A una semana de que el equipo técnico del FMI y las autoridades argentinas llegaran a un acuerdo sobre la octava revisión del acuerdo de deuda SAF (Servicio Ampliado del Fondo) que desde el año 2018 une a ambas partes, el Gobierno nacional anticipó que ya trabaja con el organismo financiero internacional “un nuevo programa” que podría fortalecer las reservas de divisas internacionales del Banco Central en momentos en que la entidad está sufriendo su mayor corrida cambiaria desde que asumió Javier Milei y su equipo, el pasado 10 de diciembre.
Así lo deslizó el ministro de Economía Luis Caputo, en el Congreso del Instituto Argentino de Finanzas (IAEF), en el que disertó en la tarde de ayer minutos antes de que el presidente Milei diera un discurso en el mismo foro. “Estamos empezando un nuevo programa de desembolsos con el FMI, en la segunda etapa”, confirmó Caputo, sin precisar si se trata de un paso más en el acuerdo vigente o es un nuevo programa de endeudamiento, tal como viene solicitando el Gobierno desde sus primeros encuentros con las autoridades del Fondo, en enero pasado.
En rigor de verdad, la Argentina espera desde la semana pasada que el Directorio Ejecutivo del Fondo apruebe “nuevos desembolsos acordes con el programa vigente”, según precisó el organismo en un comunicado de prensa emitido el pasado 13 de mayo. Pero estos desembolsos, el primero de los cuales alcanzaría la cifra de 800 millones de dólares, son fondos que compensan pagos que la Argentina debe realizar en el marco del SAF vigente y no expresan una ampliación de las reservas de divisas en poder de la autoridad monetaria, que constituyen de hecho la “espalda” que tiene el Central para enfrentar por ejemplo una corrida cambiaria como la que se está verificando desde la semana pasada en el mercado cambiario argentino.
De allí la importancia que tiene para los operadores económicos determinar si el Gobierno está trabajando un nuevo acuerdo, por ejemplo por un fondo de facilidades extendidas y por cinco cifras en millones de dólares, o simplemente se trata de un nuevo paso en el SAF vigente.
Alarma: el dólar sigue inquieto
En la jornada cambiaria de este martes, la presión compradora de dólares volvió a instalarse desde el inicio del día y llevó el precio de la divisa en el mercado libre a $1.230, con un aumento de 4% respecto al cierre del lunes.
Esta demanda también impulsó un aumento del 3,8% en el MEP, para cotizar en $1.148, y del 2,75% en el CCL,, donde liquidan las agroexportadoras el 20% de sus ventas, para cotizar en $1.173.
Todas estas operaciones se dieron en el marco de un aumento del 2,4% de la tasa de Riesgo País, que quedó en 1.288 puntos, a pesar de que el Tesoro rescató casi $700.000 millones en bonos Bonar 2035 que formaban parte de la cartera del Banco Central.
Para hacerlo, la entidad monetaria utilizó fondos que obtuvo la semana pasada por intermedio de una mega licitación de deuda en moneda local en la que obtuvo financiamiento por cerca de $11,7 billones.
El movimiento, hecho público este martes en el Boletín Oficial, es parte del proceso a través del cual el Gobierno busca reducir la cantidad de pesos en circulación y traspasar la deuda que tiene el Banco Central al Tesoro, como lo hizo Santiago Caputo cuando fue presidente de la entidad monetaria durante el gobierno de Mauricio Macri.
¿Qué pasó en el mercado de cambios?
El Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) nacional siguió operando este martes en torno de los 300 millones de dólares entre ingresos y salidas, en vez de trabajar en niveles de 400/500 millones de dólares que correspondería a la época, de liquidación de la cosecha gruesa después de semanas en las que estuvieron ingresando más de 5.500 camiones por semana al complejo portuario de Rosario, recordando niveles de despacho de granos que no se veían desde 2017.
Según el consultor Marcelo Colom, “el mercado especula con que estamos más cerca de la liberación del cepo luego del conjunto de medidas tomadas por el Gobierno”, que incluyeron las emisiones de Bopreal, los canjes de bonos y letras, entre otras. Por estas, quedan en manos de bancos privados menos de 6000 millones de dólares de pases”, cifra que el Banco Central puede estar en condiciones de enfrentar en poco tiempo.
Quizás esa sea la razón por la cual Luis Caputo se despachó ayer en el Congreso del IAEF con que es inapropiado sacar el cepo cambiario: “Todos dicen, bueno, ¿por qué no sacaron el cepo el día uno? Requiere una cirugía mayor esto. Si hubiéramos sacado el cepo el día uno, hubiera sido una calamidad. Si lo hubiéramos sacado en enero, hubiera sido un desastre. En febrero hubiera sido bastante desastroso, en marzo hubiera estado muy mal, en abril hubiera estado mal y si lo sacáramos hoy, sería inapropiado, diría yo”, afirmó.
Poco después sería el mismo Milei quien confirmaría que ante la pregunta de “qué día abrirás el cepo les tengo que responder ‘No lo sé’, porque no depende de mí sino de la gente, del mercado”.
Para Colom, “mañana miércoles hay que mirar qué pasa: si continua la actual dinámica del mercado de cambios, más días como los del lunes y el martes generarían ya una preocupación más palpable en los mercados. Es por esto que la eventual llegada de algún alivio desde el frente legislativo también sería bien recibido por el mercado”.
Más relato de largo plazo
Frente a este escenario de inicio de activación del sistema de alarmas económicas, el Gobierno salió ayer a poner paños fríos, dando señales de estabilidad y tranquilidad, en busca de retornar a la pax cambiaria que vivió el país en los últimos tres meses.
Ante los ejecutivos de finanzas del país y más de un integrante del “círculo rojo” de empresarios de primera línea, Caputo, aseguró que lo peor de la crisis ya pasó y destacó que “hay varios indicadores que empiezan a mostrar recuperación” de la economía.
Caputo buscó trazar un escenario previsible de mediano plazo en el que el cepo recién está al final del camino: “De los cuatro puntos necesarios para sacar el cepo, el equilibrio fiscal está; pero la normalización de los flujos y los stocks, hoy diría que estamos a un 70, 75%. Se mejoró en estos cuatro meses mucho, más de lo que hubiéramos pensado. Y la cuarta es la que más alejada está de donde tenemos que estar, que es en la relación reservas internacionales, pasivos remunerados”, analizó.
Y lanzó: “Entonces, no le podemos poner fecha, lo vamos a hacer en el momento en el que estemos seguros de que no va a haber sobresaltos. Con el cepo no nos ponemos una meta de fecha, no. Si hoy entráramos en un nuevo programa con el FMI, que implicara nuevos desembolsos, esa relación de pasivos remunerados y reservas, estaría en un nivel más razonables”.
Luego marcó su hoja de ruta. “El objetivo nuestro es destrozar la inflación y haciendo esto es lo que iba a pasar pero había mucha expectativa, cuando anunciamos el programa la mayoría de los economistas anunciaban 30% de inflación en enero y febrero, que íbamos a devaluar”, aseguró.
“Tenemos que ganar credibilidad, Argentina no tiene credibilidad y para hacer política económica es terrible, hace toda la diferencia. Son dos cosas, viene por el track record del país y por la credibilidad de las políticas que estás tomando. Lo más importante de esto es revalidar esto con resultados. En mayo también va a haber superávit”, destacó Caputo.
Además, recordó que el freno en la quita de subsidios energéticos es porque “estamos bien” desde el punto fiscal, y también fue para “darle un respiro a la clase media”.