La frase pertenece al tributarista Marcos Sequeira, quien advirtió que -por otra parte- la medida conlleva el riesgo de que un aumento en las importaciones eleve la demanda de dólares, lo que podría complicar la estabilidad cambiaria
Desde el lunes, el Gobierno decidió reducir la alícuota para las importaciones y fletes a 7,5%. Esta reducción tiene como objetivo aliviar los costos de producción y mejorar la competitividad de las industrias que dependen de insumos importados, especialmente en sectores como el automotor y la electrónica de consumo. Sobre este tema Factor dialogó con Marcos Sequeira tributarista, máster en fraude fiscal, lavado de activos y compliance por la Universidad Complutense de Madrid y jurado de Tesis de la Universidad de Buenos Aires
¿Puede explicarnos qué es el impuesto PAIS y cuál fue su objetivo cuando se implementó? ¿Cómo lo clasificaría dentro del sistema tributario?
El impuesto PAIS fue creado en diciembre de 2019 por medio de la ley 27541, en un momento en que Argentina enfrentaba una profunda crisis económica. Este impuesto se diseñó para gravar ciertas operaciones en moneda extranjera, como la compra de divisas para ahorro y el consumo en el exterior. Su objetivo principal era desalentar la demanda de dólares, proteger las reservas internacionales del Banco Central y fomentar el uso del peso argentino. Adicionalmente, el impuesto se convirtió en una fuente significativa de ingresos fiscales, de suma importancia para financiar programas sociales y mitigar el déficit fiscal. El impuesto PAIS es un impuesto indirecto, lo que significa que grava el consumo en lugar de la renta o el patrimonio de los contribuyentes. Al ser un impuesto indirecto, se aplica directamente sobre las transacciones específicas, como la compra de divisas y el gasto en el exterior, sin tomar en cuenta la capacidad contributiva del individuo. Este tipo de impuestos es común en muchos sistemas fiscales porque son relativamente fáciles de recaudar y pueden generar ingresos significativos. Sin embargo, también tienen sus desventajas, especialmente en términos de equidad.
¿Cuál ha sido la importancia de la recaudación de este gravamen respecto al Producto Bruto Interno (PBI)?
La recaudación del impuesto PAIS ha sido significativa desde su implementación, al punto de representar un componente fundamental dentro de los ingresos fiscales de Argentina. Por ejemplo, en 2023, la recaudación alcanzó aproximadamente $1,5 billón de pesos. Si consideramos que el PBI de Argentina es de aproximadamente $600 billones, podemos ver que este impuesto contribuye de manera notable al financiamiento del Estado, pues representa una fracción importante del total de los ingresos. Esta recaudación ha sido fundamental para sostener programas sociales y financiar proyectos de infraestructura en un contexto económico complicado.
También hay que señalar que la recaudación del impuesto PAIS ha sido notable desde su creación. En 2019, con sólo un mes de vigencia, la recaudación fue limitada, pero en 2020 y 2021 comenzó a tomar fuerza. En 2022, alcanzó aproximadamente $1.510.889 millones de pesos, lo que marcó un aumento significativo. En 2023, la recaudación se incrementó a alrededor de $1,5 billón de pesos, representando un aumento de 15% respecto al año anterior. En 2024, sólo en enero, se recaudaron $469.199 millones, lo que indica que este impuesto sigue siendo una fuente importante de ingresos para el Estado.
Este crecimiento en la recaudación ha sido fundamental para financiar los programas de la Anses y proyectos de infraestructura y vivienda social, en un contexto en el que la economía argentina ha enfrentado múltiples desafíos.
Dada su relevancia, ¿cómo se distribuyen los fondos recaudados por este impuesto?
La recaudación del impuesto PAIS se destina principalmente a dos áreas clave. Setenta por ciento de los fondos se utiliza para financiar programas de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), incluyendo jubilaciones, pensiones y otras prestaciones sociales. El 30% restante se asigna a proyectos de vivienda social, infraestructura económica y desarrollo del turismo interno, por medio del Fondo de Integración Socio Urbana. Esta distribución refleja la intención del Gobierno de utilizar el impuesto no sólo para controlar la demanda de divisas sino también para fortalecer la red de seguridad social y promover el desarrollo económico.
