Distintas consultoras que se dedican a relevar los precios de la economía argentina han publicado los resultados de dichos monitoreos. Es el caso de Libertad y Progreso, cuyo IPC de diciembre arrojó un avance del 5,2% mensual, registrando un aumento por debajo del 6% por segunda vez consecutiva y acelerando levemente respecto al 4,9% de noviembre.
“El rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas (23% de la canasta del IPC) subió 4,2% en diciembre, mostrando una aceleración en la última semana del año. Sin embargo, el ritmo relativamente lento de las primeras tres semanas le permitió mantenerse por debajo del IPC general”, señaló el informe de la consultora.
“Esto habría sido explicado, por lo menos parcialmente, por la puesta en vigor del Programa Precios Justos”, agregó.
Los rubros que mostraron una mayor aceleración respecto a noviembre fueron prendas de vestir y calzado (7,7% vs 4,5%) y equipamiento y mantenimiento del hogar (7,9% vs 5,4%).
“Como resultado, 2022 cerró con una suba de precios minoristas de 94,9%, siendo el registro más alto desde 1991, cuando se sentían los coletazos de la hiperinflación. Dentro de la última década, la suba de precios de 2022 es casi el doble que en los años más inflacionarios que le siguen, 2019 (53,8%) y 2021 (50,9%)”, afirmó Libertad y Progreso, que estimó la inflación acumulada durante los primeros 36 meses de la presidencia de Alberto Fernández apenas por encima del 300%, en 300,6%.
De esta forma, ya se ubicó por encima del registro de todo el período diciembre 2015 – diciembre 2019, cuando la suba de precios acumulada fue del 295,7%.
Aldo Abram, economista y director de la Fundación, señaló: “La inflación se aceleró hasta julio y agosto, con 7% o más de alza; porque la demanda de pesos se derrumbó desde mediados de año y, con ella, su poder adquisitivo. Lo vimos primero en la estampida de los tipos de cambio paralelos; pero, luego, en los precios cuando fuimos a comprar con esa moneda que valía mucho menos. La mejora en las expectativas por la asunción del Ministro Massa, más algunas medidas tomadas, trajeron una moderación de la merma del atesoramiento de pesos y, por ende, de su poder adquisitivo, que hemos visto hasta ahora reflejada en el descenso de la inflación“
Abram además resaltó que “el problema es que, más allá del impacto coyuntural de los controles de precios, desde noviembre se está diluyendo la confianza en la actual gestión económica; ya que no hubo cambios de fondo. Esto ha provocado una nueva creciente merma de demanda de moneda y de su poder adquisitivo, que se observó en la suba de los dólares paralelos y que se aceleró por la absurda decisión del Presidente de embestir contra la Corte Suprema”.
Finalmente advirtió que “de sostenerse esta actitud que genera expectativas de crisis institucional, los argentinos lo pagaremos con un mayor aumento de la inflación en los próximos meses”.
Por su parte, la medición de Orlando Ferreres fue bastante más alta. Según el IPC-OJF (GBA), la inflación de diciembre fue de 6% mensual y registró un crecimiento interanual de 93,7%, con la inflación núcleo avanzando a un ritmo mensual de 5,1% y marcando un aumento de 91,4% anual.
El lunes, desde C&T informaron que su medición para GBA presentó un incremento mensual de 6,2% en diciembre, y que 2022 cerró con un aumento de 97,4%, el mayor desde 1990. Para Seido, en tanto, la suba fue de 5,3%.
Todo el mundo está expectante de lo que diga el Indec el próximo jueves 12.