Se trata del 13% del total de clientes. Son usuarios que deben tres o más facturas. La empresa intimó a 3.301 propietarios de countries y barrios cerrados y 376 casos llegaron a la interrupción. Ahora comenzó a emplazar a comercios e industrias. Definen hoy con Cammesa deuda por $6.450 millones.
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La Empresa Provincial de Energía (EPEC) aún tiene 134 mil usuarios en mora de tres o más facturas, cifra que representa 13 por ciento de sus 1,09 millón de clientes.
Si bien el atraso en los pagos se redujo de manera significativa desde el pico de mayo o junio cuando superó 25 por ciento (en rigor, en plena “cuarentena dura” llegó a ser más alto), la puesta en marcha de diferentes planes de pago y el retorno a la actividad de manera gradual de prácticamente todas las actividades económicas, redundó en una caída en el porcentaje de atraso.
Pero el nivel de morosidad quedó en niveles muy altos. Para tener una idea, previo a la pandemia, los clientes morosos representaban el dos por ciento del total. Entonces, la herramienta del corte actuaba como un disuasor clave.
Sin embargo, luego, las condiciones excepcionales derivaron en un fuerte atraso en los pagos. Fue cuando el Gobierno nacional dispuso la prohibición del corte de servicio a usuarios vulnerables que debieran hasta tres facturas, decisión que luego aumentó a seis períodos.
EPEC sólo adhirió a la primera norma, esto es quien debiera más de tres facturas desde el inicio de la cuarentena, quedaba como sujeto de corte.
En tanto, la decisión política fue entonces que EPEC no avanzara en la interrupción del servicio, incluso a aquellos deudores con sobrada capacidad contributiva. Entonces, la empresa lanzó una batería de planes de pagos de hasta 30 cuotas, beneficios abiertos hasta el 30 de septiembre.
La respuesta no fue la esperada. Miles de clientes no se adhirieron. La compañía mejoró entonces las condiciones de los planes, con tasas más bajas y ahora con la posibilidad de pagar la primera cuota sólo en agosto de este año.
De hecho, pese a anunciar que esos regímenes tenían como plazo límite de adhesión el 31 de diciembre (tras sucesivas prórrogas), los planes siguen activos y pueden visualizarse en la web de la compañía.
Llegaron los cortes
En ese contexto y luego de múltiples amagues sobre el uso de la herramienta del corte del servicio como eslabón final del cúmulo de intimaciones previas, EPEC resolvió activar la interrupción aunque comenzando con usuarios VIP, esto es de countries y barrios cerrados, no sólo de Córdoba capital sino también de toda la provincia.
En ese marco, de acuerdo con datos a los que tuvo acceso Comercio y Justicia, la EPEC intimó primero a 3.301 deudores con domicilio en esos espacios. Luego y ante la falta de respuesta de algunos de esos emplazados, dispuso el corte del servicio a 376 que no pagaron y tampoco adhirieron a los planes de pago vigente. Luego de esa decisión, sólo 19 no regularizaron su situación.
Ahora, la segunda etapa de la estrategia de la empresa apuntará a intimar a comercios e industrias de las categoría General y Servicios, siempre en los casos en que tampoco hubiesen adherido a ningún plan de pagos.
En EPEC están convencidos -a esta altura- de que quienes no regularizaron sus deudas, incluso con planes de pago cuya primera cuota vence recién en agosto, no tienen voluntad de ponerse en regla.
En ese marco, la compañía mantiene vigente los planes anunciados oportunamente. De hecho, esos beneficios pueden visualizarse en la página web de la EPEC.
El punto es que una morosidad elevada y prolongada en el tiempo, genera un serio perjuicio a la compañía. La empresa aún no informó los estados contables del tercer trimestre y del cierre de 2020 que, sin embargo, se estima tendrán un importante deterioro en sus números.
De hecho, la situación de la empresa provincial no dista de la que atraviesan el resto de las distribuidoras del país.
Es que todas debieron afrontar una elevada morosidad en los pagos y, en paralelo, tarifas congeladas al menos hasta comienzos de 2021. Fue el caso de la EPEC que el año pasado sólo activó un aumento en el Valor Agregado de Distribución (VAD) desde el primero de enero. Después, no hubo más reajustes hasta enero pasado cuando se aplicó un alza que para residenciales apenas superó el 10 por ciento.
El atraso tarifario sumado a la morosidad que aún se mantiene el niveles altos, impacta de lleno en la compañía que en paralelo debe afrontar algunos costos dolarizados y además atender los vencimientos del bono por 100 millones de dólares emitido oportunamente para inyectar capital de trabajo pero también para pagar deudas con la Compañía Administradora del Mercado Mayoristas Eléctrico (Cammesa).
Por lo demás, luego de la suba de tarifas de enero pasado, EPEC espera ahora un reajuste de los precios de la energía mayorista que por cierto trasladará a los usuarios.
Esa medida deberá ser autorizada previamente por el Ersep, con una convocatoria a audiencia pública para su debate.
Deuda con Cammesa
El atraso en los pagos de los usuarios producto de la cuarentena por el coronavirus, sumado a tarifas congeladas, derivaron en que las empresas distribuidoras eléctricas comenzaran a atrasarse en el pago de la energía adquirida a Cammesa.
EPEC no fue la excepción. De acuerdo con datos de la compañía administradora a los que accedió este medio, todas las empresas arrastran una deuda por la compra de energía no pagada.
Desde la empresa de Córdoba aclaran que el pasivo corresponde a deudas previas a septiembre pasado, esto es generadas durante la cuarentena dura o los meses posteriores. Desde entonces, EPEC pagó al día sus facturas mensuales con Cammesa.
Números publicados por la compañía al 20 de enero pasado (último dato disponible), reflejan que EPEC arrastraba una deuda de 6.450 millones de pesos.
Ese pasivo que incluye capital e intereses además de un importe “espejo” con motivos de técnica contable, corresponde a 3,1 posiciones mensuales.
La deuda es mucho más abultada desde el punto de vista nominal en el caso de Edesur que debe 22.334,06 millones de pesos, 3,3 posiciones mensuales, también de Edenor cuyo pasivo alcanza a 20.313,4 millones de pesos, 3,9 meses de pago y, por detrás, la EPE de Santa Fe con una deuda de 15.205,9 millones de pesos, 5,5 posiciones mensuales.
Sin embargo, hay otras empresas que si bien no deben montos abultados, sí en cambio, esas cifras representan más de 20 meses de pagos a Cammesa. En total, las distribuidoras adeudan a Cammesa 151.374,13 millones de pesos. Ese rojo de la Compañía Administradora es cubierto por el Gobierno nacional mediante subsidios al sector. En ese marco, hoy habrá una reunión clave entre las empresas y Cammesa para avanzar en una resolución de la deuda.
De hecho, precisamente hoy vence el plazo para que las compañías presenten ante la autoridad competente los datos requeridos para evaluar la puesta en marcha de un plan de pago o de un crédito del Gobierno para que las empresas regularicen su situación por la compra de energía que permanece adeudada.
Es en el marco del artículo 87 del Presupuesto nacional que dispuso medidas para que las distribuidoras pudiesen normalizar su relación con Cammesa. La deuda, para algunas distribuidoras, es inmanejable. No es el caso de EPEC que en principio tiene margen para cancelar el pasivo en cuotas, conforme lo dispone el artículo 87 y su decreto reglamentario.
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