Uno de los escenarios trazados por la ADEC prevé despegue de la economía local, progresividad tributaria, apoyo del Estado al sector productivo, coordinación del gasto público de los diferentes estratos; inversiones en plantas potabilizadoras, en transporte masivo, multimodal e interconectado; una política social de corte progresista y un sistema educativo sólido.
Parece que no es utópico pensar que la ciudad de Córdoba y su área metropolitana puedan convertirse en un territorio mucho más amable en todo sentido para sus habitantes, en un lapso de sólo 10 años.
Algunos entendidos dicen que la economía local podría “despegar” de la mano de un contexto internacional y una situación macroeconómica de país favorable. La progresividad tributaria podría convertirse en una realidad. El apoyo del Estado al sector productivo podría concretarse. No sería ficticio pensar en una coordinación del gasto público que encaran los diferentes estratos gubernamentales y que -en muchas ocasiones- se superponen. Habría inversiones en plantas potabilizadoras y redes de distribución de agua. El sueño de un transporte masivo, multimodal e interconectado podría dejar de ser sólo éso. Podría implementarse una política social de corte progresista, y el sistema educativo podría ser sólido.
Estas variables pertenecen al mejor de los escenarios trazados por un estudio de prospectiva en el que se involucró la Agencia para el Desarrollo Económico de la Ciudad (ADEC) desde el año pasado.
“Desde ADEC realizamos el estudio de Prospectiva Territorial con el objeto de aportar instrumentos que contribuyan a tomar decisiones para mejorar la competitividad del territorio, tener un panorama de mayor amplitud y promover políticas a largo plazo”, expresó Gustavo Viano, vicepresidente de la entidad, en su discurso de bienvenida.
“Somos una institución comprometida con el desarrollo económico de la ciudad y su área metropolitana. Y en esta línea promovimos el estudio y consolidamos un equipo para el desarrollo de estudios prospectivos, tanto territoriales como de microprospectivas en sectores estratégicos, aportando a los sectores público, privado y del conocimiento los resultados de esta potente herramienta de análisis”, agregó.
El escenario optimista presume un panorama internacional en el que ocurre una recomposición del poder global. “Se dará un proceso de despolarización que promoverá la emergencia de grandes espacios geopolíticos con elevado margen de autonomía, entre ellos América Latina, cuyo PBI en conjunto crecería alrededor de 5% anual. También uno de los bloques que se verá fortalecido es el de los Brics y el crecimiento brasileño y el empoderamiento del Mercosur producirán impactos positivos en el desarrollo productivo del Área Metropolitana de Córdoba (AMC), principalmente en materia automotriz”, explicó el politólogo Santiago Gatica, quien subraya que en este escenario probable se registrará “una fuerte intervención del Estado que apuntará al crecimiento económico con inclusión social, acompañado de integración productiva, al tiempo que se irá hacia una mayor progresividad tributaria y al aumento del gasto público en términos del PBI, orientado a estimular la demanda interna, la producción local y la inversión pública. De esta manera, el nivel de actividad y el empleo se sostendrán a partir de estímulos a la demanda interna por medio de mayor gasto público hacia obras de infraestructura y gasto social”.
Explicitó Gatica: “Se observaría un cambio de paradigma de recolección de residuos”, y comentó que, existiendo un Estado presente con voluntad y capacidad de invertir en los servicios públicos, la gestión integraría la concienciación y educación de la población en tareas de separación de residuos sólidos en origen, reciclado, compostaje y producción de energía.
Por otro lado, estiman que en un escenario tal se generarán inversiones en un sistema de transporte “masivo, multimodal y altamente coordinado”, que incluirá la recuperación de vías férreas, ferrourbanos y trenes interurbanos entre localidades del AMC.
De corte progresista
En cuanto a la política social, como es clave el bienestar en este modelo de desarrollo, la política aplicada será de corte netamente progresista. Así, la inclusión vendrá de la mano de obra activa en el mercado laboral, el aceso de los sectores vulnerables a la educación, la salud, los servicios públicos y las redes de contención social.
“Esta integración será posible suponiendo un crecimiento del Producto Bruto Provincial (PBG), que sería aprovechado por la sociedad mediante mecanismos redistributivos por la lógica de la inclusión ciudadana integral”, indicó. Eso prevé una reducción del porcentaje de población con necesidades básicas insatisfechas.
Finalmente, en este escenario optimista se prevé el desarrollo de un sistema educativo sólido. “Se reafirmará la importancia de la educación pública, gratuita y de calidad. El sistema será más flexible y diverso. Los centros educativos serán más innovadores y fomentarán la creatividad. El objetivo de la equidad social será fundamental para la multiplicación de las medidas de discriminación positiva a favor de las poblaciones desfavorecidas”, señala.
“La escuela se abrirá a su entorno y se convertirá en un polo cultural local. Un importante porcentaje del gasto público se destinará al sistema educativo y a I+D. Las nuevas tecnologías de la comunicación serán de gran importancia para el formato educativo”, concluyó el politólogo en su presentación.
Puede salir mal
– El estudio de Prospectiva territorial incluyó la proyección de dos escenarios más, uno más pesimista en el que parece que el timpo no ha pasado en absoluto; y otro intermedio.
– En el pesimista se prevé el retorno a un esquema económico neoliberal, “acompañado por una débil intervención del Estado que buscará promover una reducción de la presión impositiva con una mayor participación de los impuestos regresivos, al tiempo que alentará el acceso al mercado de capitales, lo que permitirá el aumento del endeudamiento externo”. También contempla bajas en las tasas de rentabilidad del sector agroexportador.