El presidente Alberto Fernández destacó hoy las necesidades de “los países de renta media, que quedan en una zona gris, con una acumulación de pobreza importante”, y dijo que es hora de innovar en materia financiera con eje en la solidaridad y de insistir en que los países más ricos “puedan ceder los derechos voluntarios de sobregiro que no utilizan” a los menos desarrollados.
Al participar a través de una videoconferencia desde la Casa Rosada de la ceremonia por los 30 años de la primera reunión de jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Comunidad Iberoamericana, que se realizó con el objeto de poner de relieve la cooperación y relevancia estratégica del proyecto birregional, Fernández dijo que “estamos viviendo un momento único del mundo, en el que se combina una crisis asimétrica, sanitaria, climática y económica”.
Para el Presidente, “es urgente proveer liquidez al sistema financiero multilateral de desarrollo”, y remarcó que la Argentina “impulsa en diferentes instancias” la idea de “propiciar que la región pueda acceder al financiamiento externo en una emergencia” como la surgida a partir de la pandemia de la Covid-19.
Además, puntualizó el objetivo de “repensar la arquitectura financiera internacional” para los “países de ingresos medios”, en los que pese a haber “un 60% pobreza”, quedan ubicados “en una zona gris” a la que “nadie presta atención”.
Derechos Especiales de Giro. En este contexto, el jefe de Estado argentino consideró que los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional “objetivamente constituye una oportunidad única para vencer las banderas del atraso y marginalidad que la región exhibe”.
Así, Fernández proclamó la necesidad de poner en marcha la “creatividad política con el común valor de la solidaridad” y pidió que “los Estados que no requieran DEG puedan donarlos voluntariamente a otras naciones que sí lo necesitan”.
También pidió “impulsar un pacto entre los países desarrollados y los latinoamericanos y caribeños para utilizar esos DEG en la capitalización de los bancos regionales de desarrollo”, acompañados “por la creación de un fondo de estabilización que los apoye con garantías”.
“Esas nuevas alternativas para el fortalecimiento de la banca multilateral de desarrollo, el alivio de la deuda, el mejor aprovechamiento de los DEG con tareas que debemos a encarar para el futuro”, completó.
Para el mandatario argentino, “la banca regional debe ser capitalizada con el esfuerzo de los países” y “destinar 50% de sus carteras a proyectos de cambio climático”, una iniciativa que surgió en la Cumbre de Glasgow de principios de este mes y que, según Fernández, “es una obligación que tenemos como región”.
“En esta cumbre deberíamos promover una relación más intensa con el Banco Europeo de Inversiones, y para eso, España y Portugal son esenciales porque son las puertas de entrada a la UE”, añadió Fernández.
También propuso “un sistema iberoamericano 4.0, que movilice recursos de un modo ágil, que incorpore el desafío tecnológico para superar la crisis de la pandemia, el daño ecológico y la exclusión social”.
El Presidente destacó además que la región iberoamericana lleva “30 años hermanada” y refirió que dio “muestras sobradas de solidaridad en materia de vacunas entre los países”.
“Desde Argentina acompañamos con hechos concretos”, señaló Fernández respecto a la pandemia y la crisis que generó a nivel mundial, regional y en cada país.
Recordó que Argentina “donó un millón de dosis de vacunas contra el coronavirus” y resaltó una acción similar de parte de España para la América latina durante la pandemia”, antes de citar las palabras del papa Francisco respecto a que “nadie se salva solo'”.
Fernández bregó asimismo por la “consolidación de este espacio regional” al sostener que “esos puentes de unidad hay que cuidarlos” y pidió estar “unidos” porque “divididos solo tendremos años de soledad y de desamparo”.
El encuentro, organizado de manera semipresencial conjuntamente por la secretaría General Iberoamericana y por España, como país anfitrión, se desarrolló en forma de diálogo entre los mandatarios y fue presidido por el Rey Felipe VI, en la Casa de América de Madrid.
Además de Fernández y del presidente de Gobierno de España, Pedro Sánchez, participaron de la actividad sus pares de Colombia, Iván Duque; Chile, Sebastián Piñera; República Dominicana, Luis Abinader; Panamá, Laurentino Cortizo; y de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa.
También intervinieron como moderadores los ex secretarios generales iberoamericanos, Enrique Iglesias y Rebeca Grynspan.
Divididos en dos paneles, los jefes de Estado abordaron tanto los avances como los desafíos de este espacio de concertación política, así como el trabajo compartido para lograr una recuperación conjunta frente a la grave crisis sanitaria global, con invitados del ámbito de la diplomacia, la cultura, la economía, los medios y la educación.