El complejo industrial cordobés sufre las consecuencias de la pandemia y los casi cien días de cuarentena en el Gran Córdoba; sin dudas, las estructuras empresariales más débiles crujen. “No podemos saber hoy cuántas empresas dejaron de trabajar o quedaron en el camino, pero sí estamos midiendo el comportamiento de las empresas que están en pie en las últimas semanas”, admitió ayer el secretario de Industria provincial, Fernando Sibilla, al presentar un nuevo informe del monitor Córdoba en Foco.
Lo cierto es que no quedan dudas de que una cierta cantidad de firmas pequeñas y medianas, no sólo del sector industrial sino también -y principalmente- del sector servicios, que bajaron sus persianas a partir del pasado 20 de marzo con el inicio de la parálisis por el aislamiento obligatorio, ya no volverán a abrirlas. “En los próximos días estaremos cerrando mediciones en el sector comercial, donde seguramente veremos una caída más grande del empleo”, anunció por su parte Gastón Utrera, coordinador del monitor de la actividad económica cordobesa.
La buena noticia que surgió de las estadísticas ya en poder del Ministerio de Industria, Comercio y Minería es que “a grandes rasgos y con una pérdida escasa por goteo, el empleo se mantuvo en los sectores analizados” por el monitor, que en las últimas cuatro semanas profundizó su análisis sobre las industrias lácteas, autopartista, de la maquinaria agrícola, siderúrgica, gráfica, alimenticia, de las telecomunicaciones, electrónica y de las actividades minera y del maní.
Ya sea por la configuración contractual, por las presiones sindicales, por la doble indemnización, por el apoyo del Estado al pago de salarios o porque la generalidad de las empresas confió en un pronto retorno a la actividad, el empleo se mantuvo en pie “a grandes rasgos” en Córdoba, a pesar de la crudeza de la pandemia que en vastos sectores redujo a cero la actividad y la facturación en una gran cantidad de sectores y empresas.
Efectivamente, según los números del estudio presentado ayer, sólo los complejos industriales alimenticio y lácteo, además de algunos vinculados a la actividad agropecuaria, se mantuvieron en pie durante la parálisis generalizada.
En el caso de la industria láctea, no sólo no sufrió impacto negativo del coronavirus sino que mejoró su producción más de 23 puntos entre febrero y mayo. Según operadores del sector, impactaron los cambios en los hábitos de consumo durante el aislamiento. A modo de anécdota, se disparó el consumo de dulce de leche -por ejemplo- y los volúmenes de la producción láctea siguieron creciendo semana a semana, hasta la última medición, cerrada con el inicio de junio.
“Esta industria está trabajando al tope del uso de sus recursos humanos, este sector está en un buen momento de producción”, confirmó ayer Fernando Sibilla.
Otro de los sectores con buena performance es la industria del maní, que sostuvo su actividad y mejoró 5,4 puntos entre puntas, mostró en los últimos meses una mejora en la cantidad de ocupados efectivos y “el sector trabaja a full” en las últimas semanas, afirmaron.
Junto a estos, “todo el complejo de la industria alimenticia cordobesa trabaja hoy a un diez por ciento más que lo que lo hacía durante febrero, aumentó su facturación y además sostuvo sus plantillas de personal e incluso lo mejoró en las últimas semanas”, se dijo.
La fabricación de maquinaria agrícola en la provincia de Córdoba no escapa a esta dinámica: se disparó en abril y mayo respecto del nivel con el que venía desde febrero, aumentando hasta 33,4% respecto de febrero. El sector vive un momento de alta producción, más que duplicando su nivel respecto de enero pasado.
No todo es alegría
No fue similar el destino de la industria minera, muy vinculada a la construcción, que recortó su producción casi a la mitad en marzo, y entre abril y mayo prácticamente paralizó en forma total su producción. “Esto está vinculado a que la construcción todavía no levanta”, confirmaron.
Se trata de un sector que quedó afuera de los programas oficiales de apoyo, por ser actividad esencial. Hoy se preparan para producir y comienza el personal en parte a volver a trabajar “pero aún no se muestra en números concretos”, afirmaron.
La industria autopartista es otro complejo que prácticamente paralizó su producción, pero ya en mayo comenzó a recuperar el ritmo productivo, aunque aún se mantiene “a media máquina” respecto de los niveles con que se venía desde el año pasado.
Por su parte, la industria gráfica provincial recortó más de 20 puntos su producción en marzo, cayendo a casi 40% de sus niveles de producción en abril, proceso que continuó durante mayo con un nivel de producción inferior a 26%. “Todo está vinculado con la caída total de volumen de los pedidos desde distintas actividades hoy frenadas por la cuarentena”, explicaron fuentes de Industria.
“En esta industria se sostuvo el nivel de personal a pesar de la baja de actividad. Las empresas tienen mucha necesidad de volver a trabajar, de abrir sus plantas pero se encuentran con que los pedidos no vuelven a los niveles previos”, relataron.
Otros sectores siguen el mismo destino. Las empresas de telecomunicaciones trabajaron en mayo a 35% de su nivel histórico de actividad, medido en número de cuadrillas ocupadas. Las firmas de refinería y fundición trabajan a 20%, nuevamente afectadas por la inactividad de la construcción, sector que comenzó a recuperar el ritmo de facturación entre abril y mayo, pero no por obras nuevas sino por la certificación de obras anteriores a la pandemia.
En todos estos sectores con actividad cero o por debajo de la “media máquina”, hubo sostenimiento del empleo a pesar de la caída en la actividad, afirmó Sibilla, salvo en la construcción donde claramente hubo destrucción de empleo, aunque esta actividad tiene un régimen propio de contratación por el cual puede rápidamente recuperar niveles de ocupación.