¿Cómo ha evolucionado este gravamen desde su creación?
Desde su implementación en diciembre de 2019, el impuesto PAIS ha experimentado varias modificaciones significativas. Inicialmente, la tasa de 30% se aplicaba a la compra de divisas para ahorro y a la adquisición de bienes y servicios en el exterior. También se estableció una tasa de ocho por ciento para servicios digitales, como plataformas de streaming.
Durante 2020 y 2021, estas alícuotas se mantuvieron, pero se añadió una percepción adicional de 35% a cuenta del impuesto a las Ganancias y Bienes Personales sobre las compras en dólares, lo que elevó el costo total de estas transacciones a 65%. Esta medida fue diseñada como un control cambiario más estricto para desalentar aún más la demanda de divisas en un momento de gran incertidumbre económica.
En julio de 2023, la alícuota para la importación de bienes y servicios, incluidos los fletes, se incrementó a 17,5%, mientras que ciertos servicios en el exterior, como mensajería y seguros, pasaron a ser gravados con una alícuota de 25%. Estas medidas buscaban aumentar la recaudación fiscal en un contexto de ajuste económico.
Con respecto a la última reducción de la alícuota, ¿qué impacto espera que tenga en la economía y en los precios de los productos?
La reducción a 7,5% para importaciones y fletes debería tener un impacto positivo en los costos de producción, lo que podría traducirse en una disminución de los precios al consumidor, especialmente en productos importados. Sectores que dependen de insumos extranjeros, como la industria automotriz, la electrónica y otros productos manufacturados, podrían beneficiarse significativamente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta medida también podría aumentar la demanda de divisas, lo que pondría presión sobre las reservas internacionales del Banco Central.
Si bien la medida es positiva para la competitividad y puede ayudar a contener la inflación en ciertos rubros, también conlleva el riesgo de que un aumento en las importaciones eleve la demanda de dólares, lo que podría complicar la estabilidad cambiaria. El Banco Central tendrá que gestionar cuidadosamente esta situación para evitar una crisis en el mercado cambiario.
¿Cómo cree que esta reducción podría afectar las reservas internacionales y la estabilidad económica del país?
La reducción del impuesto PAIS para importaciones podría incentivar una mayor demanda de dólares, especialmente si los importadores deciden aprovechar el costo más bajo para aumentar sus compras de bienes y servicios del exterior. Esto, a su vez, podría poner una presión significativa sobre las reservas internacionales del Banco Central, que ya están bajo presión.
El aumento en la demanda de dólares podría llevar a una situación en la que el Banco Central tenga que intervenir en el mercado cambiario con mayor frecuencia para evitar una depreciación descontrolada del peso. Además, si las reservas continúan disminuyendo, podría haber un impacto negativo en la percepción internacional sobre la estabilidad financiera de Argentina, lo que complicaría aún más las negociaciones con acreedores internacionales y organismos como el FMI.
El manejo de estos riesgos dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno para equilibrar las necesidades de financiamiento interno con la estabilidad cambiaria. Si bien la reducción del impuesto PAIS puede ayudar a estimular la economía en ciertos sectores, es determinante que se implementen políticas complementarias que aseguren un flujo estable de divisas y eviten una fuga masiva de capitales.
Esto podría incluir medidas para atraer inversiones extranjeras, incentivar las exportaciones, y mantener un control estricto sobre las reservas. Además, la política monetaria del Banco Central jugará un papel decisivo en este equilibrio. Si se maneja correctamente, la reducción del impuesto podría traer beneficios sin causar una crisis, pero es un desafío complejo que requiere una gestión cuidadosa.
¿Cómo se espera que la reducción del impuesto PAIS impacte en los índices de precios al consumidor?
