Al cierre de esta edición, la votación en desarrollo en la Cámara de Diputados se inclinaba claramente a favor de la destitución de la presidenta de Brasil. Con ese resultado, el proceso quedaría pendiente del voto en el Senado. Hasta ese momento, Dilma seguirá en el cargo.
Cuando ya se habían pronunciado 255 legisladores -la mitad de los 510 presentes- se registraban además tres abstenciones.
La votación comenzó a las 17.48 (misma hora en Argentina). Cada uno de los diputados presentes -que en las casi dos horas y media transcurridas habían aumentado de 504 a 510- disponía de 30 segundos para emitir el voto y fundamentarlo.
La sesión de la cámara Baja comenzó minutos después de las 14 y la votación fue precedida por los discursos del diputado Jovair Arantes, instructor de la comisión especial que recomendó llevar adelante el proceso, y de los jefes de bancadas.
Anoche, los impulsores del impeachment ya contaban con más de los 342 votos necesarios para aprobar el juicio político.
Mientras la sesión se realizaba en la sede del Congreso, en Brasilia, miles de personas se manifestaban en las calles de las principales ciudades del país -incluida la capital- a favor o en contra de Rousseff.
La sesión de la Cámara de Diputados, vital para el destino de Rousseff y del país, estuvo plagada de carteles, banderas y gritos.
Pancartas no: el presidente del Congreso, Eduardo Cunha, -cuestionado luego de que le descubrieran sospechosas cuentas en Suiza- las prohibió, en el preciso momento en que alguien enarboló una que rezaba “Fuera Cunha”, detrás de su cabeza.
Sobre el impeachment
Es un procedimiento contemplado por la Constitución brasileña, en su artículo 85, similar en esencia y fundamentos (aunque con matices) al juicio político contemplado en la Carta Magna argentina. Los promotores de esta instancia en Brasil buscan apartar de su cargo a Rousseff.