El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Horacio Salaverry, aseguró ayer que la sequía “está pegando muy duro” al punto de que “hay pérdidas irrecuperables” en gran parte del territorio bonaerense y definió que “la cosecha está muy complicada”.
“Hay pérdidas irrecuperables, sobre todo en el maíz, que en el mes de enero necesita mayor cantidad de agua. La soja tiene más probabilidades (para soportar la falta de lluvias) pero indudablemente también va a afectar la cosecha”, dijo el titular de Carbap en declaraciones a radio Provincia.
Por otro lado, detalló que “en la ganadería el gran inconveniente es el achicamiento de los campos porque las pasturas no vuelven”.
“En un día de calor como hoy, un animal adulto puede consumir hasta 80 litros de agua, por lo que los productores tienen que estar atentos”, señaló, luego de referir además a los incendios y los problemas que se generan.
En ese marco, el dirigente planteó que esperan ayuda del gobierno bonaerense por medio de la Ley de Emergencia, sobre la que pidió modificaciones porque consideró “que no es práctica”.
Además, señaló que la “merma en la cosecha no sólo genera inconvenientes para los productores” sino también al país “porque habrá un menor ingreso de divisas”.
Para Salaverry, “el grueso de ingresos de divisas se produce en abril a través de la cosecha y la baja en toneladas puede complicar la situación cambiaria en el país”.
Por último, se refirió a las medidas en relación con la exportación de la carne y expresó que “hubo inconvenientes a partir del decreto presidencial de mayo-junio de 2021. Luego se empezó un trabajo con el ministro (de Agricultura Julián) Domínguez para liberar mayor parte de los animales para la exportación pero sacó dos resoluciones muy complicadas”.
“Si bien no estamos en contra de ver qué se puede hacer con el precio de los siete cortes para el mercado local, no nos parece que se deba estar así dos años”, opinó.
Por otro lado, criticó las declaraciones juradas que se exigen para la exportación al afirmar que “el ministro se había comprometido a que no iba a haber esas restricciones”.
Informe de la Guía Estratégica para el Agro
El efecto del estrés hídrico existente en lo que va del verano determinó un recorte en las proyecciones realizadas por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) para la cosecha de maíz y soja en 8 millones y 5 millones de toneladas en cada cultivo, por lo que “la pérdida de ingresos netos” del sector productor por ese motivo rondaría US$2.930 millones, estimó la entidad bursátil.
El último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) que publica la BCR recortó de 56 millones de toneladas a 45 millones la cosecha de maíz, y de 45 millones de toneladas a 40 millones para la soja.
El año “2022 sigue sin lluvias importantes. Ya van casi 30 días sin milímetros significativos que den auxilio: el maíz sigue sufriendo dos golpes de calor que se han sucedido con apenas una semana de respiro en medio”, señala el informe de la GEA, que estima en 14% la caída del maíz con relación a las proyecciones de diciembre y señala que “el resultado de todo esto es que, respecto a lo que se esperaba en diciembre, un escenario que con cierta normalidad hacía posible alcanzar 56 millones de toneladas, la primera estimación maicera para argentina es de 48 millones”.
A la vez indica que, como consecuencia de la falta de lluvias y la baja humedad, “este año se sembró más pero habrá menos maíz: el rinde cae 10 quintales respecto a 2021”.
Para el caso de la soja, el informe de la GEA señala que “las condiciones de desecamiento y estrés termohídrico han sido tan graves en los últimos 30 días que se descarta también la posibilidad de un escenario de normalidad y rindes promedios”.
Así, afirma que ese escenario “arrojaría un horizonte productivo de 45 millones de toneladas y se trabaja ahora con una proyección de 40 millones”.
A la vez, en un documento difundido hoy, la BCR estima que a pesar de la recuperación de los precios de ambos cultivos, “la pérdida de ingresos netos del sector productor ya asciende a US$2.930 millones”.
“En total, el impacto sobre la economía argentina se estima en US$4.800 millones o 1% de su PBI potencial”, agrega el informe de la entidad.
En esa línea, sostiene que “en el frente externo, las exportaciones de los principales productos de los complejos soja y maíz caerán en 13 millones de toneladas”.
“Si valorizamos las exportaciones netas del sector a los precios actuales, se estima que dejarán de ingresar al país US$2.665 millones, una caída de 10% respecto al total estimado al cierre del año pasado”, abunda.
Por último, el informe indica que “el Estado dejará de recaudar impuestos por US$1.440 millones, de los cuales US$1.040 millones corresponden a menor ingreso tributario por derechos de exportación y el resto a otros impuestos”.