Cada vez quedan menos dólares disponibles para intervenir sobre el contado con liquidación y el MEP. El Gobierno se debate entre acordar con el FMI para recibir desembolsos comprometidos o abandonar el acuerdo y entregarse a potenciar el gasto electoral
El dólar blue cerró ayer jueves a $488 y los dólares financieros operaron con fuerte tendencia alcista, con el contado con liquidación (CCL) negociándose alrededor de $495 y el MEP a $473, en una rueda en la que se observó la falta de presencia oficial en el mercado de bonos para contener su cotización. Al terminar el día, el MEP había subido más de $30 y el CCL, $8.
Pese a que en el entorno del ministro de Economía, Sergio Massa, aseguran que el Fondo Monetario Internacional (FMI) avala las maniobras, el ritmo de gastar entre 40 y 50 millones diarios en los títulos AL30 y GD30 para controlar los precios del CCL y el MEP es insostenible en el corto plazo, a sabiendas de que el Banco Central ya se encuentra en zona de reservas netas negativas. En el Palacio de Hacienda se jactan de utilizar éstas para contener los tipos de cambios financieros, aunque el estado de las arcas del Central ha empujado a un corrimiento que generó una fuerte suba de aquéllos.
Respecto al movimiento de ayer, en el Palacio de Hacienda aseguraron que respondió a “una decisión estratégica impulsada por el Ministerio de Economía, que tiene como objetivo terminar con operaciones especulativas y ‘rulos’ financieros”, aunque el mercado tiene muchas dudas sobre esa afirmación. Nunca hasta ahora el Gobierno había intentado dicho movimiento, que es insuficiente si va a retomar la estrategia de la intervención en los próximos días.
Reservas
Las reservas netas siguen cayendo y vuelven a tocar mínimos desde diciembre 2015 -final del Gobierno de Cristina Fernández-. Los últimos datos del Central, al 12 de mayo, revelan un stock negativo de US$1.296 millones.
En Portfolio Personal Inversiones (PPI) señalaron que cuando se intenta explicar la variación punta a punta por los factores tradicionales de variación de reservas entre el 12 de mayo y el día previo al anuncio de Massa de intervención sobre los dólares financieros, se encuentra un residual de US$515 millones sin explicar.
Para PPI, no se puede afirmar que la totalidad de este volumen tenga relación con la intervención sobre MEP y CCL pero “sí creemos que explica gran parte”, por lo que, al estirar su estimación, en los últimos días “llegamos a un stock negativo de US$1.501 millones al 17 de mayo”. “En otras palabras, el producido de las compras derivadas del dólar soja y la intervención en los financieros sigue dando una tendencia declinante de las reservas netas”, cerró.
El analista Salvador Vitelli advirtió de la pérdida de reservas sistemática que está sufriendo la autoridad monetaria. En un tuit aseguró que “si quieren saber por qué últimamente estábamos viendo al Central comprar divisas (en las últimas ocho ruedas) pero al final del día pierde reservas, la explicación es que se ‘quemaron’ desde el 5 de mayo US$112 millones diarios”.
De esta manera, el especialista alertó sobre que el organismo que conduce Miguel Pesce pierde alrededor de 562 millones de dólares desde la primera semana de mayo, que en su mayoría se utilizan para intervenir los dólares financieros.
El economista Martín Polo estimó que desde del 5 al 17 de mayo, la autoridad monetaria usó poco más de US$1.000 millones para comprar bonos (pese a que hasta ahora sólo están confirmados US$585 millones), mientras que en los últimos tres días el monto sería de US$450 millones.
Dólares que faltan
Los intentos del ministro de Economía por conseguir dólares parecen ser cada vez más infructuosos. Aunque algunos allegados aseguran que el viaje a Washington destrabó los adelantos de los desembolsos del FMI que quedan en 2023, la realidad sigue siendo contraria a dicha afirmación.
Distintos analistas consideran que incluso si esos dólares llegaren, el efecto positivo de sería prácticamente nulo porque en lo que resta del año se deberían afrontar pagos de US$10.900 millones. Los desembolsos programados alcanzan US$10.700 millones, es decir, prácticamente lo mismo que vence. Esto obligaría a recibir más financiamiento externo para otras obligaciones.
Algunos sectores señalan que la asistencia del FMI es crucial, no tanto por cuánto podría llegar a aportar sino porque implica cierto nivel de racionalidad económica del Gobierno. Es que, incluso incumpliendo el acuerdo, si al menos intenta respetar el trazo grueso de éste se le pone cierto freno a los intentos de especulación electoral para la expansión del gasto público.
Así, sin el incentivo que representan los desembolsos trimestrales, la potenciación del gasto público electoral sería una realidad. Una muestra de ello fue la decisión del Banco Central de emitir esta semana otros $150.000 millones en concepto de Adelantos Transitorios (AT) para asistir al Tesoro Nacional y alejarse de las metas de emisión monetaria y de déficit fiscal del FMI.