La reducción del impuesto PAIS, especialmente en las importaciones y fletes, podría contribuir a una disminución en los costos de producción, lo que, a su vez, podría reflejarse en una baja en los precios al consumidor. El ministro de Economía, Luis Caputo, ha mencionado que se espera una baja en los precios para septiembre, debido a esta reducción. No obstante, la efectividad de esta medida para controlar la inflación dependerá de varios factores, incluyendo la respuesta de los importadores y la capacidad del Gobierno para mantener la estabilidad cambiaria.
Si los importadores trasladan la reducción de costos a los precios finales, podríamos ver una moderación en la inflación, especialmente en productos con un alto componente importado. No obstante, si la presión sobre el dólar se incrementa debido a una mayor demanda de importaciones, el impacto positivo sobre la inflación podría verse neutralizado por una depreciación del peso, lo que complicaría aún más la situación económica.
Para concluir, ¿cómo ve el futuro del impuesto PAIS más allá de su vigencia actual?
El impuesto PAIS está programado para finalizar el 23 de diciembre de 2024 pero, dado su papel superlativo en la recaudación fiscal y el control de divisas, no sería sorprendente que el Gobierno considerara su prórroga o alguna otra modificación. Si el Gobierno decide continuar con el impuesto, es probable que se realicen ajustes para mitigar algunos de estos efectos negativos, especialmente si se busca que el impuesto sea menos regresivo y más equitativo. Podrían introducirse exenciones adicionales o escalas diferenciadas según el tipo de operación o el perfil del contribuyente. Sin embargo, esto también dependerá del contexto económico en ese momento y de la necesidad de mantener o ajustar las políticas fiscales y cambiarias. Asimismo, este gravamen ha jugado un papel clave en el equilibrio fiscal de Argentina, especialmente en un contexto de persistente déficit fiscal y limitadas fuentes de financiamiento externo. Al gravar operaciones en moneda extranjera, el impuesto no sólo ayuda a proteger las reservas del Banco Central sino que también genera ingresos significativos que son de enorme relevancia para financiar el gasto social y los proyectos de desarrollo.
Dado el contexto económico actual, con una alta inflación y una economía que necesita estímulos para crecer, el impuesto PAIS ha sido una herramienta doblemente útil: por un lado, ayuda a controlar la fuga de divisas, y por otro, permite al Gobierno contar con recursos adicionales para sostener sus programas sin recurrir exclusivamente a la emisión monetaria, que podría exacerbar la inflación.
¿Hay algún debate en torno a la sostenibilidad de este impuesto a largo plazo, considerando su impacto en la economía y la sociedad?
Sin duda, el impuesto PAIS ha generado debates tanto en términos de su sostenibilidad como de su equidad. Si bien ha sido efectivo en generar ingresos y controlar la demanda de divisas, también ha enfrentado críticas por su impacto regresivo y por las posibles distorsiones que introduce en la economía.
A largo plazo, la sostenibilidad de este impuesto dependerá de varios factores, incluyendo la evolución de la economía, la situación fiscal del país y la capacidad del gobierno para implementar reformas estructurales que reduzcan la necesidad de medidas impositivas tan agresivas. Además, el impacto en sectores específicos, como el turismo y los servicios digitales, podría llevar a reconsiderar su alcance y estructura en el futuro.
Cautela
Según el profesional, en los próximos meses es probable que se visualice un enfoque cauteloso del Gobierno en cuanto a la aplicación del impuesto PAIS. La reciente reducción de la alícuota para importaciones y fletes es un indicio de que el Gobierno está buscando un equilibrio entre la necesidad de generar ingresos y la de estimular la economía. Con todo, también es un período crítico en el que la estabilidad cambiaria y la preservación de las reservas del Banco Central serán prioridades.
“Si el Gobierno logra gestionar eficazmente estos desafíos, podríamos ver un escenario en el que el impuesto PAIS continúe existiendo, pero con ajustes que lo hagan menos oneroso para ciertos sectores y más alineado con los objetivos de desarrollo económico del país”, concluyó.