Acordar una visión de la educación argentina para los próximos diez años y que no sea interrumpida por distintos gobiernos es el objetivo que le han encomendado a Juan Carlos Tedesco, ex ministro de Educación y actual director de la Unidad de Planificación y Evaluación Educativa de la Nación (Upeen). Acortar la brecha digital, mejorar la calidad evaluativa, consensuar metas y un financiamiento “protegido” para poder alcanzarlas son algunos de los puntos que destacó el martes pasado, cuando disertó en el ciclo de “Reflexión sobre la educación”, organizado por el Consejo para la Planificación Estratégica de Córdoba (Copec).
Para el ex ministro, el desafío del Bicentenario representa la posibilidad de que el país se ponga de acuerdo en un plan decenal de educación, que pueda ser aplicado a partir de 2011 cuando la actual ley de financiamiento, que fijó la meta de seis por ciento del PIB para el área, pierda su vigencia.
Para ello -insistió- “debe haber continuidad, independientemente de quién esté en el gobierno, por eso es que necesitamos que estas metas sean aprobadas por grandes acuerdos, sea una ley o sea algún otro mecanismo de pacto“.
Consultado por Comercio y Justicia sobre cuál debería ser la cifra de inversión que se requeriría en el país para mejorar la calidad educativa, Tedesco apuntó primero a consensuar metas, involucrando a los distintos actores sociales, acordar cuánto cuesta lograr esas metas y a partir de ello incluir el financiamiento.
“El acuerdo deberá incluir el financiamiento para lograr las metas, como lo fue la Ley de Financiamiento Educativo, que está actualmente vigente. También debemos comprometernos todos a que ese financiamiento sea otorgado y protegido, que nadie se atreva a hacer ajustes en Educación, pero todo esto depende de que la economía del país crezca. Si el país no crece, se empobrece, no va a haber ninguna posibilidad de satisfacer estas metas”, adelantó Tedesco.
En las provincias
“Si logramos un gran acuerdo educativo nacional que defina las metas a diez años, y en cada provincia su traducción a nivel provincial, creo que habremos dado un paso fundamental porque las políticas educativas no son políticas que uno las pueda someter a plazos gubernamentales”, recalcó el titular de la Upeen.
El ex ministro también sostuvo que, para una reforma integral, hay cambios que requieren una adopción escalonada y otras de tipo shock, como en la introducción de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en los distintos niveles del sistema educativo.
“En la incorporación de tecnologías, se puede hacer en forma de shock, por ejemplo, con la introducción masiva de las computadoras. Pero la gradualidad se da en su implementación pedagógica. No podemos pretender que de un día para el otro los docentes y los alumnos cambien su mentalidad y puedan usar estos elementos de manera plena. Las experiencias que hemos tenido en la Argentina de reformas de choque no han sido muy exitosas”, dijo.
Finalmente, afirmó que “cambiar mentalidades, actitudes, maneras de hacer las cosas, todo eso es lento, no se hace con una ley o un decreto”.