ESCUCHARLas entidades argentinas comienzan a hacer saber sus posicionamientos sobre los desafíos globales, antes de la cumbre que renovará la dirección cooperativa mundial.
El candidato de Argentina a presidir la Alianza Cooperativa Internacional, Ariel Guarco, propuso la creación de un comité cooperativo para un sistema financiero internacional al servicio del desarrollo, en sintonía con la resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para limitar el accionar de los fondos buitres.
Las cooperativas están cada vez más visibles en las discusiones globales, dado que son la mejor alternativa empresarial para transformar un sistema desigual e indiferente ante las consecuencias negativas que él mismo genera sobre el ambiente y las poblaciones.
En los últimos días, el papa Francisco volvió a referirse precisamente a las cooperativas para hablar de la “relación entre economía y justicia social” y de su preocupación por mantener “en el centro la dignidad y el valor de las personas, no el dinero”.
En un encuentro ante miembros de cooperativas de crédito italianas, los invitó a que “continúen siendo un motor que desarrolle la parte más débil de la comunidad local y de la sociedad civil, pensando sobre todo en los jóvenes sin trabajo, centrándose en el nacimiento de nuevas empresas cooperativas”.
Humanizar la economía, unir la eficiencia con solidaridad, participar activamente en la globalización -pero que sea “la globalización de la solidaridad”- y promover un uso solidario y social del dinero son algunas de las consignas que expresó Francisco, sintetizadas en una frase: “Hagan crecer la economía de la honestidad”.
Un nuevo estímulo para posicionarse
Para la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), que tuvo un encuentro cara a cara con Francisco poco después de que asumió como papa, en el Vaticano, estas palabras son un nuevo estímulo para posicionarse en el marco de los debates sobre el rumbo de la economía nacional, regional y global. Pero, además, cobran un significado contundente horas después de que la Asamblea General de la ONU aprobara (con 136 votos a favor, 6 en contra y 41 abstenciones) una propuesta del Gobierno argentino para crear un marco regulatorio de las reestructuraciones de deudas soberanas.
El presidente de Cooperar, Ariel Guarco, quien también es vicepresidente segundo de Cooperativas de las Américas e integra el Consejo Mundial de la Alianza Cooperativa Internacional, señaló que estas organizaciones deben “tener una posición crítica respecto del poder financiero especulativo y abogar por la promoción de la herramienta cooperativa para garantizar la captación y aplicación del ahorro en función de las necesidades de los trabajadores, los productores y las comunidades”. Apuntó que es necesario “seguir construyendo alianzas con otros actores, como los Estados nacionales, que ayuden a poner coto a la actividad especulativa del capital financiero concentrado”.
Guarco es candidato a presidir la Alianza, cuya asamblea del 13 de noviembre, en Turquía, determinará quién la conducirá al menos durante los próximos dos años. En ese marco, lleva la propuesta elaborada por Cooperar de crear un comité cooperativo para un sistema financiero internacional al servicio del desarrollo.
Sus objetivos centrales son:
-Ayudar a que se promueva la oferta de préstamos de parte de bancos cooperativos dirigida a proyectos de cooperativas y de pequeñas y medianas empresas, en particular para aquellas localizadas en países con dificultades en el acceso al financiamiento internacional.
-Implementar mecanismos propios del cooperativismo para el análisis de riesgo, que tengan en cuenta la sustentabilidad económica y social de los distintos espacios nacionales y regionales.
-Alentar la modificación de normas e instituciones del sistema financiero internacional, desde la perspectiva de los valores cooperativos.
Estos puntos fueron parte de la declaración contra los fondos buitres que la representación argentina propuso hace un año en Chapadmalal, como anfitriona del Consejo de Cooperativas de las Américas, que fue aprobada por unanimidad.
Guarco sostuvo que “una cooperativa no es una empresa con responsabilidad social sino que es, más bien, la responsabilidad social de los habitantes de un pueblo o una ciudad constituida como empresa para satisfacer las necesidades básicas y promover su desarrollo”. Y agregó: “No debemos convencer a las cooperativas de que tengan responsabilidad social porque es parte de su genética, de sus principios y valores. Es la forma en que construimos empresas económicamente viables y socialmente responsables.”
En ese sentido, Guarco apuntó que “el cooperativismo es un movimiento de transformación social, pero nadie puede atribuirse un proceso semejante pretendiendo hacerlo solo”. Por eso su presentación estuvo dirigida no solamente a contar lo que las cooperativas realizan en interacción con la comunidad en la que están insertas sino también a interpelar a otros actores para incidir conjuntamente sobre la realidad.
“Queremos profundizar nuestro trabajo con las mutuales, los sindicatos, las universidades, el asociativismo pyme y fundamentalmente con el Estado. No es posible que se exprese toda la potencialidad de un sector si no se trabaja estratégicamente en esa línea”, señaló Guarco.
Además, consideró importante que el Estado “sienta que hay un montón de experiencia cooperativa acumulada y conocimiento adquirido durante más de cien años en nuestro país, disponible para trabajar juntos en esa transformación social”.
Esa alianza, concluyó, debe manifestarse en la posibilidad de que el movimiento cooperativo, de la mano de sus instituciones más representativas, “forme parte de las mesas principales donde se piensan las políticas públicas, especialmente aquellas que afectan a los sectores donde estamos presentes”.
