Con el cierre del viernes, el Banco Central ya acumula en noviembre ventas de US$1.000 millones, ritmo que alentó el nerviosismo en el mercado y empujó la suba de las cotizaciones de los dólares financieros
El anuncio de la segunda edición del dólar soja, con el que se apunta a un ingreso anticipado de liquidación de exportaciones de al menos US$3.000 millones, busca fortalecer las reservas del Banco Central, cumplir con la meta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y calmar la inquietud de los mercados.
A modo de extra, potenciará la recaudación fiscal con el cobro de retenciones y de Ganancias al sector sojero, y de ese modo facilitará el otro objetivo impuesto por el FMI de bajar el déficit fiscal como porcentaje del PBI, con un menor nivel de recorte de gastos. Esto sería, lógicamente, más por una “alquimia contable” que por una economía que se está saneando.
Dólar soja
El Gobierno publicará hoy el decreto de necesidad y urgencia que instrumenta el acuerdo para fomentar la exportación de soja, que regirá hasta el 31 de diciembre. Los técnicos de la Nación calculan que han quedado fuera de la edición anterior unos 12 millones de toneladas, de las que esperan se venda más o menos la mitad.
El nuevo valor será de $230 por dólar, lo que significa 15% más que en su edición anterior y alrededor de 43% más que el valor del tipo de cambio oficial. De esta manera esperan cautivar a más productores para que vendan sus productos.
El problema surge, por supuesto, en la emisión de pesos necesaria para pagar esa soja. El Gobierno decide pagar caro algo que vende barato, que intenta neutralizar posteriormente mediante los distintos instrumentos que alimentan los pasivos remunerados del Central. Así, la bola de deuda en pesos sigue creciendo -los especialistas hablan de entre ocho y diez billones de pesos-.
Renovación de deuda
Lo anterior no despeja todas las dificultades que aún se deben afrontar hasta fin de año. La semana comienza hoy con un test clave: una nueva licitación de deuda, en la que Economía buscará renovar vencimientos de $250.000 millones. Las dudas que generan estas renovaciones son el epicentro de la nueva tensión cambiaria y su resultado podría relativizar el efecto del anuncio del dólar soja.
“El efecto de la soja me parece bastante neutro. El Central imprime pesos para capturar esos dólares y después esos pesos vuelven al dólar. La gran dinámica que hay de fondo es que hay $8 billones de deuda cuasifiscal (Leliq+Pases) creciendo a 100% anual, eso es explosivo y da objetivos de dólar de $360 para fin de año”, afirmó Alejandro Bianchi, fundador de Asesor de Inversiones.
En ese marco, la licitación del lunes es la prueba más dura para el equipo de Sergio Massa desde que en agosto logró descomprimir vencimientos mediante un canje de bonos, operación que reeditó con mucho menos éxito hace apenas dos semanas.
Esa dificultad para captar fondos frescos instala en el mercado la expectativa de más emisión monetaria, ya no para intervenir en el mercado de bonos sino para financiar el déficit fiscal.
En los bancos advierten de que a medida que corren los meses, pierden efectividad incluso los instrumentos diseñados a su medida. “Los dollar linked están atados al cambio oficial, que en la medida que lo planchen y corra por detrás de la inflación, no compensa el riesgo. Los dual, que pueden ajustar por inflación, tampoco generan ahora el mismo interés”, aseguró una fuente del sector, quien vaticinó un nuevo resultado ajustado.