Los proyectos comenzaron a tratarse pasado el mediodía. Luego de un contrapunto sobre la modalidad del abordaje, se acordó tratar por capítulos. Hubo duras controversias entre oposición, oficialismo e incluso bloques dialoguistas. A la noche, Karina Milei y Guillermo Francos arribaron al recinto para monitorear el debate y evitar sorpresas en una sesión que se avizoraba favorable al oficialismo. No obstante, la votación -estimada para bien entrada la madrugada- no descartaba sorpresas
El Gobierno nacional se encaminaba anoche a obtener la media sanción de los proyectos de Ley Bases y del denominado paquete fiscal, votación que se estimaba para las seis o siete de hoy martes y cuyo texto final no estaba exento de cambios de último momento, en función de la evolución del tratamiento.
En ese contexto, ya entrada la noche y cuando aún restaban cerca de 100 oradores, se hicieron presentes en el recinto Karina Milei y el ministro Guillermo Francos, para monitorear de manera personal la marcha del debate y asegurarse los votos necesarios para la media sanción, esto sin que los proyectos sufrieran cambios, al menos sustanciales, respecto a los dictámenes de comisión.
Entre los puntos que generaron disidencias en la discusión figuró el artículo 3, que se refiere a los organismos que el Presidente podrá disolver si se aprueba la norma. Se trata de uno de los ejes “más ajustados”, según admitieron en la Casa Rosada. “Se está chequeando con los (diputados) que más cuesta (convencer)”, detallaron fuentes de la Casa Rosada.
No era el único. Se esperaba un arduo debate cuando se abordara la restitución del impuesto a las Ganancias, muy resistido por los legisladores que responden a los gobernadores de provincias patagónicas.
Como fuere, la sesión en Diputados se inició a las 13.30 horas.
Previo a acordar cómo serían tratados los proyectos, decisión que finalmente impuso el oficialismo, con un abordaje por capítulos, el debate comenzó con la exposición de integrantes del oficialismo, sus aliados, y la oposición más intransigente a los proyectos.
Por caso, diputados de La Libertad Avanza, el PRO y el bloque “dialoguista” de Hacemos Coalición Federal, fueron argumentando a lo largo de la tarde por qué deben sancionarse las leyes. Esencialmente, todos expresaron que el Gobierno debe contar con herramientas para gestionar.
En contrapartida, el Frente de Izquierda y Unión por la Patria, presentaron las posiciones más duras, explicando que se trata de un avance contra conquistas de los trabajadores, beneficios a grupos empresarios y evasores.
En el inicio, la sesión fue monitoreada por el presidente Javier Milei. El oficialismo descontaba que podría lograr la sanción en general del proyecto y luego, a diferencia de lo que ocurrió en el verano, el tratamiento en particular también resultaría afirmativo. Para ello, los oficialistas impulsaron como mecanismo el debate por capítulo y no por artículo (son más de 200), cómo pretendían los opositores.
Si los proyectos son aprobados por la Cámara de Diputados pasarán al Senado, última instancia antes de convertirse en ley.
Karina y Francos
Luego de varias horas de debate, Karina Milei y el ministro Guillermo Francos llegaron al Congreso.
La importancia de la apuesta para el Gobierno, de hecho, hizo que la secretaria General de la Presidencia acudiera al Congreso luego de un acto que compartió con el Presidente en el Puerto de Buenos Aires, mientras que el ministro del Interior arribó al Parlamento luego de su viaje a Rosario donde se reunió con intendentes.
El artículo 3 de la Ley Bases faculta al Poder Ejecutivo a modificar competencias, trasladar a las provincias y hasta disolver a los “órganos u organismos de la administración central o descentralizada contemplados en el inciso a) del artículo 8° la Ley N° 24156 que hayan sido creados por ley o norma con rango equivalente”.
El proyecto excluye a las universidades nacionales, entidades de los poderes legislativo y judicial y a organismos como el Conicet, la Anmat, el Incaa, el Enacom, el INTA o el Incucai, entre otros señalados expresamente.
