La quita de retenciones para las exportaciones de vino no tuvo el impacto esperado en la industria. A un mes de su implementación, según datos del Instituto Nacional Vitivinícola (INV), los despachos al exterior se desplomaron por noveno mes consecutivo. La Argentina exportó en los primeros nueve meses, 147 millones de litros de vino, 61 millones menos con respecto al mismo período del año anterior, lo que se traduce en una caída del 29,3%.
Del total exportado, 114,6 millones (77,9%) corresponden a vinos fraccionados -que tuvieron una caída del 26%- y 32,6 millones (22,1%) son vinos a granel -con una desaceleración del 38,9%-.
Según Milton Kuret, director ejecutivo de Bodegas Argentinas, la cámara que representa a más de 200 fabricantes de vino del país, la falta de acuerdos comerciales afecta al sector porque Argentina paga en promedio 5% por acceder a mercados donde otros países vitivinícolas no tienen aranceles.
Kuret apuntó a problemas que se suman, como la macroeconomía y la mala cosecha por efectos climáticos que disparó los precios de las materias primas muy por encima de la variación del tipo de cambio y compromete la competitividad de los vinos argentinos.
La mayor caída en las exportaciones se registró en el vino a granel. Los despachos de mosto concentrado hasta septiembre ascendieron a 27.309 toneladas, un 54,5% menos en volumen y un 44% menos de ingreso de divisas respecto al mismo período del año anterior.
Argentina está dentro de los cinco países productores de vino más importantes del mundo. Sin embargo, el vino local representa menos del 2,5% de la oferta en el exterior, por la gran competencia y las trabas a las exportaciones.