La producción de vehículos en el país alcanzó en marzo las 29.277 unidades, cifra 41,1 por ciento inferior a la registrada un año atrás y 10,5 por ciento más baja que en febrero último, según informó la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa).
La principal baja se produjo en el segmento que venta a concesionarias que se desplomó 57,6 por ciento en la comparación interanual.
La entidad precisó que, en el acumulado del primer trimestre, el sector produjo 76.692 unidades, 30,7 por ciento menos que en el año inmediato anterior.
Respecto a las cifras del comercio exterior, el informe indicó que el volumen exportado en marzo fue de 21.085 unidades, 23,9 por ciento por debajo de un año atrás pero 8,5 por ciento por encima del mes inmediato anterior.
Adefa señaló que la caída de 9.429 vehículos en el acumulado del trimestre, responde principalmente a la baja en los envíos a Brasil, principal demandante a nivel externo. De hecho, de la baja total, 8.723 autos corresponden a una menor demanda de ese mercado.
La merma de envíos al exterior, fue particularmente alta en el caso de automóviles. En cuanto a vehículos comerciales (utilitarios y pickups), la reducción fue de apenas 1,8 por ciento.
Por lo demás, entre enero y marzo se exportaron 47.919 unidades, esto es 16,4 por ciento menos que en 2018. Respecto a la venta de las terminales a las concesionarias, en marzo llegó a 33.708 unidades, 10,9 por ciento menos que en febrero y 57,6 por ciento por debajo de un año atrás. Allí incidió la fuerte reducción de los patentamientos, números que ya había informado la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara), la entidad que nuclea a las empresas que se dedican a comercializar vehículos en el mercado interno.
De esta forma, en el acumulado de los tres primeros meses del año, la venta mayorista de autos fue de 94.150 vehículos, 56,8 por ciento menos que en 2018.
Autopartistas preocupados
Un relevamiento de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) constató que, para 39 por ciento de las autopartistas, la mayor preocupación con relación a este año, constituye la reducción en el nivel de actividad que afectó tanto a proveedores de terminales como autopartistas focalizados en el mercado de reposición.
El año pasado, la principal preocupación había sido la amenaza de las importaciones.
En segundo lugar, se señaló la presión impositiva en 18 por ciento de las respuestas, mientras en 2018 en segundo lugar se destacaba como dificultad la falta de competitividad a nivel macroeconómico en 21 por ciento de los casos. Particularmente este tema se vio agravado por el establecimiento de los derechos de exportación y la baja de los reintegros a las exportaciones. Debe destacarse en este punto que adicionalmente la metodología de cálculo de los derechos de exportación (retenciones) excluye a los componentes importados, incentivando menos valor agregado local en las exportaciones del complejo automotor.
Por su parte, en tercer lugar este año, la prioridad para los autopartistas fue la negociación de precios con los clientes que fue vista como un inconveniente en el 14 por ciento de las respuestas. “Las políticas de algunas terminales automotrices afectan la situación financiera de sus proveedores, ocasionándoles problemas financieros que luego afectan la sustentabilidad económica”, indicó el documento.
En tanto, en cuarto lugar las empresas destacaron la falta de financiamiento competitivo, problemática que afectó a 11 por ciento de los casos en 2019.
Con respecto a la normativa laboral y los costos laborales no salariales, resultó ser factor de preocupación para el 10 por ciento de las empresas autopartistas. “Este porcentaje se vio afectado por las prioridades de la coyuntura, no obstante lo cual afectó fuertemente a la competitividad estructural”, alertó el documento.
La falta de acceso a insumos a costos internacionales fue la sexta preocupación con cinco por ciento de las respuestas.