Así lo anunció el ministro de Economía, Sergio Massa. Busca un incentivo para que las empresas alimentaras se incorporen al programa Precios Justos. Se anunciaron otras medidas de apoyo a productores afectados por las heladas
En un nuevo intento por captar más dólares y llevar algo de alivio a algunos sectores productivos, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció un paquete de medidas especiales para economías regionales.
Además de esos dos objetivos primordiales, el anuncio apunta a un tercer objetivo. Los productores de las economías regionales que pretendan ingresar a este beneficio deberán acceder al programa Precios Justos, en el que la cartera de Massa intenta incluir cerca de 1.500 productos, con el que insistirá en su intento de combatir la inflación.
“Todas las economías regionales que entren al programa de Precios Justos entre el 20 de noviembre y el 30 de diciembre van a acceder a un tipo de cambio especial”, sostuvo Massa durante un acto que se desarrolló este lunes al mediodía en Mendoza.
“Aspiramos a que todos los integrantes de las cadenas de valor de las economías regionales participen del programa de Precios Justos para garantizar abastecimiento y mercado interno en la Argentina y para que de alguna manera el esfuerzo que va a hacer el Estado llegue no solo al productor beneficiario de la medida, sino también a la mesa de todos los argentinos”, resaltó Massa.
Hasta el momento, la aceptación de las alimentarias para subirse a Precios Justos no es la mejor, y con esta estrategia Massa busca la forma de darle mayor volumen al programa, que tendría vigencia durante cuatro meses y arrancaría el 1 de diciembre.
Según lo que anunció el ministro, se realizarán transferencias de Aportes No Reintegrables (ARN) por $1.500 millones a cada una de las provincias cordilleranas afectadas por las heladas.
Ésa no ha sido la única iniciativa de beneficio a los productores afectados por las heladas. Massa anticipó también que se pondrán en marcha “dos sistemas de créditos: uno orientado a 18 meses, porque es el ciclo productivo, a tasa cero de devolución a través del Banco Nación y del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE)”, mientras que el otro será “de mayor monto, a 50 meses y de tasa fija al 48%. Quienes lo tomen tendrán el beneficio de empezar a pagarlo recién en el mes 19, es decir que tendrán 18 meses de gracia.
Algunas dudas sobre el impacto de la medida
Como ocurre cada vez que se realizan este tipo de anuncios, muchos productores prefirieron ser cautos y esperan conocer en detalle la letra chica para determinar cómo hacer uso de la asistencia oficial prometida. “Nos parece positivo que en la presentación de las medidas estuvo todo el arco político. Esta situación grave necesita de todos los estamentos del Estado nacional, provincial y municipal. Entendemos que las medidas van a ayudar y son necesarias para el corto plazo, aunque hay que conocer en detalle la instrumentación”, señaló Nicolás Vicchi, vicepresidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi).
En la industria vitivinícola ven con buenos ojos el plan que propone desandar el titular del Palacio de Hacienda, aunque desconocen buena parte de lo informado en las últimas horas por Massa. “Es positiva la rápida reacción pero faltan aún detalles para entender cómo se va a instrumentar el tipo de cambio diferencial. Lo de los créditos es muy positivo. Hay que ver si alcanza a bodegas y productores por igual”, explicó Francisco Do Pico, vicepresidente de Bodegas de Argentina. Sobre la pregunta de si existen hoy stocks vínicos para comercializar con ese beneficio, aseguró que “Nadie tiene esa información; La demanda internacional es la que manda. Dependerá de cada bodega: disponibilidad y demanda del exterior”.
Vicchi agregó que: “La intención de la medida es buena, coincidimos de que tiene que haber una relación donde el productor se vea beneficiado de esas exportaciones, pero el plazo debe ser mucho más prolongado para que tenga un impacto real” y agregó: “Las características de la vitivinicultura en lo que es exportación, y más de valor agregado, es de largo plazo. Por eso, cuando salió el dólar soja decíamos que necesitábamos un tipo de cambio competitivo, estable, previsible, porque las relaciones con los importadores y la constitución de la marca, el ganar mercados, es de largo plazo y no podemos estar cambiando los costos ni los valores por la inflación, la macroeconomía o por el tipo de cambio atrasado”.
En esa línea, Enrique Vaquié, ministro de Economía de Mendoza, sostuvo: “Un tipo de cambio diferencial para economías como las nuestras, por 40 días que fue lo que dijo el ministro, no me parece correcto. Necesitamos de mucho más tiempo. Esto no es soja en donde se puede tener todo guardado y sacarlo en algún momento, acá se va exportando todo el año. Por lo menos necesitamos un año para que tenga un impacto real esta medida”.