La polémica se desató cuando el legislador radical Rodrigo de Loredo dijo que el Gobierno tenía intención de habilitar la disolución del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), lo que fue negado este lunes por el vocero presidencial, Manuel Adorni.
“Todo indica que va a ir bien, no creemos que pueda haber un cisne negro, pero la realidad es que en política todo puede ser”, dijo uno de los funcionarios consultados en medio de las negociaciones y llamados de los operadores del Gobierno al Congreso.
“Llegamos con más aire que en febrero. Hubo más diálogo y todo fue mucho más puntilloso, como no había ocurrido antes”, reconocen en Gobierno, sin adentrarse en una autocrítica por el fracaso de la primera versión de la “ley ómnibus “.
En la Casa Rosada resaltaban el trabajo que hicieron no sólo Francos, principal interlocutor con los gobernadores sino también el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el asesor presidencial Santiago Caputo; Lisandro Catalán, quien secunda a Francos, y José Rolandi, que hace lo propio con Posse.
Fue Francos quien precisamente ayer por la mañana, en un encuentro con intendentes en Rosario, manifestó: “Ojalá el espíritu que encontramos en esta reunión con intendentes se replique también en el Congreso de la Nación, en el que distintos espacios políticos trabajen para buscar soluciones. Las leyes que tratará el Parlamento esta semana generarán crecimiento, actividad económica y bienestar para todos los argentinos”.
Tensiones internas
La atención del oficialismo no sólo se centra en los opositores, dialoguistas o no. También buscan relativizar las diferencias internas que estallaron en las últimas semanas. De hecho, admitieron que se están sucediendo llamados para lograr que la diputada Marcela Pagano, ausente en el debate por cuestiones de salud, llegue al recinto en algún momento de la sesión, que se extenderá durante buena parte de este martes. “En la medida en que sus problemas de salud se lo permitieran”, insistían.
En la Casa Rosada atribuían esas diligencias al titular de la Cámara Baja, Martín Menem, precisamente quien llamó a desconocer la sesión en la que Pagano fue designada presidente de la Comisión de Juicio Político y convocó a una nueva reunión de esa comisión para desplazarla. Luego de ese cortocircuito y cuando la diputada fue internada por un cuadro de “deshidratación”, desde el entorno de Pagano atribuyeron la crisis a un llamado de Menem, que trabaja a las órdenes de Karina Milei. Desde entonces, Pagano no volvió a mostrarse en público.
Pagano despierta muchas resistencias internas en la cúpula de La Libertad Avanza, que crecieron en el último tiempo. En Casa Rosada se evitan las críticas directas, pero subyace un importante malestar por sus formas y manejos.
Javier Milei, por su parte, no fue este lunes a la Casa Rosada, fiel al cronograma que prevé asistencias regulares sólo los martes y jueves.
El último conteo realizado por el oficialismo estimaba en 144 la cantidad de votos a favor de las normas.
Por lo demás, entre los temas que podrían generar mayor tensión y eventuales cambios figuraba la restitución del impuesto a las Ganancias, entre ellos los montos del mínimo no imponible, resistidos por los representantes de las provincias patagónicas.
Movilización
Mientras los diputados discutían en el recinto, militantes de organizaciones sociales y partidos de izquierda se expresaron afuera del palacio legislativo a lo largo de la jornada.
Ubicados sobre Plaza Congreso y sin interrumpir el tránsito, referentes de la Unidad Piquetera, como Eduardo Belliboni, expresaron su rechazo a las leyes a las que buscan darles media sanción los diputados nacionales. “Si las centrales obreras hubieran convocado, la movilización sería mayor”, cuestionó Belliboni, quien milita en el Polo Obrero.
En el lugar se encontraban protestando, además, numerosos jubilados, que rodearon al Congreso, cuestionando las políticas de ajuste del Gobierno Nacional, que los perjudicaron en los primeros meses de 2024.