Las pérdidas en el segundo trimestre superaron 40 millones. No obstante, ya en junio logró ganancias y en julio quizá cierre en equilibrio. Influyeron títulos públicos y colocaciones en banca individuos y empresas
El Banco de Córdoba cerró el segundo trimestre del año con pérdidas por más de 40 millones de pesos y completó así un año con rojo en sus balances.
No obstante, en el análisis mensual la entidad contabilizó ganancias en junio y de esta forma quebró un tendencia mes a mes que se observaba desde noviembre pasado.
En tanto, en julio puede cerrar equilibrado, conforme los últimos datos recaudados por la entidad.
La información fue anticipada a Comercio y Justicia por fuentes del Banco de Córdoba al tanto de los números de la entidad.
Si bien aún no publicó el balance al segundo trimestre, la fuente confirmó que arrojó un quebranto en torno a 42 millones de pesos.
“La situación se derivó en esta última etapa por el aumento de la nómina salarial producto del acuerdo con la Bancaria y por el arrastre de la salida de los depósitos de la Provincia y la necesidad de reeemplazarlos por plazos fijos del sector privado a una tasa mayor, lo que implicó un mayor costo en el fondeo”, justificó la fuente.
En rigor, esa explicación -en línea con la remitida a la Legislatura en respuesta a un pedido de informes del Frente Cívico- fue en buena medida la que explicó las pérdidas de la entidad en el último año, particularmente el último argumento.
En realidad, las complicaciones para el banco arrancaron ya desde 2008, primero con el impacto de la crisis del campo y luego con la debacle global y la contracción del crédito y luego, ya sí en 2009, con la salida de depósitos de la Provincia producto de la situación financiera límite que llevó al banco también a tomar un remantente de Boncor primera serie e incluso a girar en descubierto a favor del Gobierno, situación que se extendió hasta principios de este año.
De esta manera, el banco completó un año con pérdidas.
Según datos oficiales, ya en el tercer trimestre de 2009 cerró con un rojo de 2,9 millones de pesos, mientras que al 31 de diciembre alcanzó a 27,6 millones. En tanto, en 2010, al 31 de marzo, las pérdidas alcanzaron 25,7 millones de pesos, mientras que, aún sin información oficial, al 30 de junio el quebranto supera los 40 millones de pesos.
Pero en junio el banco arrojó ganancias y en julio podría cerrar equilibrado. Claro que hay situaciones particulares que explican en parte esa situación. Por caso, en junio ingresaron casi seis millones de pesos por la venta de la cartera en mora, principalmente de la tarjeta Cordobesa, cuyo valor nominal ascendía a 50 millones de pesos.
En contrapartida, hubo que previsionar los fondos de un crédito a Matricería Austral, que ingresó en convocatoria de acreedores.
En ese marco, el sexto mes del año cerró con una ganancia superior a dos millones de pesos.
En tanto, en julio y cuando aún falta contabilizar parte de las cuentas deudores, se estima que habría una situación de equilibrio.
“La Provincia comenzó a reponer depósitos (no hubo tampoco nuevos descubiertos), hubo un fuerte repunte de los títulos públicos y retomaron la senda de crecimiento los créditos personales y a empresas”, indicó el informante respecto a las principales causas a partir de las cuales el banco podría revertir la tendencia negativa y consolidar una senda de ganancias hacia el cierre del ejercicio.
La situación de la entidad que se revelaba en claro ascenso desde que se convirtió en sociedad anónima, en 2005, ingresó en terreno mixto ya en 2008 y desde fines de 2009 arrojaba pérdidas mes a mes.
La evolución de la entidad fue motivo de consultas del sector empresario el lunes pasado, en la reunión del denominado Grupo de los Seis con el gobernador Juan Schiaretti.