El dato corresponde a marzo y surge del índice FADA, que mide la sumatoria de los impuestos nacionales, provinciales y costos de intervención del mercado, sobre la utilidad de una hectárea promedio a escala nacional. En los últimos siete años, el fisco incrementó cinco veces el valor en pesos que recauda.
De cada 100 pesos de renta que genera una hectárea promedio en Argentina, el Estado percibe 75, que se transforman en recaudación fiscal efectiva o en subsidios a otras actividades de la cadena, al disminuir el precio de venta de los productos agrícolas.
Este número corresponde al Índice FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo Argentino) de participación del Estado en la renta agrícola para el mes de marzo de 2014, indicador que se releva de manera trimestral.
Ese 75% de participación del Estado corresponde a la sumatoria de los impuestos nacionales, provinciales y costos de intervención del mercado sobre la renta de una hectárea de uso agrícola representativa promedio nacional. En diciembre pasado, la parte con la que se quedaba el Estado era de 73,6%, es decir, 1,4 punto porcentual menor que la actual.
Devaluación y valores FOB
“La devaluación que aplicó el Gobierno nacional afectó la estructura de ingresos y costos de la mayoría de las actividades, siendo los sectores agropecuarios y agroindustriales, por ser transables, los que asistieron a los mayores impactos”, indicó el informe de FADA difundido ayer.
Con respecto a la última medición, correspondiente a diciembre de 2013, se produjo una devaluación del peso frente al dólar de 25,6%; y con respecto a marzo, de 55%.
A este proceso devaluatorio se suma que los valores FOB (precio de referencia internacional) en dólares de los cuatro cultivos considerados en la elaboración del índice, que ocupan 80% de la superficie agrícola del país, presentaron variaciones con respecto a diciembre. La soja creció 4%, el maíz 11,2%, el trigo 5,7% y el girasol 4,4%.
El efecto neto de estas variaciones fue un incremento del valor bruto de producción (VBP) en pesos de 30,5% con respecto a la medición de diciembre, y de 51,6% con respecto a igual período del año anterior. Sin embargo, si se mide en dólares, el efecto fue de +1,1% y -1,9%, respectivamente -según el trabajo-.
Por otra parte, los costos de producción aumentaron 22,9% en los últimos tres meses y 46% en un año. “La razón está en que gran parte de los insumos están dolarizados y el hecho de que toda la economía ha evidenciado un rápido pasaje a precios de la devaluación”, agregó el informe.
Al mismo tiempo, los costos totales – entre los que se consideran comercialización, flete, administración y seguros- tuvieron un alza de 31,8% con respecto a diciembre y de 49,6% con respecto a marzo.
“Un aumento del valor de la producción por encima del de los costos se traduce en una mejora del resultado de explotación, que subió en pesos 6,9% con respecto a diciembre, aunque cayó 14,9% en dólares”, subraya, y agrega que “estos datos evidencian que si bien se produjo un importante aumento del valor en pesos de la cosecha por efecto de precio y tipo de cambio, que sin duda provocará un incremento de la actividad económica, principalmente en todo el interior productivo, no ha mejorado en términos reales la rentabilidad de la actividad en general”.
Distribución de la renta
La renta agrícola es el resultado de restar el componente gastos y costos del valor bruto de producción a valores FOB, y repartir entre la renta de la tierra después de impuestos (17,2%), el resultado después de impuestos de la explotación agrícola (7,9%), los costos de intervención (1,6%), los impuestos provinciales (1,9%) y los impuestos nacionales (71,5%).
Los mayores cambios ocurren por la caída de los costos de intervención, un incremento del resultado de explotación producto de mayores precios FOB en dólares y en pesos, y un incremento de los impuestos nacionales por su relación directa con el precio de la producción y el resultado de explotación (utilidad).
Cabe aclarar que, para el estudio, FADA considera los cuatro principales cultivos de Argentina: soja, trigo, maíz y girasol. Para cada uno de ellos se analiza la estructura de ingresos, costos e impositiva para una hectárea de uso propio con costos de fletes promedio en el país.
Siguiendo esta metodología, los resultados obtenidos indican que los costos y gastos representan 40,9% del
valor bruto de producción agrícola; los costos de intervención 0,9%; los impuestos provinciales 1,1%; los impuestos nacionales 42,3%; la renta de la tierra después de impuestos 10,1%; y el resultado después de impuestos de la explotación agrícola, 4,7%.
Así, si se suman costos de intervención, impuestos provinciales e impuestos nacionales, en forma directa o en forma de subsidio a otras actividades, el Estado participa en 44,3% del producto de una hectárea agrícola; mientras que el sector agrícola, que asume el riesgo y destina tierra, trabajo y capital para la producción, se apropia de 14,8% de su valor, 0,9% menos que en diciembre.
En los últimos años
Al confeccionar un análisis de la evolución de la participación del Estado, los resultados y los costos, medidos en dólares, durante los últimos siete años, FADA determinó no sólo la predominancia de los impuestos nacionales y del Estado en general en la renta agrícola, sino la suba de su peso.
“Tomando como referencia marzo de 2007, a marzo de 2014 el Estado se lleva, en pesos, 5,05 veces lo que se llevaba en 2007. Este incremento es superior a la evolución del valor bruto de producción ponderado de los cuatro cultivos considerados, que en el mismo periodo se multiplicó por 4,4 veces.