Los directores del Instituto de Ciencias de la Administración (ICDA) de la Universidad Católica, del Córdoba Management School (CMS) de la Blas Pascal y de la Escuela de Negocios José Giai de UES 21, en carrera por la internacionalización de sus centros y por la capacitación de un empresariado innovador y de gestión sustentable. Por Carolina Klepp – [email protected]
Formar a los hombres y mujeres de negocios requiere de grandes requisitos según marcan las exigencias del mercado actual y es un diario desafío para las escuelas de negocios lograr una oferta académica que, sin perder teoría, aborde casos prácticos; que mire al mundo entero pero que sepa agudizar la vista en casos cercanos, tenga estándares y profesores internacionales pero con aranceles locales. Internacionalización, sostenibilidad, innovación y emprendedorismo son los objetivos que marcan las instituciones formadoras en un contexto que pide un empresariado socialmente responsable, transparente y capaz de anticiparse a las crisis económicas para evitarlas con medidas preventivas.
Formación Continua reunió a los directores de las escuelas de Negocios de las tres universidades privadas de Córdoba para conocer qué están proponiendo al management local, cuáles son los intereses del sector a la hora de decidir especializarse y qué visión empresarial tiene cada una de las casas de altos estudios a la hora de formar a gerentes de distintas generaciones.
En esta nota, la visión de Gonzalo García Espeche, del Instituto de Ciencias de la Administración (ICDA) de la Universidad Católica de Córdoba; Marco Lorenzetti, de Córdoba Management School (CMS) de la Universidad Blas Pascal, y Federico Paviolo, de la Escuela de Negocios José Giai de la Universidad Empresarial Siglo 21.
¿Cuál es el rol que tienen las escuelas de negocios en el entramado económico-productivo y qué desafío tienen hoy estos centros de especialización? La pregunta abrió el desayuno compartido con múltiples respuestas de los directivos académicos.
“El empresario no quiere ir a las teorías de fondo, ni quiere ir a las experiencias superficiales. El desafío es encontrar el mix metodológico, contar casos locales, plantear bibliografía actualizada pero no de otro planeta sino aplicable a nuestros contextos. El desafío es encontrar métodos y docentes que puedan hacerlo con una didáctica amigable”, sostiene Lorenzetti, que inaugura la ronda de análisis.
Por su parte, Paviolo, agrega: “Las escuelas de negocios de Córdoba tenemos que ser capaces de darle a los empresarios las herramientas para que se animen a generar multinacionales medianas, con miras a ser globales. Tenemos que hacer que el entramado productivo de la región se anime a más. ¿De qué manera? Los casos locales más cercanos latinoamericanos que mostramos en nuestras aulas son un camino, también necesitamos de profesores internacionales que puedan brindarnos una mirada sobre las últimas tendencias del mundo”.
Todos coinciden en que, tanto los centros de educación superior como el empresariado, deben dar un paso para llegar a un punto de encuentro.
“La escuela de negocios debiera ser un puente entre la academia y las organizaciones. Ese puente tiene que tener no sólo marcos conceptuales sino práctica. El empresario va a las aulas, lleva un problema específico y busca soluciones. A eso hay que agregarle un capítulo particular que es Argentina, con sus particularidades. Hay una cuestión endémica relacionada con los ciclos virtuosos y no virtuosos de la economía, lo que genera visiones cortoplacistas y esas particularidades nos toca abordarlas”, completa García Espeche.
Un aspecto común que destacaron los tres referentes es la necesidad de dotar a las aulas de profesores que vivan de lo que enseñan.
“Cuando hablamos de ese puente de lo que realmente necesita el empresario para progresar, hay un debate grande sobre el balance entre tener profesores practitioners (que hagan afuera lo que enseñan en el aula) y otros que sean investigadores que puedan contar las últimas tendencias. Tiene que existir un equilibrio entre ellos dos. Cada vez se valora más lo que cuenta un practitioner, porque aporta más a ese puente entre academia y empresa, le da soluciones más cercanas al empresario”, destaca Paviolo.
Internacionalización y sostenibilidad
¿A qué tipo de gestión empresarial apunta cada una de las escuelas de negocios?
“Estamos trabajando tres ejes: internacionalización, sostenibilidad e innovación. Tratamos que los programas genéricos estén contagiados de estos ejes y que haya programas específicos para cada uno de ellos. Cuando hablamos de innovación también se engloba emprendedorismo. Nosotros, por ejemplo, tenemos una potente incubadora de startups denominada DoingLabs”, sostiene el director de Córdoba Management School de la UBP.
En tanto, para el titular de ICDA, el objetivo central de esa institución es la internacionalización, “que es muchísimo más que traer a un profesor de afuera a dar clases”, aclara. “Los procesos de internacionalización son de largo aliento, entre 7 y 12 años, lo que implica pensar internacionalmente, tener procedimientos, programas y acreditaciones internacionales y una paleta de relacionamiento internacional que vaya mucho más allá de sólo un convenio firmado. Todo esto en el marco de una universidad jesuita, donde la persona humana sea eje central de la actividad económica”.
