En un contexto de presión a las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), el ritmo de importaciones tuvo una desaceleración en junio aunque se mantuvo por encima de US$7.100 millones, según estimaciones preliminares del equipo económico. Así, habría tenido una caída de más de US$200 millones en comparación con el mes anterior y de 17% en relación con el mismo mes del año anterior.
La semana próxima se conocerán los datos del Indec de Intercambio Comercial Argentino (ICA), aunque las primeras cifras que circulan en despachos oficiales marcan que las compras de bienes al exterior habrían sido cercanas a US$7.160 millones. Sólo dos rubros de las importaciones tuvieron un crecimiento en relación a mayo: Bienes Intermedios (4% hasta casi US$2.900 millones) y Combustibles y Lubricantes (también 4%, superando por poco US$1.000 millones).
El resto de los ítems del menú importador fueron en retroceso en junio en comparación con mayo. Entre los más marcados estuvieron Piezas y accesorios para bienes de capital, el segundo rubro con más peso en la canasta importadora, que tuvo una contracción cercana al 10% mensual desde US$1.475 millones hasta US$1.325 millones. Entre los bienes de capital el retroceso habría sido de la misma proporción, lo que empujó a ese ítem por debajo de los US$1.000 millones mensuales importados.
La cifra general de compras al exterior de junio tendría una caída interanual marcada, de 17%, porque la base de comparación del año pasado le dejó una vara muy alta, en momentos en que -en 2022- comenzaban a crecer con fuerzas las importaciones de energía en un contexto de aumento de los precios internacionales por la invasión de Rusia a Ucrania.
En ese mes el ICA marcó un número importador total de US$8.700 millones, que a la postre terminó siendo el mes con la cifra más alta del año. De ese total, US$2.100 millones habían sido solamente de energía.
Más allá de un leve retroceso mensual, las importaciones de junio no dejaron de tener en junio la segunda cifra más alta del año, incluso en un contexto de fuerte presión a las reservas por el uso de dólares para la intervención en el mercado y los pagos de deuda que afrontó el Poder Ejecutivo en los últimos meses.
El número de importaciones mensuales fue en crecimiento a medida que avanzó 2023. En enero había tenido una cifra de US$5.251 millones, en mayo llegó a tocar su techo, de US$7.357 millones. En combinación con una cifra de exportaciones de US$6.200 millones, el resultado de la balanza comercial del quinto mes del año fue el más deficitario del año, con US$1.150 millones. La severa sequía borró de un plumazo una parte relevante de las exportaciones previstas en el año, en una cifra que en el equipo económico ubican en los US$20.000 millones.
En la mirada amplia de la comparación interanual, la caída en la compra de combustibles y lubricantes fue la más pronunciada, de 50%, pero otros elementos del paisaje importador también tuvieron retrocesos, como Bienes Intermedios (8%, con especial peso de suministros industriales elaborados, que cayó 24%), Bienes de capital (10%) y Bienes de consumo (8%, principalmente por la contracción de alimentos y bebidas elaboradas para el consumo en el hogar, que se desplomó 34 por ciento).
También se puede analizar comparativamente esa caída general interanual de 17% pero desagregado por sector productivo. Electricidad (generación, transporte y distribución) tuvo US$600 millones menos de importaciones (-72%), en relación con junio del año pasado, Petróleo cayó en US$470 millones (-34%), seguido por la industria química (US$237 millones menos, un 21%), comercio (caída del 29%, unos 205 millones de dólares) y metales comunes y elaboración (que se contrajo 26% en US$107 millones).
Un resentimiento en el ritmo importador puede tener, según aseguran en la Unión Industrial Argentina, un correlato en la actividad fabril. La entidad remarcó en su último informe mensual de producción industrial que mostró “una situación dispar, con sectores que siguen traccionando (automotor a partir de datos de producción y ventas) y otros que muestran un menor desempeño (caída de patentamientos de maquinaria y de ventas de insumos para la construcción)”, indicaron.
Respecto a las causas, una encuesta entre ejecutivos industriales hecho por esa entidad arrojó como conclusión que “las restricciones al giro de divisas, sumadas a las presiones en la cadena logística ante las nuevas regulaciones para la operatoria de fletes internacionales, impactaron en subas de costos y más presión en la cadena de suministros”.