Ocurrió durante el tercer trimestre del año pasado, cuando todavía se registraban corridas cambiarias y devaluaciones, según reflejó la Universidad del Salvador en su último informe
Durante el tercer trimestre del año pasado, cuando todavía se registraban corridas cambiarias y subas en el tipo de cambio, la economía argentina llegó a su quinto máximo histórico en materia de Fragilidad Externa, según informó ayer la Universidad del Salvador (USAL), por la conjunción de dos factores: el empeoramiento de las condiciones financieras internacionales y, sobretodo, por la mayor vulnerabilidad financiera por motivos enteramente domésticos.
El índice de fragilidad externa (IFEX) que mide la USAL alcanzó en entre julio y septiembre su peor desempeño desde fines de 2001 y comienzos de 2002. En términos interanuales empeoró 45%. Esto obedece a una mejora de 3% en las condiciones comerciales y financieras internacionales y un deterioro de 56% interanual en el Índice de Vulnerabilidad Externa (IVEX), que refleja la exposición del país ante los posibles shocks externos.
“El índice de fragilidad externa 2018 sería uno de los más elevados de la historia argentina reciente, sólo comparables con los alcanzados en los años de la hiperinflación, y los de las crisis de 1982 y 2001”, señaló Juan Massot, director del Instituto de Investigación de la Facultad de Ciencias Económicas de la USAL.
“A la fecha de este informe se proyecta para las próximas dos mediciones, es decir el cuarto trimestre de 2018 y el primero de 2019, un empeoramiento de los indicadores”, agregó.
Así, la crisis de balanza de pagos de la era del presidente Mauricio Macri se acerca a equiparar, en materia de fragilidad externa, a la crisis de 1982 y queda a pasos de la de 2001.