sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

El futuro del transporte de cargas en el país “pende de un hilo”, denuncian

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El documento de la federación Fadeeac ofició como respuesta al reclamo camionero de bono de fin de año de 20 mil pesos. Piden a la Nación medidas urgentes, entre ellas un marco previsible al precio de naftas y medidas de alivio fiscal

Por Javier De Pascuale – [email protected]

Los transportistas nacionales de cargas advirtieron de que la actividad, que atraviesa una larga crisis, “pende de un hilo” y debe ser declarada en emergencia porque día a día más empresas deben desprenderse de capital y de personal o directamente abandonar la actividad.
En una declaración de fuerte tono y que coincidió con el reclamo camionero de un bono de fin de año de 20 mil pesos, que según el secretario Adjunto del gremio fue acordado por las cámaras del sector, los empresarios nucleados en la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) dispararon un tiro por elevación al Gobierno nacional.
“La crisis no da tregua al autotransporte de cargas. En un contexto de enfriamiento de la actividad, los aumentos de costos son constantes, sobre todo del combustible y otros insumos debido a la devaluación del peso”, explicó la entidad que conduce el chubutense Mario Eliceche, quien también habló de “una presión fiscal que no da tregua”.
La entidad denunció que la “estabilidad y la competitividad del sector pende de un hilo, con el agravante del congelamiento de la actividad, que Fadeeac entiende debe ser declarada en emergencia, ya que, además, debe lidiar con el constante peso fiscal que alcanza al 40% de la tarifa final del flete”, dijeron los empresarios en un comunicado difundido en las últimas horas de la semana pasada.

Debido al contexto recesivo, los aumentos de costos que el sector recibe no se pueden trasladar a tarifas por el desequilibrio que existe entre una oferta abundante y una demanda cada vez más restringida. Esto genera que se trabaje por debajo de los límites que hacen competitiva a la actividad e incluso a rentabilidad negativa, denuncian. Este escenario ya había sido descripto por la federación transportista en otras oportunidades, razón por la cual su reiteración y el tono se revelan como agravados por la coyuntura del reclamo sindical de fin de año, que no hace más que complicar aún más a una actividad en crisis.
Sobre la espalda de las empresas que transportan mercadería pesan números en rojo: sólo si se analiza el comportamiento del combustible, se evidencia un aumento de 150% desde la desregulación del mercado de hidrocarburos en octubre de 2017, 77% desde 2018 y 35% al tercer trimestre de 2019. Como las políticas no observan el estado crítico del sector, el combustible volvió a aumentar y ya lleva una suba promedio de 31% en lo que va de noviembre.

No es el único insumo con aumento. El índice de costos de Fadeeac, que mide los once rubros centrales de la actividad, mostró que poner en marcha un vehículo para trasladar mercadería costó 39% más en lo que va de 2019, y 50% en los últimos doce meses, en un contexto de alta inflación mayorista y minorista. A ello se le suma la presión fiscal sobre la tarifa final del flete: sobre cada $100 de facturación del autotransporte de cargas, 42 pesos corresponde a la carga tributaria, según valores de octubre último.
En este escenario alarmante, Fadeeac reclamó formalmente ante el Gobierno nacional la declaración de la emergencia económica para el sector, de manera de obtener mayor previsibilidad en el precio del combustible y la garantía de su abastecimiento, el acceso a financiamiento y la adaptación del régimen impositivo a la difícil situación que se atraviesa.
La realidad es preocupante ya que cada producto que llega a la mesa de las familias argentinas es transportado por un camión. El autotransporte de cargas no es formador de precios pero está en emergencia debido a los altos costos que debe afrontar y frenan el funcionamiento de un sector central para la vida del país.

La crisis en Córdoba

– A la coyuntura negativa sectorial los transportistas de Córdoba suman la llegada de compañías nacionales de logística, la competencia desleal de prestadores de servicio que trabajan “en negro” y un nuevo fenómeno que dejó la recesión en las grandes ciudades del interior, que es el ejército de desocupados o despedidos de otras actividades quienes, ante la falta de perspectivas en sus actividades de origen, se suman con vehículos propios a la distribución de productos en radios urbanos o semiurbanos.
– “El combo es peor para quienes trabajamos en las provincias. Hay empresas en serias dificultades por la pérdida de rentabilidad porque los costos trepan fuertemente y no hay margen para trasladar esos aumentos a los precios, con nuestros clientes no tenemos margen”, precisó José Arata, de la cámara local de transportistas.

“No formamos precios”

La incidencia de la logística en el precio final de los productos no supera tres por ciento, aseguran. En la mayoría de los productos de consumo popular, sólo un peso por kilo o litro de producto es atribuible al costo de fletes. Y la presión impositiva del sector es récord, afirman.

“El transporte de cargas es un eslabón fundamental en la economía del país. Sin embargo, sobre él recae el peso de los costos laborales, de infraestructura, de combustible, y el más abultado: el impositivo”, señaló Fadeeac. La federación, que representa a 50 cámaras del sector logístico en el país, encargó un estudio que pone en cifras el impacto fiscal que recibe: 42%, lo que evidencia que las empresas de la actividad “no son formadoras de precios”, aseguran.

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