En un contexto donde la creación de nuevos empleos va “aplanando su curva” debido al impacto local de la crisis financiera mundial, un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) enfatiza en la necesidad de desarrollar medidas para sostener los empleos existentes. “Particularmente relevantes son las que ayuden a evitar despidos y alienten nuevas contrataciones. En este contexto es muy importante tener en cuenta la baja eficacia social que tuvo la denominada "doble indemnización" cuando fue aplicada en la crisis del 2002”, sostiene el informe.
En el trabajo se procesaron datos del Indec del 2003 -justo el año posterior al desenlace de la crisis- observando:
– En el 2003 todavía había 178 mil personas que habían sido despedidas, a pesar de la prohibición, en el 2002 y que seguían desempleadas.
– El 63%, o sea 112 mil despedidos, eran trabajadores no registrados al momento del despido y en un 94% de los casos no habían cobrado la doble indemnización.
– El 37% restante, o sea 66 mil despedidos, eran trabajadores registrados al momento del despido y el 45% declaraba no haber recibido indemnización.
Esto implica que aproximadamente solo 1 de cada 5 despedidos llegó a cobrar la indemnización. También confirma que los que más sufren la crisis son los trabajadores no registrados y, paradójicamente, es en este segmento donde este tipo de normas tiene menor eficacia.
Desechando el esquema de "doble indemnización", Idesa se inclina por una desgravación impositiva a los tomadores de trabajo. “Una manera de alentar la conservación de los empleos existentes y las nuevas contrataciones es adoptar medidas que hagan más simple, seguro y barato tener a un trabajador "en blanco", sostuvo.