La Organización Internacional del Trabajo advirtió de que la naturaleza de la pandemia cambia con “gran rapidez”, a causa de modificaciones tecnológicas y las crisis.
Las enfermedades profesionales causan, cada año, la muerte a más de dos millones de personas, seis veces más que los accidentes laborales, según un informe presentado ayer por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con motivo de la celebración, el próximo domingo 28, del día Internacional de la Seguridad Laboral.
De acuerdo con las estimaciones, cada año mueren 2,34 millones de personas de accidentes o enfermedades relacionados con el trabajo, pero la gran mayoría, alrededor de 2,02 millones de personas, fallecen a causa de una enfermedad profesional.
La OIT denunció que la crisis económica y la recesión han llevado a un aumento del estrés, la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales relacionados con el trabajo, causando incluso el suicidio en algunos casos.
De acuerdo con sus cálculos, los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales conllevan una pérdida anual de 4% del PIB en el mundo.
“Pandemia inaceptable”
“Las enfermedades profesionales siguen siendo las principales causas de las muertes relacionadas con el trabajo, lo que supone una pandemia inaceptable. Esto significa un promedio de más de 5.500 muertes diarias como consecuencia de los distintos tipos de enfermedades laborales”, denuncia la Organización.
La OIT calcula que cada año se producen 160 millones de casos de enfermedades relacionadas con el trabajo, cuya naturaleza está cambiando con “gran rapidez” a causa de las modificaciones tecnológicas y sociales y de las condiciones económicas, que están “agravando” los peligros existentes para la salud y creando nuevos.
Aunque la organización explicó que algunos de los riesgos tradicionales han disminuido gracias a la mayor seguridad, enfermedades profesionales muy conocidas, como la neumoconiosis, siguen estando muy extendidas, al tiempo que patologías laborales relativamente nuevas, como los trastornos mentales y los trastornos musculoesqueléticos (TME), van en aumento.
Asimismo, el estrés laboral se ha convertido en un grave problema de salud para los trabajadores, hasta el punto de que se vincula este mal con ciertas patologías musculoesqueléticas, cardíacas o digestivas.
Ante este panorama, la OIT reclama un “paradigma de prevención integral” centrado en las enfermedades profesionales, que incida en su reconocimiento, prevención y tratamiento, en la mejora de sus sistemas de registro y notificación, y en la mejora continua de los sistemas nacionales de seguridad y salud.