Según cifras del Ministerio de Agroindustria, la campaña se ubicará en torno a 57,6 millones de toneladas. Las precipitaciones impidieron la recolección y generaron pérdida de calidad en la oleaginosa.
El Ministerio de Agroindustria de la Nación estimó ayer que las pérdidas en la producción de soja serán de 3,3 millones de toneladas, por lo que la campaña actual se ubicará en 57,6 millones de toneladas. Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó un descenso de cuatro millones de toneladas debido a las constantes lluvias que cayeron durante más de dos semanas sobre las grandes superficies de las zonas productoras.
Desde la cartera agroindustrial consideraron que “la abundante caída de agua afectó la logística de la cosecha, impidiendo recolectar gran parte de la producción que ya se encontraba lista para levantarse”, lo que produjo anegamientos temporarios y pérdida de calidad por manchado y brotado de los granos; además, subrayó una caída en los rindes “por dehiscencia y pudrición de vainas”.
También advirtieron de que si persisten “las condiciones climáticas adversas, las pérdidas se irán incrementando”, y destacaron que el avance de la cosecha se encontraba en 14% del área sembrada apta, lo que representó 33% menos que en la campaña pasada.
Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó un recorte en la producción de 6,7%, con una caída interanual de 7,9%, y subrayó que debido las lluvias caídas esta última semana “no se registró progreso sobre la franja central de la región agrícola y sólo se revelaron avances menores en sectores del extremo norte y sur de la misma”.
Mediante el informe Panorama Semanal Agrícola (PAS), la actual campaña lleva cosechado sólo 16,4% de la superficie apta, “lo cual implica un avance intersemanal de tan sólo 1,2 puntos porcentuales y, a su vez, acentuando el retraso interanual a -29,6%”, mientras que para la misma época de 2015, la trilla contaba con un avance de 46%.
Según el relevamiento realizado por la entidad, las zonas más afectadas corresponden el núcleo sojero nacional, compuesto por el centro-este de Entre Ríos, centro-norte de Santa Fe, Núcleo Norte, Núcleo Sur y centro-norte de Córdoba.
Con base en esto, la Bolsa señaló que dicha región “registra sectores con pérdidas de superficie, ya sea por inundaciones o por abandono de lotes afectados por hongos”, y destacó que “en algunos casos los problemas de calidad de los granos son tan extremos que no justifican la recolección de los cuadros”, a lo que sumó que en la periferias de los sectores más afectados “la merma de los rindes es considerable” y es lo que marcó la baja en las estimaciones de producción.
Sin embargo, la entidad no descartó nuevos recortes en las estimaciones ya que “faltan las pérdidas de cosecha que se registrarán una vez que puedan ingresar las máquinas a los lotes”, por lo que indicó que las mermas pueden “alcanzar magnitudes de 15% a 30% sobre el rendimiento inicialmente previsto”. Estas consideraciones concordaron con las proyecciones de recortes de la Sociedad Rural Argentina (SRA) que llegarían a los cuatro millones de toneladas, lo que significaría entre “1.200 y 1.300 millones de dólares que dejarían de entrar a la economía del país”, manifestó su presidente, Luis Miguel Etchevehere; mientras que el megaproductor Gustavo Grobocopatel estimó el descenso en “dos o tres millones de toneladas”.