ESCUCHARA pesar del auge de este medio para hacer operaciones y digitalizar un activo, hay mercados como el inmobiliario que, si bien ya han realizado algunas operaciones con esta tecnología en el país, hay quienes aún lo encuentran riesgoso
En los últimos tiempos, la criptoeconomía ha tomado mayor relevancia. Los especialistas en el tema explican los beneficios de una tendencia que crece en el mundo pero que no termina de afianzarse en Argentina y que aún genera dudas en algunos sectores. Es que, si bien nuestro país fue uno de los pioneros en abrirse el mundo de las criptomonedas, muchos sectores están sólo comenzando a ver de qué se trata, analizando ventajas y desventajas de este nuevo mundo que la tecnología presenta.
Algunas industrias encuentran posible y positivo el uso de las criptomonedas para cerrar operaciones y la “tokenización” como una herramienta financiera que permite la digitalización de un activo. Quienes tienen esta mirada, valoran su fraccionamiento y democratización, así como la facilidad y la seguridad a la hora de desprenderse del token. Otras creen que su ingreso al mundo financiero y de los negocios será más dificultoso de lo esperado y tienen ciertos resquemores a la hora de promover el uso de estas monedas en sus actividades comerciales.
En el caso del mercado del real estate, en los últimos meses ha comenzado a usarse la criptomoneda (principalmente el Bitcoin) como forma de pago al momento de concluir una operación.
“Como no existe un marco que lo regule, se trata de un acuerdo entre las partes en las que se define de común acuerdo el valor del inmueble en esta moneda alternativa. Esto no sólo es viable sino que también es legal, puesto que no afecta el desarrollo burocrático habitual en la compra y venta de inmuebles como la realización de la escritura, el boleto de compraventa, etcétera” comentó Marcelo Schamy, CEO de IDG Homes Detroit.
«La única diferencia es la forma como se ‘paga’ el inmueble, para lo cual las partes involucradas se ponen de acuerdo en cuanto vale aquél y establecen el valor de la criptomoneda de acuerdo con indicadores de cotización del momento”, agregó Schamy.
Según la proyección del Foro Económico Mundial para 2021, estará tokenizado 10% del PBI. «Es innegable que el fenómeno del mercado cripto ha crecido de manera exponencial tanto en cantidad de inversores como de exchanges, pero todavía no hay certezas respecto de si la criptomoneda será la moneda del futuro y cuán compatible será con el mercado del real estate», destacó la empresa.
“En un mercado en el que los inversionistas buscan siempre controlar, cuanto sea posible, la variable riesgo, el alto nivel de volatilidad de esta nueva moneda hace difícil pensar en transacciones seguras y confiables en un nuevo contexto en el cual no existen aún reglas de juego claras y no hay un marco regulatorio que las respalde”, expresó Schamy, en tanto agregó que «en línea con esto, es entendible que la volatilidad propia de las criptomonedas pueda generar situaciones algo incómodas (por ejemplo, por el cambio del valor de la criptomoneda) en el medio de una transacción de un inmueble».
Para el CEO de IDG, es difícil imaginar un sustituto del ladrillo; al menos no por ahora ni con el respaldo que hoy tienen los inversores en el sector de los bienes raíces. “Desde hace más de un siglo, para el argentino el ladrillo es una de las principales formas de ahorrar. Invertir en inmuebles siempre fue sinónimo de seguridad y de acceso a una renta mensual; además el ladrillo y el valor del m2 están dolarizados, lo que impide que las propiedades pierdan valor aun en países con economías inestables”, explicó.
Es cierto que las criptomonedas llegaron para quedarse y que ya han dado sus primeros pasos en el sector inmobiliario. Pero aún quedan muchas variables por estudiar y el tiempo dejará ver si en el futuro los inversores encontrarán en las criptomonedas una seguridad que les permita destinar todos sus ahorros en propiedades tokenizadas o comprarlas a valor criptomoneda.