A su turno, el director de la Escuela de la UES21, enumera lo que para ellos es estratégico: la internacionalización, la sostenibilidad y el emprendedorismo.
Cuando emerge el tema de la “internacionalización”, los entrevistados explican que cuando se habla de administración de empresas en el mundo se habla también de la denominada “Triple Corona”. Se refieren a la máxima acreditación con la que puede contar una escuela de negocios, ésta es aquella que otorgan las tres asociaciones de acreditación más influyentes del mundo: Association to Advance CollegiateSchools of Business (Aacsb); European Quality Improvement System (Equis) y Asociación de Maestrías en Administración de Negocios ( AMBA). En Argentina, sólo la IAE, la Escuela de Negocio de la Universidad Austral, cuenta con la triple corona. Con alguna acreditación le siguen las universidades de Buenos Aires, San Andrés y Di Tella.
En Córdoba, el ICDA está actualmente en un proceso de mentoring con la acreditadora Equis, proceso que dura de 3 a 5 años, para luego iniciar una instancia de acreditación.
Cada vez más jóvenes millenials
Los Master in Business Administration (MBA) o Maestrías en Administración de Empresas, la carrera genéricamente más demanda en las escuelas de negocios, tiene alumnos cada vez más jóvenes. Hace 25 años atrás era cursada por personas de entre 35 y 40 años, hoy la edad promedio de ese alumnado es de 28 años. En este dato acuerdan las estadísticas de los tres entrevistados. En tanto, la franja etaria en los programas de alta dirección se eleva a 45 -50 años.
Todos advierten que los profesores y las metodologías tienen hoy que aggiornarse por la denominada generación millenials, aquellos jóvenes que hoy tienen entre 23 y 35 años.
“Entre los millenials y los profesores hay una brecha que estamos estudiando y nos estamos dejando ayudar con gente de especializada en el tema. Hay cosas que el profesor promedio de 50 años no termina de decodificar respecto de lo que ocurre con esa generación”, dice García Espeche al tiempo que ejemplifica que los docentes en lugar de decir abran sus apuntes, deben decir “buen día, prendan sus smartphones” por el uso aúlico de las tecnologías que tienen hoy los jóvenes.
En tren de adaptación, Lorenzetti comentó que debieron dar de baja un proyecto de aulas con asientos escalonados en forma de medialuna para delinear un nuevo espacio físico plano e hipertecnológico. “La disposición jerárquica de un aula con un docente dando una clase magistral genera una barrera que en la generación millenials es un obstáculo fuerte, simbólico”.
“La manera que medimos a nuestros profesores – agrega Paviolo- es no sólo que sean expertos en la materia que van a impartir, sino que sean capaces de entusiasmar a la clase. Esto ha cambiado y hay que adaptarse, esa flexibilidad de aulas se produce en todo el mundo; se están modificando esas aulas jerárquicas por aulas flexibles, con pantallas en distintos lugares. Es un desafío adaptar a nuestros profesores a ello”.
Para el director de Córdoba Management School también se deben adaptar los programas como los MBA. “No funcionan los dictados de materias como compartimentos estancos. En la realidad, la persona del área de Marketing tiene que negociar fervientemente su presupuesto con el área Financiera. Hoy todo gerente de cualquier área tiene que ser además un ‘mini’ gerente de Recursos Humanos”, concluyó.
Los precios de los MBA y los posgrados
Los precios del mercado cordobés, suministrados por los referentes de las distintas casas de altos estudios, varían según se trate de posgrados, programas focalizados o cursos. Algunas de las propuestas más representativas:
– En la UBP, las diplomaturas presenciales están en el orden de 15.000 y 20.000 pesos, y bajan un poco las de modalidad a distancia. Duran entre 8 y 10 meses en general y suelen haber más intensivas de 6 meses.
– En el ICDA, el producto de capacitación emblemático es el MBA, tiene un costo mensual de 5.200 pesos, dura dos años y ofrece también una modalidad de fin de semana que dura dos años y cuatro meses más. La Diplomatura en Gestión Gerencial de dos años, tiene un costo promedio de 3.000 pesos mensuales.
– En el caso de UES 21, el MBA tiene un costo general de 125.000 pesos por los dos años que dura. También ofrece diplomaturas de 8 meses y especializaciones de un año y medio promedio.
Al indagar sobre el mercado local, coinciden en que “es el individuo el que empuja para hacer y solventar el posgrado; a veces logra algún aporte de la empresa, al revés de lo que ocurre en Buenos Aires donde son las compañías las que invierten. El mercado local no es corporativo, hay pocas empresas que pagan”.
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