Lo indicó un nuevo informe de la consultora Ecolatina donde se señala que aunque el acuerdo con el FMI mejoró la liquidez del Tesoro, las limitaciones para intervenir en el mercado de cambios pueden impactar negativamente.
Por el salto cambiario que se viene registrando en las últimas semanas, la consultora Ecolatina advirtió del deterioro que puede generarse en la relación deuda-Producto Bruto Interno (PBI), en el marco de la acotada capacidad de acción que posee el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para intervenir en el mercado de cambios debido al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“El actual gobierno optó por un esquema de ajuste gradual financiado con endeudamiento externo. Sin embargo, a mediados del año pasado, dicho plan perdió la confianza y el consecuente apoyo de los inversores. Como resultado, las presiones cambiarias y financieras impulsaron al Poder Ejecutivo a volver al FMI”, recordó el documento emitido ayer por la consultora especialista en análisis económicos y precisó que una forma de analizar la sostenibilidad en el tiempo de los compromisos que ha asumido el país es extraer el cociente entre deuda y PBI, es decir dimensionar el peso que tiene el stock de deuda pública en relación a la producción anual nacional.
Con este objetivo, y en relación a lo sucedido durante los últimos años, la entidad detalló que el stock de deuda relevante pasó de US$165.000 millones en 2017 a más de US$200.000 millones en 2018, marcando un avance anual de 25%. De esta manera, el ratio deuda pública-PBI escaló 24 puntos porcentuales, finalizando el año pasado en alrededor de 53%. “Esta dinámica obedece a que los primeros desembolsos del FMI se usaron, en parte, para cancelar deuda con ANSES y el Banco Central” indicó el documento. Mientras, en total, los compromisos públicos ya representan 86,2% del total de los producido anualmente.
Haciendo referencia a lo que puede suceder este año, Ecolatina tuvo en cuenta diferentes variables en su análisis: “para comenzar, vale destacar que este año presenta algunas diferencias sustanciales con el pasado reciente. Por un lado, el objetivo de equilibrio fiscal primario reduce de manera drástica las necesidades de financiamiento operativo del sector público de modo que el stock de deuda no debería crecer sustancialmente, y solo a partir de la refinanciación del pago de intereses (en torno a 4 puntos porcentuales del PBI)”, se detalló, agregando que “además, resultado del desembolso de alrededor de US$57.000 millones en dos años por parte del FMI, la liquidez del Tesoro Nacional está cubierta”.
“Sin embargo – continuó el documento- las perspectivas para el ratio deuda-PBI son menos alentadoras” ya que “la dinámica de este cálculo es muy sensible a los movimientos del tipo de cambio oficial” y “lamentablemente, en este sentido, los condicionamientos del FMI no ayudan”.
De hecho, el esquema de zonas de no intervención (ZNI) o bandas de flotación para el dólar establecidas por el Gobierno nacional como política en materia cambiaria desde octubre pasado (y acordadas con el organismo financiero internacional), impiden que el BCRA pueda intervenir para mantener la cotización en un valor de equilibrio, lo cual condiciona fuertemente la economía para este año.
“En este sentido – aseguran los especialistas- la historia argentina señala que en contextos de stress casi la única herramienta válida es intervenir en el mercado spot”.
Por otro lado, si bien desde este mes el Tesoro dispondrá de dólares para realizar subastas diarias que tiendan a mantener el precio de la divisa norteamericana, se estima que el monto resultará “insuficiente” para disminuir la volatilidad que ya se está haciendo presente en época preelectoral.
“En consecuencia, aunque el acuerdo con el FMI aumentó la disponibilidad de divisas del Sector Público Nacional, limitó su accionar en el mercado cambiario. Por lo tanto, aun con liquidez garantizada, este año podría deteriorase más el ratio deuda PBI”, concluyó Ecolatina, advirtiendo además que “si el tipo de cambio llegara al techo de la ZNI, considerando la aceleración inflacionaria y la profundización de la recesión que conllevaría, el ratio deuda-PBI treparía más de 10 puntos porcentuales frente a un escenario de calma cambiaria (cerca del piso de la ZNI)” y que “teniendo presente las importantes turbulencias que traerá 2019, podemos afirmar que el acuerdo con el FMI mejoró liquidez del Tesoro, pero los límites que impuso a las intervenciones en el mercado de cambios podrían, empeorar el ratio deuda-PBI”.
AGROEXPORTADORES
Aseguran que la liquidación de divisas se realiza con normalidadDirigentes de la cadena agro-exportadora aseguraron ayer que tanto la venta de granos como la liquidación de divisas se realiza con normalidad.
“Hoy los granos se están comercializando comúnmente y se va vendiendo lo que se necesita”, dijo el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa, a la agencia de noticias Télam.
“El sector viene de una cosecha muy mala (campaña gruesa 2017/18) y hoy la verdad es que el productor está con la lengua afuera. No tenemos financiamiento, por lo que se tiene que vender, quizás escalonadamente a la medida de las necesidades, pero necesitamos vender todo”, subrayó.
El dirigente también rural indicó que “con esta tasa de interés (establecida en 68,16% por el Banco Central el viernes), se va vendiendo a medida que se necesita para pagar insumos, alquileres, además de que hay que empezar a invertir para la próxima campaña”.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, para la presente campaña se prevé una producción de maíz de 46 millones de toneladas y de 53 millones de soja, por lo que el Gobierno estimó ingresos de divisas por exportaciones superiores a los US$25.000 millones. De ese total, se calcula que unos US$17.200 millones provendrán de ventas de soja y subproductos, unos US$4.874 por exportaciones de maíz y US$3.900 millones por el trigo.
“La evolución de las ventas viene muy bien, particularmente por el ingreso de ventas de maíz por parte de los productores. En los últimos días hubo un flujo muy importante de camiones a los puertos y tenemos una cosecha muy importante del cereal”, indicó por su parte el presidente de Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales, Gustavo Idígoras. “Los exportadores ingresamos las divisas de 30 a 40 días antes de que se realice la exportación, por lo que el flujo de dólares es normal para comprarle al productor la campaña del maíz”, agregó.
Por su parte, la jefa de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, Emilce Terré, aseguró que “se ha vendido mucho maíz hasta el momento”, mientras que “gran parte de los contratos de venta de soja” son con precio a fijar. “Se pacta la entrega de grano y se fija el precio a futuro”, explicó.