Elbio Laucirica, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), sostuvo que “90% de nuestras economías regionales está en crisis, no solamente por la sequía sino por las inclemencias climáticas en su conjunto, como granizo y heladas. Pero además de estos factores coyunturales o circunstanciales, volvemos a caer sobre la falta de políticas públicas sostenibles que otorguen previsibilidad. De esta manera, no estamos aprovechando oportunidades de lo que demanda y requiere el mundo, como biocombustibles y alimentos saludables producidos en ambientes sustentables”.
Silvina Campos Carlés, economista de Coninagro, recordó que el relevamiento que se presentó fue con información de diciembre de 2022, el cual reflejó que de las 19 producciones regionales analizadas “casi todas se encuentran en rojo (situación de crisis), los costos siguen siendo importantes, pero hoy el semáforo sale en rojo más por mercado que por producción. El principal factor de los tres, que era el negocio, la parte productiva y también el mercado, sigue siendo el aumento en los costos, con algunas recomposiciones de precios puntuales. La parte productiva y de mercado son las más afectadas”.
“También se observan stocks disminuidos o no tan recuperados, excepto en ganadería, en el que se espera un poco más de stock pero hacia adelante. En lo referido al mercado local, el consumidor no está validando subas en cantidades y en el plano internacional no se prevén subas importantes en valores”, agregó Campos Carlés.
Del informe realizado por Coninagro se desprende que las producciones regionales más complicadas son la ganadería bovina, por el aumento de costos, los precios estancados y la sequía, y también las peras y manzanas, en un contexto de merma de la producción y con un mercado externo deprimido. Con signos de crisis se encuentran el maní, con dificultades en los mercados; la miel, con precios al productor muy bajos y afrontando costos por menor floración, y la producción ovina, por el aumento de los costos; algodón y arroz, con menor producción por causa del clima.
Además, los cítricos dulces, ante un escenario de menor calidad en el Noreste Argentino (NEA), precios estancados y la sequía; los granos, con muy bajas perspectivas para la presente campaña por la sequía, que ya empezó con la caída en la cosecha de los cultivos de invierno; la lechería, con falta de reservas para el otoño; la actividad porcina, con números que no cierran para el sector primario; vino y mosto, por el efecto de las heladas tardías y la caída de granizo, y la yerba mate.