Economistas locales y de Buenos Aires coincidieron ayer en proyecciones moderamente optimistas con respecto al escenario nacional para este año y el próximo. Si bien se refirieron con mucha cautela sobre el futuro, tanto Juan Manuel Garzón -de la Fundación Mediterránea- como Javier González Fraga estimaron que existen elementos en la actualidad para pensar que, tras un año duro, 2010 puede ser el momento del repunte de la actividad y de transformaciones en la intervención del Estado sobre la economía.
Ambos especialistas disertaron en el inicio del ciclo de conferencias Exponenciar “09, junto al consultor Sergio Berensztein.
Con respecto a las perspectivas para Córdoba, Garzón puntualizó algunas condiciones negativas para su futuro, entre las cuales indicó la contracción de los mercados internos y externos para los productos locales (aunque en menor medida que otros países y regiones), la sequía que afecta a la provincia, la presión tribuaria existente y el aumento de las intervenciones del Estado sobre los mercados agroindustriales, que “generan desconfianza y contraen la inversión”.
Como contracara, la suba de los commodities, su demanda externa y el incremento sostenido del tipo de cambio serían condiciones positivas para Córdoba.
En ese marco, Garzón consideró que, si bien “2009 es un año malo, hay condiciones para un escenario mejor y esta crisis puede parecerse a la del Tequila en 1995, que fue profunda pero corta, y al año siguiente la economía volvió a rebotar”.
Por su parte, González Fraga se centró en las perspectivas para la economía nacional. Opinó que el país “asiste al fin de la hegemonía de Kirchner”, que se daría indefectiblemente, más allá de las demoras. De todas maneras, indicó que la presidenta Cristina Fernández “varias veces intentó independizarse” de ese modelo y “aún puede hacerlo si adopta las políticas correctas”, vinculadas a la intervención en los comercios agropecuarios y a las estadísticas oficiales, entre otras.
Tras las elecciones estimó que se abrirían “seis meses de transición” y, con un nuevo Congreso y “la ayuda de China y Brasil, podremos ver más allá de la niebla”.
En tanto, para 2009 estimó una caída del PBI entre 3 y 4%, una pérdida de reservas de entre 4.000 y 6.000 millones de dólares, un suave déficit fiscal y descartó algún peligro de default.
Pronosticó además una inflación de 12% para este año, un dólar a $ 4,30 a fin de año, desechó cualquier intento de estatización del comercio de granos y estimó un aumento de la siembra de soja en 2010.