“Si nuestros reclamos no son escuchados, bloquearemos las principales ciudades el próximo primero de diciembre”, sentenció ayer un dirigente piquetero en una de las manifestaciones que impidieron la libre circulación en Capital Federal.
Las prolongadas pujas asociadas a algunos conflictos laborales o sindicales que interfieren sucesiva y continuamente el quehacer cotidiano de la mayoría de los habitantes tanto de la ciudad de Córdoba como los de Capital Federal, y que se han mediatizado casi hasta el hartazgo, han generado una masiva percepción de creciente conflictividad laboral.
Sin embargo, un estudio realizado por Sel Consultores, en el que se tomó como base 102 compañías que ocupan 192.000 personas, reveló que en sólo una de cada 12 firmas se llegó a un conflicto de tipo sindical.
“La percepción del clima de inquietud laboral y social se origina en una característica común: la ocupación de la calle”, indicó la investigación dirigida por Ernesto Kritz. “Este método para procesar los conflictos, utilizado en un principio por las organizaciones sociales no sindicales, se extendió a las sindicales en sustitución de la basada en concesiones recíprocas y el acatamiento de los procedimientos legales”, se explicó.
Los resultados de la investigación, en tanto, indican que en los últimos seis meses, algo menos de la mitad de las firmas consultadas recibió demandas sindicales y una de cada cuatro las tiene actualmente. En la gran mayoría de los casos (73%) se trata de reclamos salariales, aunque 23% se relacionan con medidas de ajuste tomadas por las empresas frente a la recesión. “En otros términos -explicó SEL-, ni la extensión ni los determinantes principales de las demandas parecen fuera de lo normal”.
Asimismo, en dos de cada tres casos los pedidos se procesaron o se están procesando “normalmente”, es decir sobre la base de concesiones recíprocas; y en uno de cada cinco, en un “clima de tensión pero sin llegar al conflicto”. Por su parte, las demandas llegaron a situación de “conflicto” en una de cada seis firmas, lo que equivale a poco más de 8% del total de las empresas consultadas.
En un análisis prospectivo, el estudio sentenció: “No más de 9% considera muy probable que surja un conflicto; 28% opina que es algo probable, anticipando negociaciones tensas; y 62% lo estima poco o nada probable. Esto parece indicar en el sector privado –probablemente sea distinto en el público- un clima laboral de conflictividad baja o moderada”.
Medidas
En los casos en los que sí se llegó al conflicto, predominan las medidas de fuerza regulares como el quite de colaboración, el trabajo a reglamento o paros, mayormente con presencia en los lugares de trabajo. Hay, sin embargo, un 13% de los que presentaron demandas, en los que las medidas incluyeron el bloqueo de ingreso de la empresa. Si bien son una minoría, involucran poco más de 6% del total de las encuestadas.