ESCUCHAREl consumo masivo comienza a disminuir por la alta inflación, según datos de la consultora Scentia sobre el retail. Después de 14 meses consecutivos en los que las ventas del comercio minorista mostraron números positivos (en la comparación interanual), septiembre registró una merma de 0,8% en todo el país. También se contrajeron las ventas de los comercios del interior, que venían teniendo un mejor desempeño que los de Capital Federal y alrededores, señala Scentia en su último informe.
Pese a la baja de septiembre, la consultora que dirige Osvaldo del Río destaca que las ventas de los primeros nueve meses del año continúan manteniéndose por arriba de las acumuladas hace un año atrás. Esta tendencia del consumo masivo fue corroborada también por Víctor Palpacelli, presidente de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba.
En diálogo con Comercio y Justicia, Palpacelli, quien también preside la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), precisó que en septiembre el sector tuvo una caída de 4,5% en unidades vendidas en comparación con mismo mes de 2021. Si bien, en lo que va del año, las ventas superan en 3% el volumen del año pasado, las proyecciones no son positivas para el último trimestre de 2022.
El presidente de FASA contó que esperan concluir el año con una contracción interanual de ventas superior a 4%. En la inflación acumulada de 66 puntos porcentuales con una proyección en torno a 98% está la explicación de la situación del comercio minorista. Pero, sobre todo, en la suba de los alimentos que, según el último reporte oficial del Índice de Precios al Consumidor (IPC), se ubica tres puntos porcentuales arriba del promedio de subas de todos los precios.
Si bien Palpacelli -quien también es titular de la red Almacor- reveló que las listas de precios que reciben en lo que va del mes son compatibles con una baja “moderada” de la inflación, consideró que se necesita de un plan para que el consumo masivo deje de mermar.
Por su parte, el Centro de Almaceneros -que nuclea los comercios de cercanía cordobeses- señaló a este diario que las ventas en cantidad de unidades cayeron 7,5% en septiembre.
Tanto los relevamientos de las consultoras como los de las cámaras empresariales coinciden en que se advierte un cambio de hábito en los consumidores. Los comercios de cercanía, adonde concurre 70% de la población, según informan los almaceneros, están siendo desplazados por las grandes cadenas y canales mayoristas por un consumidor que busca precios, quien, apretado por las subas de todos los precios de la economía, debió enfrentar una canasta alimentaria que se encareció 65% en lo que va del año.
La pérdida de poder adquisitivo de los asalariados es una realidad que genera debate al interior del equipo económico del Gobierno. Si bien el trabajo del sector privado se recompone mes a mes, la remuneración promedio de los trabajadores registrados comenzó a quedar por debajo de las subas de los precios a partir del salto inflacionario de julio. En efecto, si los trabajadores registrados pierden frente a la inflación, más la sufre el poder adquisitivo de quienes trabajan en la informalidad, sin paritarias.
Frente a esto, el ministro de Economía, Sergio Massa, deslizó que trabajan en un plan para que la desaceleración de los precios sea una tendencia consistente. De acuerdo con lo que manifestaron algunos economistas del entorno de aquél, se busca generar las condiciones para poder coordinar expectativas de inflación entre trabajadores y empresarios. Pero para llegar a un acuerdo de precios y salarios, la macroeconomía tiene que acomodarse.
Con un sendero hacia la reducción del déficit fiscal ya marcado, financiamiento en pesos para fondear ese rojo fiscal y, asimismo, un aumento de la tasa de interés en sintonía con la inflación, el Gobierno considera que tiene condiciones para dar un paso clave antes del acuerdo de precios y salarios: pactar el valor de algunos productos de consumo masivo.
En el Gobierno hablan de “Precios Justos”, el programa que lanzarán próximamente. Si bien hay pocas precisiones, en la Secretaría de Comercio Interior comentaron que están en conversaciones con las alimentarias para fijar el precio de más de mil productos de consumo masivo. Se trataría de “una medida excepcional” que, según comentaron en el entorno del secretario Matías Tombolini, no está emparentada con un congelamiento. Se trata de “un acuerdo voluntario con los empresarios” para tranquilizar las expectativas, no de un precio fijo impuesto.
Para el comercio minorista cordobés el programa es escaso
Por su parte, para los dirigentes del comercio minorista, “así las cosas, vamos a llegar a diciembre, históricamente inflacionario, con planes ineficientes”. Palpacelli dijo sobre Precios Justos que “seguramente tendremos mayores precisiones” cuando la Secretaría de Comercio termine las reuniones con las alimentarias. A la expectativa, pide que el acuerdo que allí se consiga tenga “alcance nacional, para poder montar un programa realmente federal”.
La gerente del Centro de Almaceneros de Córdoba, Vanesa Ruiz, fue más reticente sobre que el programa en cuestión logre su cometido. En comunicación con Comercio y Justicia, Ruiz enfatizó que se trata “de más de lo mismo”, programas insuficientes y mal implementados. “Anteriormente -explicó Ruiz- se implementó Precios Cuidados, luego ‘una canasta de 60 artículos’, y los alimentos suben más que una inflación superdisparada”.
Los intentos anteriores fallaron, expuso la vocera de los almaceneros de la provincia, porque los mayoristas cordobeses, el canal en el que se abastecen, “apenas pudieron acceder a pocos productos y por muy poco tiempo”. “Aplicar lo mismo… no nos produce ni dudas respecto a lo que puede llegar a pasar”, se lamentó. La única posibilidad de que hagan algo distinto, sostuvo, es que “los mayoristas estén adentro del acuerdo”, cerró.
