viernes 22, noviembre 2024
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Por problemas internos, las condiciones financieras son las “peores” desde marzo de 2016

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El índice cayó 59,2% en septiembre, respecto de igual mes del año anterior, debido -principalmente- a la depreciación esperada a corto plazo, la inflación mensual y la tasa de interés, según el relevamiento

Por problemas de índole interna, en septiembre las condiciones financieras argentinas siguieron deteriorándose, a pesar de que los precios de los bonos y las acciones tuvieron cierto repunte.
Así surge del Índice de Condiciones Financieras (ICF) que monitorea el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) y la consultora EconViews, que ayer informaron sobre una caída en el indicador de 14,5 puntos porcentuales respecto de agosto, hasta 10,3 puntos, el peor registro desde marzo de 2016, quedando así más cerca de entrar en zona de estrés y lejos de los máximos en torno a 70 puntos de fines de 2017.
En tanto, respecto a un año atrás, el ICF muestra un muy fuerte retroceso: 59,2 puntos porcentuales. Este deterioro anual se explica por las caídas de 47,9 puntos en las condiciones locales y de 11,3 puntos en las condiciones externas, sobre todo por condiciones menos favorables para las economías emergentes, tanto en bonos como en acciones y monedas, según se analizó.
“Hay que remontarse al año 2012, es decir, a los meses posteriores a la puesta en vigencia de los controles cambiarios, para encontrar deterioros anuales en las condiciones financieras de mayor magnitud”, reflexionaron los especialistas.
Así, desde principios de año las condiciones financieras vienen recortando todas las mejoras que registraron en la segunda mitad de 2016 y 2017.
Vale recordar que las condiciones financieras se ubican en zona de confort desde marzo de 2016. Pocos meses después comenzó a crecer la actividad económica. “Es un resultado para destacar, en tanto la economía argentina siempre creció en forma sostenida cuando las condiciones financieras permanecieron en zona de confort durante un lapso prolongado”, se indicó.
La actividad económica cayó en el segundo trimestre de este año, principlamente como resultado de la sequía que afectó la cosecha agrícola. No obstante, los especialistas estiman que la contracción de la actividad económica “se extenderá al menos hasta fin de año, en tanto la crisis cambiaria y el deterioro de las condiciones financieras locales ya han impactado adversamente sobre la inflación y algunas variables reales, como el consumo, el empleo y la inversión”.

Factores internos y externos
Según el relevamiento, en septiembre las condiciones locales tuvieron el mayor deterioro mensual desde enero de 2014: cayeron 16,5 puntos y quedaron “en zona de estrés severo”. En tanto, las condiciones externas mejoraron dos puntos y siguen en la “zona de confort”, reportó el trabajo.
En cuanto a los factores que explican las condiciones internas, el trabajo detalló que “hay tres variables que se encuentran severamente estresadas y explican la mayor parte del deterioro: la depreciación esperada a corto plazo, la inflación mensual y la tasa de interés”.
“El estrés tan severo que muestran estas tres variables se encuentra muy vinculado con la corrección externa que está transitando la economía argentina desde hace algunos meses, desatada tras una disminución abrupta en el crédito externo disponible”, se indicó; y se anticipó: “Es improbable que estas variables puedan mostrar una mejora destacable hasta tanto no se desactive la inestabilidad cambiaria asociada a esa corrección, lo que podría comenzar a ocurrir en los próximos meses”.
Mencionaron como factores positivos los precios de los bonos y las acciones, que tuvieron cierto repunte durante septiembre pasado.
“Otro factor muy positivo fue el incremento en la liquidez de corto plazo de los bancos, de la mano del aumento de encajes y la tasa de política del Banco Central” respeccto de las Letras de de Liquidez (Leliq), repasaron.

Vale recordar que valores negativos ya sea del índice o de una variable corresponden a situaciones de estrés que son mayores que el promedio histórico, mientras que valores positivos a situaciones de confort y valores cercanos a cero corresponden a condiciones financieras normales.
En cuanto a las condiciones externas, éstas mejoraron levemente en septiembre, al avanzar dos puntos y alcanzar 22,9 puntos. “Siguieron avanzando y siendo favorables para la economía de EEUU, aunque se mantuvo la tensión que hace varios meses se observa sobre las variables emergentes, en tanto se deterioraron tanto las acciones como el riesgo emergente”, indicaron, y explicaron: “De hecho, el riesgo emergente es la única variable externa que se ubica en zona de estrés. Aún así, las condiciones externas se mantienen en zona de confort desde diciembre de 2016”.

Causa y proyección

Según se analizó, “el estrés tan severo que muestran” la depreciación esperada a corto plazo, la inflación mensual y la tasa de interés, “se encuentra muy vinculado con la corrección externa que está transitando la economía argentina”.

En tanto, se anticipó que es improbable que estas variables puedan mostrar una “mejora destacable hasta tanto no se desactive la inestabilidad cambiaria asociada a esa corrección”.

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