El dato surge del observatorio lanzado ayer por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, en el que se indicó, además, que el incremento relativo fue superior en la provincia
La necesidad de un nuevo diseño del esquema tributario argentino, con colaboración de las provincias y municipios es uno de las conclusiones que se desprende del estudio presentado ayer por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba, en colaboración con la Agencia para el Desarrollo Económico de la Ciudad (Adec).
Se trata del Observatorio de la Presión Tributaria Efectiva que viene “a llenar un vacío” en el país de falta de información “confiable, sistematizada y actualizada”, clave para la toma de decisiones, según indicó el presidente de la entidad, José Simonella.
“La evidencia empírica que surge del análisis de los datos de una década (2006-2016, debido a que el PBG provincial está calculado hasta esta última fecha), tanto de la recaudación de impuestos de jurisdicción nacional, y del impuesto sobre los Ingresos Brutos de competencia provincial, como de la contribución sobre la actividad comercial, industrial y de servicios que recauda el municipio, nos permite afirmar que la presión tributaria aumentó sustancialmente. De hecho, la suma de la carga impositiva de los tres niveles pasó de 19,25% en 2006 a 34,16% en 2016, es decir creció 77,43%”, se indicó.
Este incremento de 14,91 puntos porcentuales se explica, principalmente, por la suba de 5,58% en impuestos y 4,94% en contribuciones de la seguridad social, en lo que hace a la jurisdicción nacional. El aporte de los gravámenes de este origen fue, entonces, de 10,16%, en el período estudiado, siendo la variación de 67,25%.
La presión fiscal derivada del cobro de Ingresos Brutos en Córdoba, entre 2006 y 2016, aumentó de 2,95% a 6,6%. “Estos valores muestran un crecimiento de más del doble de la carga fiscal en la provincia (3,64 puntos porcentuales), que en términos de tasa de variación representa una suba de 123,49%, se agregó.
“Se decanta que la administración ineficiente de las cuentas públicas fue generando situaciones en las que los gastos durante muchos años superaron los ingresos, incurriendo en importantes déficits, que en primer término se financiaron con impresión monetaria espuria (impuesto inflacionario) y con la toma de endeudamiento externo e interno que, al volverse insostenible, provocaron sucesivas crisis y resultaron el incentivo para la implementación de reformas tributarias basadas en la creación de nuevos impuestos, definiendo un sistema impositivo complejo, poco eficiente y bastante regresivo”, concluyó el estudio del CPCE.