ESCUCHARLuis Esterlizi, vicepresidente segundo del Foro Productivo de la Zona Norte, cree que todo el empresariado nacional debe asumir el compromiso de participar en las decisiones que le corresponden como sector organizado. Asegura que la entidad que representa trabaja para que las pymes no queden al margen.
El jueves por la noche algunos empresarios y dirigentes de diferentes sectores del quehacer económico cordobés hicieron una pausa en sus actividades y se dispusieron a debatir sobre el rol que debe jugar el empresario argentino en la toma de decisiones que determinan el desarrollo de país. Junto a otros disertantes, Luis Esterlizi, vicepresidente segundo del Foro Productivo de la Zona Norte (FPZN), compartió sus puntos de vista. Luego, dialogó con Comercio y Justicia y volcó sus consideraciones.
•¿Qué los motivó a participar de un debate sobre el rol del empresario?
•Se trata de un aspecto de la participación del empresario en las políticas de Estado que hemos venido planteando en cuanto escenario fue posible. Además, porque entendemos que el sector industrial y productivo debe ser partícipe del proyecto sobre un nuevo perfil productivo que debe establecer Argentina, para recuperar la capacidad de industrializar la producción primaria que poseemos para no quedar como simples proveedores de insumos estratégicos y materias primas sin nada de valor agregado. Hay que tener en cuenta que los países desarrollados quieren mantenernos en esa especie de división internacional del trabajo y la producción.
•¿Qué rol cree que debe ocupar el empresario en esta Argentina de hoy?
•Aquel que lo obliga a asumir la misión trascendente de participar en las decisiones fundamentales que como sector organizado de la comunidad le corresponde en un régimen de auténtico ejercicio democrático. Ningún país, y menos Argentina, se puede que dar el lujo de que instituciones importante en lo productivo queden al margen del crecimiento económico y el desarrollo social. La mejor forma es abrir las puertas de la democracia para su franca participación.
•¿Cree que falta representatividad por parte de las cámaras?
•En el Foro estamos trabajando para que todas las expresiones del quehacer empresarial participen en las mesas de decisiones estratégicas, fundamentalmente las pequeñas y medianas empresas, ya que creemos que el que no participa puede quedar al margen de los resultados, como ya ha sucedido en distintas etapas de la vida institucional del país. La existencia de las cámaras es importante porque cada segmento tiene sus problemas específicos, pero debe haber instituciones que recepten esos problemas y los trasunten en políticas activas en búsqueda de las soluciones.
•¿Cree que el G6 no representa a todos los sectores y debería ampliar su conformación?
•Creo que el llamado Grupo de los Seis (G6) no es una asociación establecida por elección de todo el arco empresarial. No descarto la preocupación de las grandes entidades por participar en la problemática de crisis o cuando se hable del crecimiento y desarrollo social de nuestra provincia. Pero creemos que las pequeñas y medianas empresas casi siempre quedan al margen de las soluciones o de los procedimientos de crisis, cuando para ellas el trabajador es mucho más que un número, es una persona de la empresa.
•¿Cree que debería haber un partido político de los empresarios para así lograr hacerse oír? ¿O que un empresario incursione en un cargo político?
•Creo que es un error garrafal creer que para defender al sector productivo debemos formar un partido o ser candidato de alguna fracción política. Los empresarios tenemos la obligación ética y moral de ser consecuentes con nuestro origen y como ser humano, político por excelencia, sustentamos la capacidad de pensar y obrar en consecuencia para que la comunidad sepa que los empresarios no solamente pensamos en los negocios sino que trabajamos en pos de una evolución social y no solamente personal. Creo que es esencial preocuparnos por la educación, la seguridad, la falta de capacitación, la planificación de los recursos estratégicos; en definitiva, en todo lo que hace a la vida de una sociedad y un país, porque en realidad eso forma parte de la responsabilidad social. La responsabilidad empresarial no queda solamente en la posible ayuda solidaria a los sectores más vulnerables sino, fundamentalmente, en terminar con los estigmas culpables de tal realidad y en la solución de los problemas estratégicos para hacer viable la posibilidad de que se integren dignamente al trabajo y a la producción, única forma de que también puedan contribuir con su inteligencia y esfuerzo al engrandecimiento del país. Los sectores que algunos llaman excluídos son las víctimas palpables de aquellos procesos políticos, económicos y sociales que han sido engendrado por dirigentes y corporaciones que lo único que buscaron es servirse del país y no servir al pueblo y a la Nación.
