Por Gisela Veritier
El reciente escándalo en torno a la criptomoneda Libra ha sacudido los cimientos políticos y económicos de Argentina. El presidente Javier Milei, conocido por su ferviente apoyo al libre mercado y a las finanzas descentralizadas, promovió públicamente esta moneda digital, lo que llevó a miles de inversores a depositar su confianza y recursos en ella. Sin embargo, en cuestión de horas, el valor de la libra se desplomó, dejando a más de 40.000 personas afectadas y pérdidas estimadas en 4.000 millones de dólares, si se tiene en cuenta la cantidad de personas que depositaron sus finanzas y el valor máximo que tocó la moneda.
Las repercusiones de este colapso no se limitan a Argentina. Inversores de diversos países se vieron afectados, ampliando el alcance del escándalo a escala internacional. De hecho, para poder acceder a los contratos que demandaba la compra de esa moneda, debían hacerlo a través de un link del cual se accedía a través del Twitter del Presidente.
La economía argentina, ya de por sí frágil, sufrió un golpe adicional con mercados financieros mostrando signos de inestabilidad y una creciente desconfianza hacia las inversiones en activos digitales promovidos por figuras públicas. Este incidente recuerda a otros casos recientes en el mundo de las criptomonedas, por ejemplo el colapso de las criptomonedas Luna y Terra dólares, en 2022, que resultó en pérdidas de aproximadamente 40.000 millones de dólares para los inversores. Allí intervinieron las autoridades estadounidenses y Terraform Labs, que emitía estas monedas, acordó pagar 4.500 millones de dólares para resolver las demandas de fraude.
La diferencia clave entre ambos casos radica en la respuesta institucional. Mientras que en el caso de Terraform Labs se impusieron sanciones significativas, en el caso de Libra aún se espera una resolución clara de las autoridades argentinas e internacionales. Esto depende de las regulaciones que posee cada país y de las internacionales, pero la falta de regulaciones específicas y la participación directa de un jefe de Estado complican el panorama legal y político.
Para protegerse de estafas relacionadas con criptomonedas, es esencial que los inversores consideren recomendaciones que paso a detallar. Primero: una investigación exhaustiva. Antes de invertir, es crucial investigar la legitimidad del proyecto, sus desarrolladores y su historial. Segundo: desconfianza ante promesas exageradas. Ofertas que garantizan altos rendimientos con bajo riesgo suelen ser indicativas de fraude. Tercero: uso de plataformas reconocidas. Optar por exchanges y billeteras digitales con buena reputación y trayectoria en el mercado. Cuarto: educación continua. Mantenerse informado sobre las tendencias y riesgos en el mundo de las criptomonedas. Quinto: asesoramiento profesional. Consultar con expertos financieros antes de realizar inversiones significativas.
La volatilidad inherente al mercado de las criptomonedas, sumada a la falta de regulaciones claras crea un entorno propicio para estafas y fraudes. Es imperativo que los inversores actúen con cautela, realicen investigaciones, diligentes, no se dejen influenciar por influencers, figuras o promesas de ganancias rápidas. La educación y la prudencia son las mejores herramientas para navegar en el mundo complejo de las finanzas globales.
(*) Economista – Directora General del ICDA (UCC)
No podes comprar los casos. En el caso de Terra y UST, segun las pruebas presentadas se habla de un ataque coordinado, donde empresas como Jump trading, FTX, Terraform y otras fueron participes. Ambos tokens son de utilidad y hoy por hoy hay desarrollos en su blockchain Terraclasic.
Lo que hizo el presidente fue inflar, por medio de la difusión falsa de un proyecto económico para Argentina, un token sin utilidad alguna para que luego aquellas personas con información pudieran retirar los fondos.