El incremento que regirá desde abril será de entre 250% y 350%. Sin embargo, la incidencia del insumo en la factura es variable según el subsidio que reciba cada usuario. En el caso más extremo, los catalogados como N1, el gas impacta en 44% de la factura. Es inminente la decisión del aumento en transporte y distribución, los otros dos componentes claves
El Gobierno nacional oficializó ayer los nuevos cuadros tarifarios para el valor del gas como insumo, subas que oscilan entre el 250% y 350%. Sin embargo, se trata sólo de uno de los tres componentes de la factura que reciben los usuarios.
El aumento en el transporte y la distribución aún no fueron informados pero se estima que su publicación es inminente.
Por lo pronto, el alza informada ayer tendrá mayor impacto en usuarios residenciales de altos ingresos, comercios e industrias a quienes se los dejará sin subsidios. Algo similar a lo que había sucedido con la electricidad, a partir de la búsqueda oficial de mermar el impacto sobre los sectores más castigados.
En detalle, el precio del fluido tendrá desde el mes que viene un salto promedio de entre 250% y 350% para el universo mencionado mientras que se sostendrá el “gradualismo” para los sectores de ingresos medios y altos. Además habrá un traslado mensual del deslizamiento del tipo de cambio oficial, ya que las tarifas se encuentran dolarizadas.
La Secretaría de Energía de Eduardo Rodríguez Chirillo tenía previsto comenzar con este sendero de quita de subvenciones y aumentos en febrero, aunque el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió postergar las actualizaciones para no generar un mayor impacto en la inflación. Es que en los últimos meses se avanzó con las subas en la electricidad.
Esto se da en el marco del objetivo del Gobierno en sostener el superávit fiscal en 2024, en cuyo marco una de las partidas que se quieren recortar es la de subsidios energéticos. La hoja de ruta de Caputo estipula una reducción de 0,5% del PBI en esa partida para este año.
La resolución
Así, Energía publicó ayer en el Boletín Oficial la resolución 41/2024, en la que plasmó los nuevos precios mayoristas del gas, conocidos como Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST), que es uno de los componentes de la factura final junto al servicio de transporte, de distribución y los impuestos. Para estos últimos ítems se esperan novedades en los próximos días.
Actualmente no todos los usuarios pagan lo mismo por el costo de la energía en sus facturas, que es donde se otorgan los subsidios. El esquema vigente de subvenciones marca tres universos: altos ingresos (N1), bajos ingresos (N2) y medios ingresos (N3) determinados por la Canasta Básica Total (CBT) del Indec.
El ex subsecretario de Hidrocarburos y director de la consultora Paspartú, Juan José Carbajales, estimó que de la norma publicada se desprenden aumentos promedio de entre 250% y 350% para comercios y usuarios residenciales N1. “El resto tendrá subas mucho menores”, apuntó.
“El Plan Gas seguirá vivo hasta 2028 en precios y volúmenes, un alivio para los productores. Las tarifas tendrán una actualización mensual con base en la evolución del tipo de cambio. En los argumentos de la resolución se observa un mezcla entre desregulación y gradualismo”, detalló Carbajales.
Por su parte, el economista jefe de la consultora Empiria, Nicolás Gadano, publicó en su cuenta de X: “Los hogares N1 sufrirán un aumento mensual en dólares del precio del gas contenido en la factura del 174% en abril, y un 53% adicional en dólares en mayo. Para el impacto en el precio en pesos, habrá que adicionar los movimientos en el tipo de cambio”.
Según se desprende de la norma, los N1 y los del servicio general que no son residenciales pagarán entre US$2,70 y US$2,95 por millón de BTU, dependiendo la zona del país en la que se encuentren.
Por su parte, los usuarios N2 pagarán por el gas entre US$0,74 y US$0,78 por millón de BTU desde el mes que viene. Los N3 abonarán entre US$1,10 y US$1,17 por millón de BTU. Obviamente estos dos grupos pagarán pleno por el consumo que exceda el bloque subsidiado.
El mayor impacto se sentirá en el período mayo-septiembre, cuando el precio del gas saltará a entre US$4,26 y US$4,50 por millón de BTU dependiendo la zona del país. Esto representará una fuerte disparada en un período donde los consumos serán más altos a partir del comienzo del invierno y de las bajas temperaturas.
Para todo 2024 la resolución 41/2024 consignó que la demanda prioritaria de gas natural alcanzará los 14.151.000.000 metros cúbicos. Esto queda distribuido en 5.096.000.000 m3 entre enero a abril y de octubre a diciembre, mientras que para mayo-septiembre será de 9.055.000.000 m3.
Sin embargo, no está claro cómo se terminará trasladando esa suba a los diferentes segmentos de usuarios. Para ese momento Energía espera tener en funcionamiento el nuevo esquema de subsidios que contemplará una Canasta Básica Energética (CBE) con un consumo esencial para cada zona climática de la Argentina.
El sendero elegido por el Gobierno muestra el retraso en la implementación del plan de quita de subsidios y “sinceramiento” de precios que tenían previsto en el inicio de la gestión. En la audiencia pública que se realizó a finales de diciembre Chirillo había explicado que los hogares solo pagaban 17% del costo medio del gas.
El funcionario había detallado que se aplicaría una quita de 33% en la asistencia en los inicios de febrero, marzo y abril hasta que todos paguen el costo pleno. Pasarían de US$0,70 a US$4,1 el millón de BTU en promedio, un salto de 500 por ciento. Finalmente este plan se postergó mientras que en principio sólo se aplicará a altos ingresos, comercios e industrias.
Por otro lado, faltan definir los aumentos que convalidará Energía para los servicios de transporte y distribución. Las empresas habían solicitado un salto de 500% en sus tarifas durante aquella audiencia pública para recuperar lo perdido durante el congelamiento que aplicó el Gobierno de Alberto Fernández. En el sector se entusiasman con que lo que otorgue el Gobierno estará en línea con su pedido, pero se mantienen atentos a los detalles que se plasmarán en la resolución.
En caso de avanzar con una quita total de los subsidios y la recomposición que piden las compañías, las tarifas se multiplicarían al menos por seis veces. De ser así, la consultora EcoGo calculó que las tarifas de gas podrían aumentar un 743 por ciento.
Sin embargo, con esta última medida es muy difícil estimar cuál será el impacto en las facturas. Desde la empresa Metrogás aclararon: “El Enargas no publicó los nuevos cuadros tarifarios. Por lo tanto, es imposible establecer por ahora cuál será el impacto final en la tarifa final que abona el usuario. Cabe recordar que actualmente la distribución, a cargo de MetroGAS en su área operativa, representa sólo el 24% de la factura final, mientras que el valor del gas que se paga a los productores en esa misma tarifa es del 41%. El resto se divide en 17% para las transportistas y el 24% restante resulta de impuestos nacionales, provinciales y municipales”.
El norte del Gobierno continúa centrado en la necesidad de recortar el gasto en subsidios. Para el año 2023, el volumen de estas erogaciones alcanzó 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB), contribuyendo el sector energético con 1,6 punto porcentual, lo que representa aproximadamente 9.683 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la consultora Economía & Energía. Se ha establecido como objetivo para el año 2024 reducir estos subsidios a 1,3% del PIB en términos generales, y a 1,1% específicamente en el ámbito energético.