas posibilidades y políticas que acompañan al sector, en muchos casos las cooperativas son presas de un tramado normativo que fue pensado en otras épocas y que aún necesita ser corregido. Hay leyes que necesitamos que se deroguen y otras que necesitamos impulsar. Es un camino arduo que estamos transitando.
Entre las cooperativas de electricidad, hay un constante debate sobre el plan energético nacional. ¿Qué rol debería tener el sector en materia de política energética?
El sector tiene un rol importante en la distribución de la energía. Tenemos que tener en cuenta que siete millones de personas son abastecidas a través de las 600 cooperativas (de electricidad) que hay en todo el país, en 15 provincias. Nosotros siempre hemos sido claros en que estamos a favor de una política de subsidios a aquel que no tiene las posibilidades de acceder a todas las prestaciones, pero entendemos que no ha sido demasiado conveniente subsidiar el derroche, subsidiar sectores o clases económicas que han abusado de esa situación y de esta mano que el Estado ha dado desde hace algunos años. Entendemos que hay que tener una salida programada, inteligente, que proteja a los más débiles. Pero, por sobre todas las cosas, que garantice que los actores de este entramado energético, que es muy complejo, se vean protegidos y fortalecidos.
El Plan de Convergencia Nacional va a concluir el 31 de diciembre y hasta entonces, las tarifas siguen congeladas. Muchas cooperativas reclaman aumentos…
Esta situación no va a continuar en 2015. Este plan, que incluía fondos que Nación entregaba a las provincias y las provincias a las cooperativas, ha llegado en mucha menor cantidad de lo que se había firmado. En algunas llegó 20% y en otras, cero por ciento del total pactado. Creemos que la salida de este Plan de Convergencia es una muy buena señal, en tanto y en cuanto las cooperativas puedan recibir el ciento por ciento de lo prometido. Porque asumieron compromisos, entre ellos de aumento de salarios, de obras que han ido ejecutando y, por supuesto, se encuentran una situación muy precaria, con la gran dificultad de sentirse parte de un proceso de reconstrucción nacional, pero con una política tarifaria que las ha puesto en muchos casos al borde de la quiebra.