Un informe de la consultora Ecolatina delineó el panorama que posiblemente se presentará durante el mandato presidencial de Alberto Fernández. Mientras, el PBI continuará en retracción
Un informe de la consultora Ecolatina delineó el panorama que puede presentarse en el primer año del mandato presidencial de Alberto Fernández. La entidad precisó las perspectivas para distintos sectores, además de detallar algunos aspectos generales de fundamental importancia como la inflación, los salarios, la deuda y el producto bruto interno (PBI).
“En el último año del gobierno de Mauricio Macri, solo un sector logró concluirlo bajo expansión, el agropecuario. De cara al 2020, el contexto seguirá siendo complejo para la economía argentina y sólo algunos sectores podrán salir a flote, mientras que otros concluirán el año todavía sumergidos en recesión”, indicó el documento difundido este domingo.
Asimismo, señaló que “aún con un set de medidas tendientes a mejorarel poder adquisitivo de los sectores de menores ingresos, el salario promedio no logrará ganarle a la inflación sino hasta fines de 2020”.
En tanto, el informe agregó que “a pesar del cambio de gobierno, la política fiscal no será expansiva ya que deberá mostrar un sendero de consolidación para alcanzar una renegociación favorable de la deuda”.
Por otra parte, detalló que “con los actuales controles cambiarios, será posible una política monetaria un poco más expansiva pero no lo suficiente para impulsar la economía en el corto plazo”. “De esta forma, el PBI promediará en 2020 su tercer año consecutivo de caída, aunque si se
aleja el fantasma del default, podría empezar a recuperarse en el segundo semestre y concluir el año con valores positivos”, proyectaron los especialistas de la entidad.
En relación con los distintos rubros, Ecolatina estimó que el sector de la construcción “podría experimentar una mejora hacia la segunda parte del año y concluir el 2020 bajo un proceso de reactivación” debido a “las restricciones cuantitativas al acceso al mercado de divisas”.
“En un contexto de cepo cambiario, la construcción se configura como una opción para dolarizar ahorros. En el caso de las familias, los ahorros podrían volcarse a reformas y ampliación de viviendas, y en el caso de las empresas, a la construcción de oficinas y/o viviendas nuevas como forma de resguardar las utilidades ante la imposibilidad de girarlas al exterior”.
En tanto, los sectores de servicios “difícilmente puedan experimentar una reactivación en 2020” dado que “el principal motor de su demanda es el poder adquisitivo de las familias, el
cual continuará deprimido durante gran parte del año”.
En cuanto a Vaca Muerta, se proyectó que, “teniendo en cuenta la necesidad imperiosa que tiene Argentina de generar divisas genuinas para solventar la deuda pública contraída mayormente en moneda dura, las probabilidades de que el blindaje a Vaca Muerta se efectivice son altas”.
En el caso del campo, “el aumento de las retenciones reduce la rentabilidad del sector, mientras que en el plano internacional, una buena oferta y una menor demanda de los países asiáticos tras la fiebre porcina mantienen los precios internacionales por debajo del promedio de los últimos años”.
Además, en 2020 se espera “menor cosecha, pero por encima del promedio de la década”, y “que la producción de carne continúe creciendo de la mano de mayores exportaciones”.
Un caso interesante puede ser el próximo año de la industria, que podría finalizar con un proceso de reactivación. “Por un lado, al igual que ocurrió en 2019, las ramas industriales vinculadas con el sector agrícola lograrían mantenerse en expansión gracias a la buena performance que tendría el campo. Entre ellas: agroquímicos; molienda y panificados”, se aseguró.
“Por su parte, se espera que la producción de carne continúe creciendo de la mano de mayores exportaciones. El mayor consumo de carne en los países asiáticos, sumado a lacrisis sanitaria que atraviesa dicha región, auguran una mayor demanda desde el exterior”, agregó el informe, y detalló que por último también existen buenas expectativas respecto de que “la protección sobre sectores de mercado internistas e intensivos en mano de obra se acreciente. Restricciones cuantitativas a las importaciones (licencias no automáticas) y créditos blandos a ramas fabriles como electrodomésticos, textil, cueros y juguetes se verían beneficiados”.
INDUSTRIA PYME
LA PRODUCCIÓN CAYÓ 1,3% EN NOVIEMBRE
La producción de las pymes industriales cayó 1,3% en noviembre frente a igual mes de 2018, mientras que respecto a octubre pasado creció 3,1% en la medición sin desestacionalizar, informó ayer la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
En líneas generales, el resultado de noviembre fue dispar según el rubro de producción y la cantidad de operarios: mientras que las pymes con menos de 50 empleados tuvieron un descenso de 2,6% en su producción (comparando noviembre 2019 con el mismo mes del año pasado), las firmas con 50 empleados o más tuvieron un crecimiento anual de 2,2%.
A su vez, el subgrupo de empresas exportadoras tuvo un declive anual menor, de 0,2% en su producción en el penúltimo mes de este año. En tanto, en las exportadoras de alta frecuencia, la producción creció 4,6%. De esta forma, en los once primeros meses del corriente año la industria pyme acumuló una baja promedio de 6,5%, comparado con igual período de 2018.
Los datos corresponden a la Encuesta Mensual Industrial de CAME, hecha entre 300 industrias pymes de todo el país.
Sobre un total de 12 sectores productivos relevados, tres crecieron en la comparación anual, uno se mantuvo sin cambio y ocho cayeron. Los sectores en progreso fueron: alimentos y bebi-
das, con un alza anual de 3,5%; calzado y marroquinería (+0,2%) y maderas y muebles (0,7%). Se mantuvo sin cambios material de transporte. Hay que tener en cuenta que muchos de esos rubros se están comparando contra meses de fuertes caídas.
En contraposición, continuaron en descenso fuerte en la comparación anual: minerales no metálicos (-5,5%), productos de metal, maquinaria y equipo (-4,6%), productos electromecánicos, informática y manufacturas varias (-3,9%) y productos químicos (-3,3%).
En noviembre también disminuyó levemente, a 38,9%, el porcentaje de empresas con rentabilidad positiva (desde el 39,5% en octubre). A su vez, se redujo desde 36,6% a 21,8% la proporción de industrias con rentabilidad negativa.
Por último, el uso de la capacidad instalada pasó de 64,9% en octubre a 64,3% en noviembre.