Sucede que el balance neto entre los aportes impositivos que realizó cada provincia a la Nación el año pasado y lo que ésta envió -tanto de manera automática (Coparticipación) como vía gastos públicos (salud y educación, entre otros), exenciones, obras y giros discrecionales- resultó deficitario en $5.390 si el ejercicio se hace per cápita
El saldo fiscal neto entre los aportes impositivos que realizó Córdoba a la Nación durante el año pasado y los giros que envió ésta a la Provincia -vía coparticipación federal de impuestos, gastos públicos (salud, educación y salarios, entre otros), exenciones impositivas, obras públicas y fondos discrecionales- para Córdoba resultó deficitario, al igual que para las provincias de Buenos Aires, Neuquén y Santa Fe.
Así se desprende de un estudio que llevaron adelante los economistas de la Comisión Asesora del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba, por el cual recibieron el tercer premio en el Congreso de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas que se realizó los días 28 y 29 de septiembre pasados. Según el trabajo, al considerar el saldo según la cantidad de habitantes, en el caso de la provincia, cada cordobés recibió 5.390 pesos menos que los que le aportó a la Nación durante el año pasado.
De entre las cuatro provincias “perdedoras”, Córdoba se ubicó segunda detrás de Buenos Aires, provincia donde cada habitante perdió 14.340 pesos para la misma comparación. Tercera se ubicó Neuquén (saldo deficitario en 2.720 pesos per cápita), y cuarta Santa Fe (saldo de -2.360 pesos per cápita).
Todas las restantes jurisdicciones resultaron con saldos positivos. La “gran ganadora” fue Tierra del Fuego, con 164.730 pesos a favor por habitante. Es decir, cada fueguino recibió esa cantidad de pesos más (por todo concepto) quee los que aportó con sus impuestos a la Nación durante 2015.
Esquema distorsivo
La discusión del proyecto de Ley de Presupuesto 2017 volvió a poner en el centro de la escena el reparto de recursos que aplica el Ejecutivo. Más allá de lo coyuntural, cada provincia recibe dinero proveniente de diferentes tributos de manera externa al sistema de coparticipación, lo que implica una distorsión “extra” al esquema original. Los economistas describieron el sistema como “arbitrario y complejo”, en el que los cambios dependen de los lobbies de distintos actores, y la distribución de recursos no está relacionada con el reparto de funciones y es “muy desigual” entre jurisdicciones de similar nivel de desarrollo.
A lo largo de los últimos seis años, los ingresos que la Nación recibe del total de las provincias es superior al global de los gastos; “lo que es lógico porque necesita financiarse, aunque ese valor fue en aumento”, planteó ayer la economista Mary Acosta. De lo que envía, 65% corresponde en promedio a gasto público, mientras que la coparticipación perdió peso en el período (unos 2,3 puntos porcentuales).
El saldo negativo en la distribución regional, se reparte en 85% Buenos Aires; Córdoba, 8%; Santa Fe, 5%; y Mendoza y Neuquén 1% cada una.