ESCUCHARAunque todavía no se aplican medidas directas, el Gobierno nacional tomó nota de la crisis de la región europea y anunció posibles restricciones a la compra de alimentos, impulsadas por la sobreoferta proveniente de ese continente.
Las autoridades temen que la debilidad de la moneda única europea genere una invasión masiva de productos que afecten la competitividad de la industria nacional. Por ello, a partir de junio se restringiría la importación de una serie de productos equivalentes a los nacionales.
El anunció causó la protesta de las cadenas de supermercados que pidieron precisiones y de los negocios que comercializan alimentos de calidad, como quesos, embutidos y vinos de precio alto.
El Gobierno argentino trataría de proteger la industria local con un bajo impacto sobre el comercio con la región europea. En 2009, la importación de alimentos desde la UE fue de US$139 millones sobre una importación total de US$ 6.346 millones, lo que representa un porcentaje inferior a dos por ciento del total. Cabe señalar, que la mayor parte -45%- de los alimentos importados que se consumen en el país provienen de Brasil. El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, informó a las cadenas de supermercados que a partir de principios de junio sólo se ofrecerían en las góndolas productos de origen nacional. Preocupa la fuerte caída en la demanda de alimentos que hay en la actualidad en países como Grecia y España, que podrían derivarse a Latinoamérica.
Por ahora, Moreno ha ordenado solo “verbalmente” la prohibición de importar productos alimenticios que tengan alternativas de producción en el país.
El economista Daniel Artana aseguró que la decisión del Gobierno de prohibir la importación de alimentos que se producen en el país “no tiene ningún sentido”.
“En definitiva son bienes que consume una parte de la población y que pagan impuestos cuando entran al país. Ningún país del mundo produce todo, no tiene sentido aislarse y le quita opciones al consumidor”, explicó.
El economista destacó que “la Argentina tiene una producción de alimentos muy competitiva pero obviamente no puede producir todos los productos que están en el supermercado”.
La Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) del Ministerio de Salud nacional -organismo técnico encargado de regular la calidad de los alimentos que consumen los argentinos- recibió una nota de la Secretaría de Comercio Interior sobre el tema. En la nota se anuncia un plan oficial para impedir el ingreso de alimentos importados que tengan un equivalente de producción nacional. Y se le sugería que elabore un listado de productos sensibles que tienen uno similar, de fabricación local, a fin de trabar su ingreso. La Unión Europea levantó de inmediato su protesta por la presunta aplicación de las medidas.
Repercusiones
Cordobeses temen por represaliasLa Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec) emitió un comunicado en el que señala que el perjuicio puede ser mayor en caso de que se apliquen represalias por la limitación de las importación de alimentos.
“Estas decisiones pueden producir efectos negativos y, en lugar de defender la industria nacional, ocasionarían perjuicios a las exportaciones de Argentina en su conjunto. De hecho ya se han escuchado las voces de la Unión Europea y de Brasil, quienes se han manifestado en tal sentido”, dice Cacec.
Agrega que, según datos de la consultora abeceb.com, “Argentina exporta cuatro veces más de lo que importa en los rubros afectados, por lo cual las represalias que podrían aplicarse podrían ser mucho más drásticas”, las que impactarían de manera más grave en nuestro país, en términos de pérdida de mercados. Para destacar la trascendencia de este tema, Cacec se basa en conceptos que viene sosteniendo en su Decálogo de Comercio Exterior, publicado en 2002:
“Para exportar más debemos pensar en importar más. La realidad económica mundial obliga a las empresas a producir y exportar bienes que incorporen la tecnología y los insumos requeridos por el comprador”. Por lo tanto no debe verse a la importación como algo negativo, sino como un elemento de vital importancia en términos de complementación productiva y de integración comercial de nuestro país con los diferentes mercados a los cuales exportamos; no podemos pretender que los países o bloques nos abran sus mercados para ingresar con nuestros productos y cerrar nuestras puertas ante su llegada: el comercio internacional es necesariamente de doble vía.“Los países más activos del orbe desarrollan su comercio internacional bajo un conjunto de reglas básicas dictadas por la Organización Mundial del Comercio. No respetarlas, o diseñar reglas propias, implica marginarse de la operatoria mundial y limitar los beneficios de la integración comercial. Argentina debe suscribir la adhesión plena a las políticas de la OMC, tanto en materia de Aranceles, Barreras no Arancelarias y Facilitación del Comercio, como de Subsidios, Dumping, Salvaguardias y Solución de Controversias”.
