Para el director de la consultora Abeceb.com, en las negociaciones salariales hubo un “compromiso tácito” para cuidar las fuentes de trabajo. Sin embargo, remarcó que será un año difícil en el que habrá mayor cantidad de suspensiones, horas extras caídas y menos contratos temporarios, entre otras situaciones.
Invitado por la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec) para analizar el rumbo de la actividad económica, Dante Sica, director de la consultora Abeceb.com, adelantó que descree que éste sea un año en el que se vaya a resentir el nivel de empleo, aunque admitió que será “más líquido”.
En diálogo con Comercio y Justicia, el economista consideró que hubo un “acuerdo tácito entre empresarios y sindicalistas” para cuidar entre todos los puestos de trabajo.
“No creo que sea un año en el que vaya a aumentar la tasa de desempleo, porque -sin estar escrito- creo que hubo una acuerdo en las negociaciones paritarias. Es decir, no se tiró mucho de la cuerda en el reclamo de aumento pero sí se negoció que haya compromiso en el cuidado del empleo. ¿Cómo se nota? En que la producción ha caído lo suficiente como para eliminar un turno de trabajo; sin embargo, se resolvió dar turnos rotativos, se trabaja tres o cuatro días y se suspende uno o dos”, dijo.
En ese sentido, adelantó que lo que sí se va a observar este año es un “mercado más líquido. Es decir, más blandos, con aumento de suspensiones, caída de horas extras, menos contratos temporarios, jubilaciones que no se renuevan, etcétera. Esto debido a que en el mercado hay mayor disponibilidad de trabajadores”, graficó para hacer referencia a una realidad más flexible.
-¿Cómo ve el poder adquisitivo de los trabajadores en función de la inflación?
-Creo que la inflación comienza a ser descendente. El tema pasa por si se estaciona alrededor de 30% o si el Gobierno -por el tema de la emisión monetaria- sostiene un piso más alto. Si se mantiene alrededor de 30%, yo diría que el salario sale empatado. Sin embargo, puede ser que con el ajuste de los subsidios al gas, los sectores medios sean los que pierdan más capacidad. Donde sí es claro que va a haber una caída en el ingreso es en el sector informal. Allí es donde se va a ver más conflictividad.
-¿Concuerda en que la inflación se está desacelerando?
-Sí, pensamos que la inflación va a estar entre 30 y 35% anual. Eso porque creemos que el Gobierno no va a bajar el déficit, es decir, va a seguir emitiendo en los mismos niveles en los que lo viene haciendo.
-¿Cómo ve la actividad económica?
-La economía argentina pasó de tener superávits gemelos a déficit en ambos casos. Ante esa situación, financió esos déficits con reservas y con emisión, que -de alguna manera- generó un agravamiento del proceso inflacionario, que a su vez agudizó el problema del déficit de cuenta corriente. Cuando llegó a finales de 2011, la gestión se dio cuenta de que con los instrumentos que estaba manejando no podía contener y seguir manteniendo esa pérdida de reservas y tenía que hacer algún cambio.
-¿Cómo ve las medidas tomadas?
-Lo que se está haciendo ahora es un programa de ajuste y estabilización macroeconómica. Primero empezó con un programa de devaluación, aumento de tasas de interés para tratar de corregir el problema externo y se sentó sobre el nivel de exportaciones, esperando que lleguen los dólares de la cosecha. Más o menos con eso calmó el mercado cambiario. Pero, por el otro lado, no está haciendo nada en materia fiscal. La pregunta es por qué no está haciendo nada, porque lo que tiene que bajar es la emisión. Si el Gobierno consiguiera financiamiento para hacer frente al déficit, no habría problemas en que siga gastando. El problema es que financia el déficit con emisión.
-Pero ahora está saliendo al mercado externo…
-Cuando salió se dio cuenta de que arrastraba problemas que no se lo permitía: holdouts, Club de París, problemas en el Ciadi, mala relación con el FMI. Ahora está recomponiendo esos temas. Sucede que eso es de plazo mediato, es decir, es algo que quizá le permita acceder al mercado internacional a finales de año y la plata se necesita ahora. Y mientras más tarde el Gobierno en ajustar la parte fiscal, más va a ajustar el nivel de actividad económica. Porque es claro que la tasa de interés es la que de alguna manera hace el trabajo sucio, sacando la liquidez excedente. Hay que tener en cuenta que la mayor parte del gasto está destinada a los subsidios de la energía.
-Allí ya comenzó con el ajuste en los subsidios del gas, aunque lo que se hizo fue una reasignación.
-Yo diría que siquiera hizo una redistribución. Aunque por lo menos planteó el tema, ése es uno de los grandes logros de este año. Nadie se imaginaba que se iba a hacer el ajuste. El problema es que lo hace desordenadamente y no lo asume. Tiene un discurso y la reducción del gas sólo apunta a 30% del consumo y el impacto que tiene es de menos de medio punto del PBI, y los subsidios a la energía representan cuatro puntos del PBI. Está claro que debe hacer algo más. Tiene que avanzar en el tema.
-¿Se puede seguir incentivando el consumo?
-Creo que no, porque el Gobierno perdió la holgura fiscal y la capacidad de hacer políticas anticíclicas. Hoy es más proclive a las políticas procíclicas.
-¿Cómo ve el tipo de cambio?
-Se va a mover. No va a haber una maxi devaluación, pero el Gobierno lo va a dejar correr hacia arriba. Si quiere mantener la ganancia de competitividad que se obtuvo con la devaluación en enero, sin perder el costo político que significó aplicar la medida, a fin de año debería de estar en 9,50 pesos.