La devaluación, que encareció costos de producción, la caída persistente de los precios internacionales y la acumulación de stock son el combo que lleva al quebranto a muchos productores.
La situación del sector lechero empeoró en los últimos meses a raíz de la devaluación del peso frente al dólar, que encareció los costos de producción, pero también por la persistencia de bajos precios de exportación que hicieron que se acumulara un stock en la industria, que empujó a un descenso en el valor que se paga por el fluido en la tranquera, según la advertencia de las entidades del sector.
En Argentina cerraron más de 5.000 tambos en los últimos años, de los 16.000 que había, y la Federación Agraria Argentina (FAA) alertó sobre que, de mantenerse la situación como está hoy, en 2016 podrá cerrar la mitad de los emprendimientos existentes, que superan 10.000.
“Los tambos tienen, además, un fuerte impacto sobre sus economías regionales”, indicó el analista Aniceto Chambrillon, exasesor del Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense.
Por su parte, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) denunciaron “la fuerte caída de la participación del productor en el precio final de los productos lácteos, como consecuencia de las escandalosas distorsiones en la cadena de industrialización, distribución y comercialización, que se agudizaron desde principios del año pasado”.
El contexto internacional actual es desfavorable, ya que los precios de los productos lácteos que Argentina exporta, especialmente la leche en polvo, cayeron en los últimos años de US$5.300 a mediados de 2014 a los US$2.000 actuales.
Esto hizo que Argentina tenga hoy con un importante excedente en su producción, no obstante lo cual los precios de los productos lácteos en las góndolas aumentaron significativamente.
A todo esto, los tamberos sufren una importante baja en la rentabilidad, afectada por una doble tensión sobre el precio del litro de leche producido: la industria paga menos que hace algunos meses pero los costos de producción aumentan al ritmo de la inflación, aspecto que se profundizó por la devaluación y la eliminación de los derechos de exportación.
Participación del productor
El Observatorio de la Cadena Láctea del Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos, que estudia la estructura mediante el “valor de litro equivalente” e incorpora la participación que tiene la carga impositiva del Estado, concluyó que la participación de los productores sobre el total del sistema pasó de 31,7% en diciembre de 2014 a 22,4% en febrero de 2016.
La Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) sostuvo, en tanto, que los tambos atraviesan una coyuntura compleja, a raíz de los bajos precios y los altos costos.
Chambrillon indicó que “la intervención de los gobiernos a través de compensaciones no es suficiente”, y sostuvo que hoy se necesita un precio de 4,20 pesos por litro para el tambero, para equilibrar los costos y garantizar algo de rentabilidad. “Estamos en niveles que oscilan entre 2,80 y 3,50 pesos; faltan entre 1,40 y 0,70 pesos por litro”, concluyó.