Así lo solicitó Gustavo Casciotti de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios al exponer en instancia de comisión de Diputados. También estuvieron presentes CAME y la CAC.
Aún en un contexto que marca una recuperación de la actividad y del consumo luego de la retracción provocada por la pandemia de coronavirus, la presión inflacionaria complica las perspectivas hacia fin de año, especialmente del sector de las pymes.
Así lo hizo saber este martes la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), cuando en un debate de comisión de Diputados de la Nación se discutió sobre la situación del comercio.
En representación de la entidad se manifestó Gustavo Casciotti, quien integra la comisión directiva de la organización y reclamó “límites efectivos” para los grandes formadores de precios.
Según un comunicado de la entidad, Casciotti ponderó en su discurso el actual proceso de recuperación económica, el cual -expresó- resulta verificable “en todas las variables y prácticamente todas las ramas, que en la mayoría de los casos alcanzan valores pre pandémicos y en algunas actividades están incluso mejor que en 2019 o 2018”.
No obstante, el dirigente empresario señaló que “tenemos una gran cantidad de trabajadores que en promedio no pueden acceder a una Canasta Básica Total, y cuándo observamos esa realidad nos encontramos de lleno con el flagelo de la inflación”.
En este punto, Casciotti se refirió puntualmente a los aspectos “vinculados con la formación de expectativas, la especulación y con una estructura fuertemente concentrada y extranjerizada que determina la posibilidad de fijar precios, muchas veces desacoplada del verdadero incrementos de los costos”.
En ese sentido, el dirigente de APYME subrayó que este fenómeno está “atenazando la ecuación de nuestras pymes”, que -según enfatizó el dirigente- son “grandes generadoras de empleo formal en Argentina” y “explican más de 50 por ciento del Producto Bruto Interno y representan 95 por ciento de las unidades productivas y de servicios”
Así, indicó el parte de prensa institucional, el empresario sostuvo que “estas empresas están afectadas por partida doble, porque por un lado, frente al aumento de los precios de los productos de la Canasta Básica se resiente la capacidad de compra de nuestros clientes, y por otro lado, padecemos las constantes incrementos de los insumos difundidos -o insumos para la producción- concentrados en muy pocas manos”.*
Sobre ese punto Casciotti destacó que se “perdieron muchas oportunidades” de aplicar leyes sancionadas en el Congreso que hubieran contribuido en atenuar la inflación, y recordó la Ley de Abastecimiento y las modificaciones establecidas en el año 2014. Precisó que este tipo de normativas “permiten establecer reglas claras en las relaciones entre la producción y el consumo, y particularmente, la imperiosa necesidad de constituir el observatorio de precios y disponibilidad de insumos, productos y servicios, para como sociedad poner límites a los abusos que lesionan la capacidad de compra y que afectan el funcionamiento del comercio”.
Finalmente, el dirigente puso a disposición de los legisladores el documento denominado *“Propuestas para el Desarrollo con Equidad Social”, que recupera las principales preocupaciones del sector, así como los resultados surgidos de las encuestas trimestrales y federales que realiza la entidad con empresarios de todos los rubros y el informe sobre los incrementos de insumos para las pymes, también realizado recientemente.
Otros aportes
Por otro lado, también participaron del debate representantes de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) quienes destacaron también la mejora en la actividad comercial.
Específicamente, el presidente de la CAC, Natalio Grinman, celebró las “señales de mejoría” de los comercios y el empleo luego de tres años de pandemia, al puntualizar que “aunque está dos puntos por debajo de lo registrado en 2018, hay un crecimiento del 6,5% con relación al periodo 2019-2021”.
“Argentina es un país potencialmente rico, con problemas estructurales y recurrentes, pero que de ellos se sale con el esfuerzo de todos los argentinos, creando las condiciones para duplicar nuestras empresas, a través del trabajo formal que bien puede otorgar la actividad privada”, sentenció el titular de la CAC.
También destacó la importancia que tiene el sector en la economía al señalar que “comercios y servicios explican poco más de 65% del PBI, y alrededor del 67,3 por ciento de la mano formal de obra ocupada”.
Además, dijo que “hay que proponer, bajo todas las instancias, el trabajo formal ya que se necesita más empleo en el sector privado; los países que se desarrollan y tienen crecimiento lo hacen a través de ese sector”.
Mientras, solicitó “simplificar los trámites porque cada vez que se quiere abrir un comercio se le ponen trabas, hay que facilitar y terminar con esa burocracia perversa que desalienta la creación de nuevas fuentes de trabajo”.
Por su parte, el presidente de Enac, Leo Bilanski, destacó que “en 2019, las empresas comerciales estaban contratando y despidiendo en la misma magnitud, un 10%; hoy, el 34% genera puestos de trabajo, y el 8% está despidiendo, así como en el sector servicios el 36% ofrece oportunidad laboral, y sólo el 6% opta por los despidos”.
En tanto, el director del sector comercial de la CAME, Fabián Tarrío, señaló que las pymes tienen “alrededor de un millón de empleados registrados, que pueden levantarse cada día y mostrarles a sus hijos que van a trabajar, y lo que compran lo hacen con el esfuerzo cotidiano”.
“Más allá de un efecto brutal como el de la pandemia, muchos emprendedores volvieron a abrir comercios con proyectos más personales, ocupando de otra manera los lugares que se habían vaciado”, agregó.
En su exposición, Tarrio defendió la importancia de mantener los negocios a la calle y detalló que en mayo del 2022 “se registraron 45 millones de operaciones de forma electrónica y 120 millones de transacciones de manera presencial”
“Esto abona la teoría de que el comercio de calle, el histórico, tiene plena vigencia”, soslayó Tarrío, al tiempo que definió como la fórmula ideal “trabajar con ambas cosas: hacer de la calle un atractivo permanente, y, además, modernizarse e incorporar los nuevos métodos de venta”.
Al ser consultado sobre el comercio ilegal Tarrio señaló que en los últimos años “la presión tributaria ha obligado a muchos a trabajar en su departamento de forma ilegal”, y propuso como solución “el blanqueo de la economía a partir de una reforma tributaria, que ayude a emprender, y, a la vez, permita servir a la educación, a la salud y a la justicia”.