Según la consultora Ecolatina, el consumo acumula una baja superior a 10% desde el “pico del primer trimestre de 2018”. Una desaceleración de la inflación en los próximos meses puede ser un factor a favor de los ingresos de los trabajadores
La sostenida depresión de la demanda interna, debido a la caída generalizada del salario real en los últimos años, es uno de los factores que demora la recuperación de la actividad, de acuerdo con el último informe de la consultora Ecolatina.
En este marco “cobra relevancia el plan para ‘poner plata en el bolsillo de la gente (de menores ingresos)’, que no solo fue una plataforma electoral del oficialismo, sino que es necesario para frenar la caída del consumo”, señaló la entidad en su informe difundido ayer y titulado “Poder adquisitivo y un nuevo año en rojo”.
“El retroceso del salario real en los últimos dos años fue indudablemente una de las razones que explica la derrota de Cambiemos en las elecciones pasadas. Las turbulencias cambiarias de 2018 -que tuvieron su pico en abril y agosto de dicho año, así como la depreciación del Peso tras el resultado de las PASO fueron factores que aceleraron la inflación”, indicaron los especialistas.
Además, la consultora detalló que “el salario real de la economía cayó en promedio 6,3% en 2018 y exhibirá una contracción media superior a 8% en 2019, producto de una inflación mayor a la esperada”.
“La pérdida de los ingresos reales fue generalizada y tuvo su correlato en el consumo, el cual acumula una caída superior al 10% (en términos desestacionalizados) desde el pico del primer trimestre de 2018”, agregó.
El documento enviado a la prensa este domingo también explicó que la decisión de otorgar bonos de suma fija para los beneficiarios de AUH y jubilados y los bonos a cuenta de paritarias para el sector privado refleja que “la lógica del gobierno es que la transferencia de recursos a los sectores más bajos dinamizará su consumo en los primeros meses del año”.
“Por su parte, la clase media y alta, solo incrementará su consumo en caso de encontrar facilidades de financiamiento, o a través del gasto de ahorros, en su mayoría dolarizados. En definitiva, esta variable podría encontrar un aliciente en los próximos meses, pero no iría de la mano de un marcado aumento del poder adquisitivo, pese al deterioro de los últimos dos años”, según Ecolatina.
En este contexto, la entidad consideró que “la mayor incógnita es acerca del efecto neto de esta política de ingresos. Si bien elevar el ingreso de sectores que consumen una gran parte del mismo fomenta el consumo, el congelamiento de ingresos que recae sobre parte de los jubilados y el aumento impositivo al cual se enfrentará la clase media y alta (que tampoco experimentarán una mejora real de sus ingresos), son factores que ponen en duda si la política de ingresos emprendida es suficiente para reactivar el consumo y evitar que otros sectores reduzcan su gasto compensando los estímulos al mismo”.
“Por otro lado, el plan dista de ser generalizado. Los trabajadores independientes o asalariados no registrados, una parte significativa de la masa salarial, no tendrán ningún beneficio. En estos casos, la paulatina mejora de la actividad y la desaceleración de la inflación serán los mecanismos que puedan darle aire a estos trabajadores en los próximos meses”, concluyó.
MIÉRCOLES
El Indec difunde la inflación de 2019
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dará a conocer el miércoles la variación que registró el Índice de Precios Minoristas durante diciembre y el acumulado de todo el 2019, que habría cerrado en torno a 54%, el porcentaje más alto desde 1991 a la fecha.
Revertir este guarismo es uno de los objetivos que se impuso el gobierno de Alberto Fernández y para el cual reeditó la semana pasada el programa Precios Cuidados, como una puntada más de una serie de anuncios que se iniciaron en diciembre con la finalidad de estabilizar la economía.
Los analistas del sector financiero, incluidos en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que realiza el Banco Central de la República Argentina (BCRA), estimaron que en diciembre la inflación fue 4,1%, dos décimas menos que el 4,3% registrado en noviembre.
Mientras, para el corriente mes de enero, los participantes del REM estimaron una inflación de 3,8%, con una tendencia descendente para lo que resta del año, hasta alcanzar 2,8% mensual en junio, con lo que el acumulado de 2020 estaría en torno a 42,2%.
En lo que respecta a diciembre, la suba de 4,1% estuvo vinculada -según los relevamientos del sector privado- con los aumentos de los precios de los alimentos y bebidas, también los relacionados s al rubro esparcimiento por la llegada de las fiestas de fin de año, y subas en la cuota de la medicina prepaga.
De confirmarse al alza proyectada de diciembre, el acumulado del año cerraría en torno a 54%, lo que marcaría la mayor inflación desde 1991, cuando se ubicó en 84%.