Desde el año pasado, el Colegio de Bioquímicos de la Provincia de Córdoba (Cobico) viene realizando gestiones para que el laboratorio que trabaja en la órbita del Centro Piloto de Detección de Errores Metabólicos (Cepidem), de la Facultad de Ciencias Médicas, regularice su situación. Los reclamos llegaron al Tribunal Superior de Justicia; su presidenta, Mercedes Blanc de Arabel, se comprometió con la problemática.
Básicamente, los reclamos se fudamentan en que este laboratorio funciona sin autorización del Colegio de Bioquímicos ni cuenta con habilitación del Ministerior de Salud de la Provincia. “Esto se agrava en la medida en que este centro piloto realiza y cobra por estudios genéticos correspondientes a la determinación de Filiación y Paternidad”, explicó a Comercio y Justicia Alejandra Casas, vicepresidenta del Cobico y presidenta de Fepuc (Federación de Entidades Profesionales Universitarias de Córdoba).
Esta preocupación también se transmitió a las facultades de Ciencias Médicas y de Ciencias Químicas, y al Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba.
El Cepidem fue creado en 1994 por iniciativa del profesor José Moreno Barral, titular de la Cátedra de Bioquímica y Biología Molecular. Esta dependencia desarrolla actividades académicas y tareas de investigación.
“Hasta allí no existirían contradicciones, pero la situación cambia cuando este centro piloto lleva adelante una propuesta de servicios a la comunidad. La universidad no puede salir a ofrecer lo mismo que ofrece un laboratorio privado”, agregó Casas.
Por su parte, Silvia Zamori, secretaria del Cobico, indicó que los planteos van en tres sentidos. “En primera medida, cualquier lugar donde se realice una práctica bioquímica tiene que estar al frente de un bioquímico, y no es el caso del Cepidem, que es presidido por un médico”.
Además, continuó la secretaria, el “ámbito universitario no debe mezclarse con la práctica profesional, sino que debe brindar un vínculo tecnológico con la sociedad que no se debe superponer con la práctica que un profesional ejerce. La universidad debe ofrecer tecnología, conocimiento y niveles de formación superiores a los que tiene el egresado”.
Por último, la otra cuestión está relacionada con que los estudios genéticos se cobran “muy por debajo” (casi a la mitad) del monto sugerido por las entidades madres que regulan a nivel nacional los honorarios de las prácticas. “Se trata de una competencia desleal en todo sentido. No podemos acepatr que la casa madre y formdora, que nos tiene que transferir tecnología y capacitación, esté compitiendo con nosotros”, completó Zamori.
Antecedentes
Según explicó José Moreno Barral a este diario en febrero pasado, el laboratorio de la universidad trabaja a un ritmo de diez pedidos de estudios de filiación y paternidad por semana. También puntualizó que “desde Tribunales de Familia mandan casos para determinar filiación y paternidad y que, gracias a la nueva tecnología automática, están demorando entre 20 días y un mes”. En este punto, la vicepresidenta del Cobico indicó que el Tribunal Superior de Justicia se comprometió a desactivar todo tipo de publicidad (tipo afiches) que están pegados en las paredes de Tribunales con el fin de captar demanda. “Para la Justicia, los análisis genéticos de filiación efectuados en