A partir de noviembre sube el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias en torno a un 18%. De acuerdo con lo anunciado por el titular del Palacio de Hacienda, Sergio Massa, el tope a partir del cual los salarios serán impactados por el tributo estará por encima de $330.000. Buscamos que “los trabajadores no pierdan” con este tributo “lo que ganan en horas extras y en la paritaria”, dijo Massa en declaraciones radiales.
En Córdoba, la medida fue recibida con expectativa por los asalariados. En una actividad clave para la dinámica económica provincial como lo es la industria metalúrgica, los trabajadores sostienen que “generará alivio”. El secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica, Rubén Urbano, explicó a Comercio y Justicia: “Por la recuperación del nivel de actividad del sector autopartista y la maquinaria agrícola, estamos trabajando con muchas horas extraordinarias. Por eso los trabajadores tienen el temor de que todo ese ingreso se lo coma el tributo”.
Con la actualización anunciada van a quedar “los salarios de un grupo bastante reducido de trabajadores impactado” por el gravamen. Con el nivel de mínimo anunciado recientemente, “sin contabilizar horas extras, quedarían muy pocos afectados por el tributo”. Ahora, con las horas extra contabilizadas, “quedará no más del 15%” de los trabajadores registrados del sector metalúrgico cordobés por arriba del mínimo y por tanto impactados por el impuesto, concluyó Urbano.
Con la actualización que se efectivizará en noviembre, se trata de la tercera suba en el año del mínimo no imponible. La primera actualización se anunció en enero y eximió de Ganancias a todos los salarios por debajo de los $225.937. Mientras que la última modificación había sido formalizada en junio cuando el parteaguas entre los que pagan y los que no pasó a $280.792; aquella actualización había sido anunciada por Martín Guzmán y Sergio Massa, que en ese entonces presidía la Cámara de Diputados.
Con 66% de inflación acumulada, una proyección anual al borde de los tres dígitos y organizaciones sindicales intentando sostener 90% como piso de incrementos salariales, no actualizar el mínimo no imponible era una bomba de tiempo, entienden en el equipo económico conducido por el ex intendente de Tigre. Más aún cuando la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), que contabiliza la movilidad de todos los salarios registrados, quedó casi 5 puntos porcentuales por debajo de la inflación en agosto.
Con la medida, el Gobierno busca descomprimir eventuales focos de conflicto, ya que la actualización del mínimo haría que unos 500 mil asalariados dejen de pagar el tributo, según calculan dentro del gabinete económico. Se trata de una iniciativa central para que la alianza gobernante continúe teniendo el apoyo de las centrales sindicales y, consecuentemente, tengan una conflictividad social moderada a pesar de que los precios subirían en torno a 98% de punta a punta. La conflictividad laboral es reducida según reportes del Ministerio de Trabajo.