Juan Carlos Sacco, uno de los vicepresidentes de la Unión Industrial Argentina (UIA), aseguró ayer que los empresarios del sector están “angustiados, aunque no desesperados” por los acuerdos de inversión que el Gobierno firmó con China.
Luego de las críticas lanzadas por la UIA a esos acuerdos, Sacco sostuvo que “no hubo acceso a los papeles antes de que se firmaran”, por lo que aún se desconocen los detalles de la “letra chica”, a pesar de la reunión que el presidente de la entidad, Héctor Méndez, tuvo con ministros de Cristina Fernández. Jorge Capitanich, Axel Kicillof, Julio de Vido, Carlos Tomada y Débora Giorgi se habían reunido con la cúpula de la central fabril hace 10 días para tratar los acuerdos con China, que generaron desacuerdos en el seno de la entidad empresarial.
Las partes acordaron que técnicos del Gobierno visiten la sede de la UIA de la avenida de Mayo para explicar en detalle los acuerdos sobre industria, obras públicas, servicios y mano de obra, aunque ese encuentro aún no ocurrió.
“La UIA jamás en la historia se negó a un acuerdo bilateral. Cuando vino el ALCA participamos. No es que la UIA no quiera a China o a Europa. Cuanto más se abra el mercado mejor”, aclaró el empresario -cercano al Gobierno-, aunque otros sectores de la central fabril piensan lo contrario.
En declaraciones radiales, Sacco sostuvo que “China nos guste o no nos guste está por encima de todo acuerdo”, y reconoció que “tiene mucho dinero, mucho dinero, y sale a tratar de imponer su mercadería y su mano de obra”.
Y apuntó: “Eso es lícito, pero uno se preocupa porque tiene todo el derecho. La UIA no es un partido político pero tiene que defender los puestos de trabajo. Yo quisiera creerles a todos, pero uno no tuvo acceso a los papeles antes que se firmaran”, apuntó.
El empresario señaló que la preocupación del sector no recae en que “vengan a armar la represa 100 ingenieros chinos, el problema es si hay un libertinaje de chinos llegando a la Argentina y dentro de unos años son mucho más que nosotros porque en la lógica puede pasar”.
“No hay que ofenderse ni nadie puede ponerse mal. Estamos angustiados, no desesperados por el acuerdo con China. Siempre los gigantes, cuando fijan estrategia, el dueño de la plata es la que manda”, reconoció.