Las crisis mundiales y las medidas que aplican los países para aumentar ventas distorsionan el cambio
Sojeros, industriales, importadores textiles y hasta los turistas tienen visiones contrapuestas sobre el precio que debería tener hoy el dólar.
Según el sector y por las diversas medidas que afectan el comercio internacional, su valor va de los 2,50 pesos a más de seis pesos la unidad.
En época de relativa estabilidad monetaria, el gobierno busca mantener un equilibrio, que preserve los ingresos por ventas externas y al mismo tiempo evite una avalancha importadora, su efecto en la industria local y en los precios internos. De todas manera, la polémica sobre el precio del dólar es ya un clásico del país.
Sectores
Para los sojeros, el dólar vale $2,50, debido a la incidencia de las retenciones. El campo dice que el valor le rinde menos que a industria protegida, o los servicios.
En la vereda opuesta están los importadores. Para los negocios de textiles, el valor es de $6,80, por el recargo de las compras externas.
En la pelea entran también los turistas, que miran su valor antes de ir a Brasil o Estados Unidos. En la práctica no hay un dólar único en Argentina, porque conviven diferentes valores para la divisa. Esto ocurre también en otros países, aunque las diferencias son mínimas, como en Chile.
En las casas de cambio oscila en los $3,91. Pero el valor real depende de otras variables, como la inflación local y la de los países con los que la Argentina tiene un intercambio comercial.
El equilibrio, según el Big Mac, que elabora el valor de la hamburguesa en diversos países la cotización sería de 4,19 pesos en Argentina.
Para un equilibrio resulta difícil encontrar acuerdos, y el Gobierno asegura que el actual y que busca sostener el Banco Central “es el más competitivo”.
El índice Big Mac, creado por la revista británica The Economist, compara el precio de la hamburguesa de McDonald’s en varios países del mundo, y según cuánto se aparte del valor en Estados Unidos, determina si un país tiene una moneda correctamente valuada o no. El Big Mac es seguido con atención por economistas de todo el mundo. Cuando en un país la hamburguesa está cara en dólares es porque se encuentra en problemas. Hoy, el euro tendría una sobrevaluación de 29% según este índice. Y, coincidentemente, muchos de los países de la eurozona están en dificultades.
Un informe de la Fundación Mediterránea concluyó que para que la hamburguesa tenga aquí el mismo precio que en EEUU, el dólar debería subir a $4,19. Esa cotización no está lejos de lo que se considera como “dólar histórico”.
Según el economista Orlando Ferreres, la cotización promedio de los últimos 140 años, expresada en precios de hoy, sería de $4,33. Otros economistas argentinos suelen decir que la paridad real sería de 1,40. La comparación la realizan con los años de la convertibilidad. Con un dólar se puede comprar 1,4 veces lo que en aquella época se podía adquirir. Pero también aquel valor estaba distorsionado y condujo a una crisis.
Para los industriales y los productores agropecuarios, el nivel del dólar significa ser rentable o sufrir serias complicaciones. A la industria y al agro les sirve un dólar alto. Si son exportadores, porque reciben más pesos. Y, si producen para el mercado local, porque un dólar caro los protege de las importaciones. Sin embargo, las política económica hacen que para algunos “su” dólar sea mejor o peor. La Federación Agraria y de la Sociedad Rural se quejan de que hoy los exportadores reciben, en términos reales, menos que en los años de la convertibilidad. Si se mide en pesos de aquella época, hoy los sojeros reciben $0,74. Hoy por cada dólar que el productor exporta, el Gobierno le aplica la retención de 35%.
Le quedan $2,50, y por efecto de la inflación que hubo en nueve años, con ese dinero se compra un 0,74% de los que se podía adquirir en 2001. Para que los productores pudieran recuperar el poder adquisitivo la divisa tendría que subir hasta $5,24. Con ese precio, una vez aplicada la retención le quedaría al productor $3,40, que es el nivel de dólar necesario para comprar lo mismo que en los años 90. Sin embargo, los productores no mencionan que el precio de la tonelada de soja hoy es el doble que en 2001.
El caso opuesto es el de algunos sectores industriales, con un dólar por sobre el de las casas de cambio. La industria textil y de indumentaria son sensible a la competencia de países como China. Como los precios aumentan más rápido que el dólar, desde el año pasado los productos importados se abarataron 9%. En este contexto los importados ganan participación, y sólo un dólar alto podría evitarlo. O las limitaciones, que las desplomaron 50% este año, tras haber bajado 18% en 2009,