Había demanda contenida y el sector se juntó con fondos. El resultado: una ola de renovación de equipamiento que disparó las ventas -aunque también con las importaciones-. “Será un buen año”, reconoce un experto, pero enciende luz amarilla para 2018
Por Javier De Pascuale – [email protected]
El buen momento que vive el campo se vio reflejado en todas las grandes ferias agropecuarias nacionales del año, desde Expoagro (marzo, en San Nicolás) hasta Agroactiva (junio, en Armstrong), espacios en los que los productores y proveedores de servicios agropecuarios cerraron acuerdos con los bancos para la compra de agromáquinas por la inédita cifra de 30.000 millones de pesos, sin contar los acuerdos directos de venta con financiamiento propio extrabancario cerrados por las compañías por cuenta propia.
“Hacía tiempo que los productores no renovaban equipo y ahora decidieron que sí lo harán”, dijo en Expoagro uno de los gerentes de banco, al término de “cuatro días locos” en los que los stands de las entidades no daban abasto para responder a los pedidos de créditos para compra por parte del público.
Una marea de renovación de equipo que tiene su expresión concreta en las plantas productoras de cosechadoras, sembradoras, tractores y otros equipos con fuerte presencia en Córdoba y cuyos sorprendentes resultados ha venido reflejando este diario y que se debatieron el viernes pasado, en oportunidad de celebrarse el décimo aniversario de la Asociación de Fabricantes de Maquinarias Agrícolas y Agrocomponentes de Córdoba (Afamac), la cámara que agrupa a las firmas cordobesas fabricantes de maquinaria agrícola.
Inversiones
Un estudio presentado ese día por Mario Bragachini, especialista en agroindustria y agregado de valor del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), contabilizó las inversiones (dolarizadas) realizadas por el sector fabricante durante el año pasado, para responder a una demanda que se encontraba contenida en los últimos años y que estalló en 2016 y, al parecer, sigue creciendo fuertemente durante este año.
El informe revela un crecimiento de 90% en las inversiones del sector fabricante de cosechadoras, de 55% en el sector pulverizadoras, de 50% entre las fábricas de cosechadoras, también de 50% en las firmas que se dedican a equipamiento electrónico y de precisión, de 35% en las usinas de tractores, y de 30% entre aquellas que fabrican cabezales maiceros.
“Sin dudas, fue un buen año el año pasado y lo será también éste, pero el sector puede y debe crecer aún mucho más. Hoy trabajamos al 50% de la capacidad de generación de trabajos y proyectos que tiene el sector. Es la razón por la cual necesitamos que salga la Ley de Maquinaria Agrícola, un proyecto que ya fue presentado, discutido con todos los sectores y luego manoseado, demorado, pero que sigue siendo necesario”, señaló el experto del INTA.
Por qué una ley
“Se trata de que el Gobierno nacional y las entidades del sector trabajen juntos la promoción de la actividad y que se proteja con incentivos concretos el crecimiento de componentes nacionales en la fabricación, dentro del mercado interno y que además favorezca crediticia e impositivamente las exportaciones”, precisó Bragachini ante la consulta periodística.
“Fuera de eso -agregó- hay que seguir trabajando para bajar el costo argentino, impositivo, por burocracia, la deficiencia en infraestructura, el costo de materias primas estratégicas, fortalecer las inversiones en tecnología de procesos. Hay que trabajar en diversos frentes porque este año vamos a andar bien, pero ya para 2018, se encienden luces amarillas para el sector por la invasión de importaciones y la caída de la capacidad de compra de los productores”, advirtió el ingeniero del INTA.
Radiografía del sector casi 500 empresas que generan más de 15 mil puestos
La provincia de Córdoba es una de las principales productoras de maquinaria agrícola y agrocomponentes de Argentina.
El sector aporta 7,4% del Valor Agregado Industrial de la provincia, configurando uno de los segmentos industriales más activos y relevantes de la actividad manufacturera.
En Córdoba existen 475 empresas fabricantes de máquinas y agropartes, de las cuales 49% se dedica a la producción de maquinarias agrícolas y el restante 51% a agrocomponentes. Cerca de 91% de las firmas se localiza en el interior provincial, principalmente en el este y el sudeste, cerca de los centros de mayor producción agropecuaria.
La industria de la maquinaria emplea a casi 11.000 trabajadores de manera directa a los que se suman otros 4.000 empleos indirectos.
La producción de Córdoba incluye todos los segmentos de la actividad -sembradoras, tractores, cosechadoras, cabezales de cosecha, pulverizadoras, tolvas, fertilizadoras, enfardadoras, rotoenfardadoras, mixers, equipos de labranza, así como agropartes metálicas y electrónicas, entre otros rubros-.Momento de renovación
Coincidió todo: devaluación, baja en retenciones, aparición del crédito, novedades tecnológicas. El resultado: ola de ventas de máquinas.
Sólo en tres ferias del agro se lograron ventas bancarizadas por más de 30 mil millones de pesos en maquinaria, sin contar aquellas directas de las fábricas.
Hacia el futuro, la importación es un factor para prestarle la debida atención. También hay que tener en cuenta la caída en el poder de compra del productor.
Por día se venden $64 millones en “fierros” para los productores
El último informe de coyuntura elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) mostró el fuerte crecimiento de la industria de la maquinaria agrícola, cuya comercialización creció 89% durante los tres primeros meses de 2017, con una facturación que alcanzó $5.740 millones, lo que equivale a 196% más que en 2015, cuando apenas se llegó a vender $1.934 millones en “fierros” en el campo argentino, recordado aquel año como uno de los peores arranques del año en las últimas dos décadas.
En unidades vendidas a lo largo de los primeros 90 días, según el organismo, los implementos lideraron las ventas con 2.000 equipos, frente a unos 1.600 de hace dos años. Siguen los tractores, con casi 1.700 máquinas vendidas entre enero y marzo, contra un nivel de ventas que no superó 980 tractores en 2015. Entre los “fierros”más grandes del campo, las ventas de sembradoras casi se duplican en dos años: pasaron de 138 unidades puestas en tierra en 2015 a casi 220 este año. En cosechadoras pasó algo parecido: se pasó de 230 a 344 en el período.
En plata ingresada por los fabricantes, el salto es mucho mayor no sólo por el alza general de precios sino también y muy especialmente por la incorporación de nuevos recursos tecnológicos en las máquinas nuevas. Es la razón por la cual la facturación del sector se triplica en el lapso de sólo 24 meses.
El estudio, que se realizó sobre la base de más de 50 empresas que constituyen el núcleo de la industria, y que incluye tanto las plantas localizadas en el país como las que comercializan productos de origen importado, destacó la fuerte presencia local en el negocio, luego de un largo período de crisis en el sector agropecuario, cuando no se podía acceder a créditos y había una alta presión fiscal.
“En el primer trimestre de 2017, las ventas en unidades de los distintos segmentos de maquinarias muestran que las de origen nacional presentan una mayor participación con respecto al total. Las cosechadoras de producción nacional presentan una participación de 62,5%; los tractores, de 83,8%, y los implementos, de 84,1%, en el total de unidades vendidas de sus correspondientes segmentos”, detallaron los técnicos del Indec que elaboraron el estudio.